Patadas y paciencia, leyenda cubana de las MMA triunfa en la nueva meca de los deportes de combate

Quién sabe si Yoel Romero pueda seguir peleando hasta los 52 años, pero al menos dejó en claro que le queda cuerda para rato.

Con una trayectoria impresionante, el legendario cubano sumó una victoria más a su palmarés en una cartelera histórica y en la nueva meca de los deportes de combate.

Con una estrategia inteligente y con su paciencia acostumbrada, Romero se impuso el sábado por decisión unánime al siempre peligroso Thiago Santos, en la velada de Campeones de PFL vs Campeones de Bellator que tuvo lugar en Riad, Arabia Saudita.

Romero, de 46 años, no solo alcanza un triunfo importante por lo significativo del rival, el momento y el lugar, sino porque se garantiza un espacio en los planes que vengan en lo adelante para la nueva entidad surgida de la compra de Bellator por parte de PFL.

Sabedor del poder del brasileño, Romero tuvo un acercamiento cauteloso en el primer asalto del combate que vivía esporádicos momentos de acción, pero sin nada del otro mundo en términos de acción y quizá guardándose para lo presentaría en los dos siguientes rounds.

Para el segundo, Romero utilizó patadas las rodillas históricamente débiles de Santos, quien comenzó a perder movilidad y confianza, pues ya dejaba de proponer y de venir hacia adelante, además de notársele la preocupación en el rostro por no poder desarrollar su plan de ataque.

Del ecuatoriano Vera al cubano Despaigne, la UFC 299 en Miami es una velada de escándalo en las MMA

En el tramo final del combate, Romero siguió presionando con sus patadas, mientras un cada vez más limitado Santos iba quedando a rastro de las evoluciones del cubano, que se llevaba votaciones todas a su favor de 30-27, 30-27, 29-28, reflejando claramente lo que había sucedido en el combate.

Esta victoria no fue solo un número más a a su increíble columna de victorias, sino una declaración de Romero: tenga la edad que tenga no es un luchador al que se pueda subestimar.

Así que esperen mucho más del Soldado de Dios.