“La patria se salva”: la Cámara de Diputados rinde homenaje a Porfirio Muñoz Ledo

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Fiel a la costumbre, Porfirio Muñoz Ledo acaparó las miradas y la atención en el recinto parlamentario de San Lázaro. De cuerpo presente, el eterno legislador fue despedido por sus pares con un homenaje en el que, por un momento, las fuerzas políticas hicieron atrás sus diferencias para sumarse en un reconocimiento unánime.

Incluso Morena, en voz de Ignacio Mier y la diputada Aleida Alavez, se sumó al reconocimiento al hombre que fue definido como constructor de instituciones, reformista, extraordinario tribuno, tejedor de acuerdos y dueño de una biografía llena de contrastes, polémicas y claroscuros.

Los calificativos y atributos se desbordaron durante las más de dos horas que duró la ceremonia: intelectual, autor de grandes frases, político de mente lúcida, férreo defensor de la división de Poderes, interlocutor insaciable, mexicano completo, bailarín, boxeador, líder parlamentario, astuto orador, genio político, líder partidista, luchador incansable, maestro generoso, hombre de Estado, demócrata, patriota, estratega, arquetipo del siglo XX y visionario del siglo XXI, impulsor de la transición a la democracia, artífice de la reforma política…

Una bandera nacional cubría el féretro de caoba colocado al frente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la arena en la que Porfirio leyó sus discursos más memorables y dio sus más significativas batallas.

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Hace 35 años, en este recinto, Muñoz Ledo debutó como parlamentario, al tomar protesta como primer senador de oposición electo en el entonces Distrito Federal. En esa calidad, desde su curul, interpeló a Miguel de la Madrid en su último Informe de Gobierno, por el fraude cometido por El Sistema en las elecciones presidenciales del 6 de julio de 1988.

Muñoz Ledo fue senador hasta 1994; después, regresó tres veces al Congreso como diputado federal: electo por el PRD en 1997, en la LVII Legislatura; por el PT en 2009, en la LXI Legislatura, y por Morena en 2018, en la LXIV Legislatura.

Este domingo, en los emotivos discursos de homenaje, se recordó que fue dos veces presidente de la Mesa Directiva, en dos momentos históricos: el 1 de septiembre de 1997, cuando se convirtió en el primer diputado de oposición en responder un Informe de Gobierno, al presidente Ernesto Zedillo, y el 1 de diciembre de 2018, cuando entregó la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador.

También se evocaron múltiples anécdotas del legislador que era adorado u odiado, pero que nunca pasaba desapercibido.

Santiago Creel, el panista que hoy preside la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, recordó los intensos momentos previos a la instalación de la LVII Legislatura, cuando el PRI se negaba a perder el control del Congreso, pese a resultados electorales que por primera vez lo colocaban en minoría frente a la oposición.

Era 1997 y, en aquel año, Muñoz Ledo y los líderes de las bancadas opositoras (PAN, PRD, PT y PVEM) construyeron los “Acuerdos de Esopo”, llamados así por la calle de Polanco en la que se encontraba el despacho del entonces abogado Santiago Creel, que había sido electo como diputado externo del PAN.

De esos acuerdos surgieron las primeras reglas de gobernabilidad en una Cámara que, por primera vez, tendría más legisladores de oposición que del partido gobernante.

Como esa, muchas anécdotas narradas en el homenaje mencionaron a Porfirio como artífice de “la primera vez que…”.

El veterano Augusto Gómez Villanueva, diputado priista que en 2024 cumplirá 60 años como legislador, recordó a su amigo Porfirio, a quien conoció como dirigente estudiantil en los años 50, y a quien trató de usted cuando fue secretario de Educación y secretario del Trabajo en el gabinete de Luis Echeverría.

Gómez Villanueva recordó esas décadas de compañerismo en las filas del PRI, hasta el rompimiento de Porfirio con la creación de la Corriente Democrática, en 1987.

Elogió su capacidad para debatir, polemizar, pero también para negociar y construir acuerdos. Más de una vez fueron antagonistas; la última, cuando ambos fueron diputados constituyentes en la redacción de la Constitución de la Ciudad de México, en 2016.

“No estamos rindiendo honor al cuerpo de Porfirio Muñoz Ledo, estamos rindiendo homenaje a su voz, como la voz de una generación que supo transformarla en el reclamo por la libertad y el uso de la razón y la inteligencia para continuar la construcción de las instituciones democráticas de México”, dijo, emocionado, el decano.

En la larga lista de oradores ―el presidente de la Junta de Coordinación Política, un orador por Grupo Parlamentario y el presidente de la Mesa Directiva― destacó también el discurso de Amalia García, expresidenta del PRD y hoy diputada de Movimiento Ciudadano.

Amalia recordó al Muñoz Ledo de los años 90 que, en medio de álgidos debates perredistas, siempre defendió la necesidad de avanzar hacia una transición pactada.

“Porfirio estaba en contra del poder absoluto, rompió con la idea y la imagen del poder absoluto… hizo valer el poder de la Cámara de Diputados, del Senado, del equilibrio de Poderes, porque para Porfirio esa era una convicción: no al monopolio absoluto del poder”, dijo.

La expresidenta del PRD recordó una de las frases con las que Porfirio solía romper el silencio cuando llegaba a un recinto: “La patria se salva”.

Y contó a los presentes que, en los últimos años y meses, se le volvió una costumbre ir a casa de Porfirio a comer, con él y con su hija Lorena.

“Yo comía y él hablaba, y mientras comía me llevaba una libreta para tomar apuntes, de mi maestro, mi amigo por más de 35 años. Lamento y me duele tanto ―como a todos los que estamos aquí― su muerte, pero también celebremos su vida haciendo lo que Porfirio deseaba que se hiciera con nuestro país”, dijo con la voz quebrada.

Citada de último momento, la sesión para el homenaje de cuerpo presente tuvo una asistencia de apenas 50 integrantes de la actual Legislatura.

Estaban presentes, como invitadas especiales, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde; la expresidenta de la Cámara de Diputados en la pasada Legislatura, Laura Rojas; la exvicepresidenta Dolores Padierna; el exvicepresidente Marco Antonio Adame; y las exdiputadas Verónica Juárez, Martha Tagle y Lorena Villavicencio. Además de sus familiares.

Por la tribuna, desfilaron también la diputada perredista Gabriela Sodi, el diputado del PT Reginaldo Sandoval, la legisladora del Partido Verde María del Carmen Pinete, la priista Marcela Guerra, y el panista José Elías Lixa, quien no desaprovechó la oportunidad de recordar que, en sus últimos días, Porfirio volvía a considerar urgente restaurar la república democrática frente a caudillos y autócratas.

“Una voz que se inflamaba frente al autoritarismo estará ausente”, lamentó el diputado del PAN.

Luego de los discursos, se montaron diez guardias de honor alrededor del féretro: una con integrantes de la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política y con la secretaria de Gobernación, una por cada uno de los siete grupos parlamentarios, una de trabajadores de la Cámara y una de sus familiares.

Guardia de honor en homenaje a Porfirio Muñoz Ledo
Con guardias de honor, himno nacional y aplausos despidieron a Porfirio Muñoz Ledo en San Lázaro. | Foto: Santiago Creel

Finalmente, se entonó el Himno Nacional y se dedicó un minuto de aplausos.

Porfirio salió del recinto cargado en hombros, dentro de un ataúd que cruzó el pasillo por el que tantas veces caminó en su labor como diputado.

Féretro Porfirio Muñoz Ledo homenaje
Luego de los discursos, se montaron diez guardias de honor alrededor del féretro de Porfirio Muñoz Ledo | Foto: Cuartoscuro

“La patria se salva”, alcanzó a escucharse antes de que el féretro abandonara el recinto.

El incansable Porfirio fue despedido en medio de aplausos, flores blancas, las lágrimas de su familia y cientos de curules vacías, quizá un símbolo del enorme hueco que dejará su ausencia en este recinto.