Qué pasa en una fiesta cuando hay apagón en Cuba. Vigilancia, risas y amargura en el podcast ‘Bistec’

Hay una celebración del Comité de Defensa de la Revolución en la calle, de momento se va la luz, y el apagón, como le dicen en Cuba, lo paraliza todo. Los vecinos se ahogan de calor y las papas se queman en la sartén. Es una escena común en las seis décadas de escasez y penurias que el castrismo ha traído a los cubanos, con variaciones en esa constante –a veces hay papas y la mayoría, no.

Así comienza la serie bilingüe Bistec, producida en Miami, que se estrenó el 9 de julio por las plataformas de podcast iTunes, Spotify, Audible y en YouTube, en anticipación del tercer aniversario de las protestas populares del 11 de julio del 2021.

La vigilancia sobre la población es una variable que no falta desde que los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) se fundaron el 28 de septiembre de 1960, como una organización que integra a los cubanos en cada calle desde que cumplen 14 años, dirigida a seguir sus mínimos movimientos, para actuar en caso de que atenten contra el régimen. Con la variante que ahora el monitoreo del gobierno de Miguel Díaz Canel se ha extendido a las publicaciones en redes sociales, lo que puede costarles a los cubanos en la isla condenas de hasta 15 años de cárcel por grabar una protesta.

“El chivaeto en vivo” lo vivió el ejecutivo de medios cubanoamericano Manuel Ruiz-Barrera, creador, guionista y director de Bistec, que en 1993, como un joven periodista ilusionado con la caída del Muro de Berlín y el cambio que podría traer para Cuba, hizo su primer viaje a la isla. Le siguieron varias visitas en las que fue arrestado por retratar a jineteras (prostitutas) cerrando el trato con empresarios extranjeros; o en las que comprobó con sus propios ojos cómo los vecinos vigilaban las conversaciones que sostenía con su tío en el portal de su propia casa.

Manuel Ruiz-Barrera, guionista y director del podcast Bistec, se inspiró en sus viajes a Cuba, donde pudo comprobar la vigilancia que el régimen ejerce sobre la ciudadanía, para esta producción realizada en Miami en inglés y español.
Manuel Ruiz-Barrera, guionista y director del podcast Bistec, se inspiró en sus viajes a Cuba, donde pudo comprobar la vigilancia que el régimen ejerce sobre la ciudadanía, para esta producción realizada en Miami en inglés y español.

Bistec gira sobre la fe de tres personajes, un revolucionario que está dentro del sistema, un disidente de un movimiento opositor y la madre de un preso político que se apoya en sus creencias cristianas, dijo a el Nuevo Herald Ruiz-Barrera, que preside la plataforma digital y de medios Nuestro Stories, que produjo el podcast de Bistec, antesala de una película que planea filmar en República Dominicana, basada en el guion que comenzó a escribir hace 15 años.

“Es un cuento muy oscuro, que escribí con un espíritu de amor y ternura para Cuba”, dijo Ruiz-Barrera, que se inspira además en la historia de su abuela Micaela, una mujer valiente, poeta, que eligió quedarse en la isla, bajo constante asedio y repudiada, hasta que su hijo cumplió una condena de siete años como preso político.

“Mi abuela sabía que su hijo no sobreviviría en prisión si ella se iba”, dijo Ruiz-Barrera, que le ofrece un homenaje a Micaela, fallecida en Miami en el 2017 con 103 años, al incluir las décimas que recitaba, con picardía y críticas al gobierno cubano.

Actores cubanos y venezolanos en Bistec

Bistec se grabó en Miami con un elenco de actores cubanos y cubanoamericanos que incluye a Albertico Pujol, Adrián Mas, Vivian Ruiz, Mayte Vilán, René Laván, Mauricio Rentería, Roberto Escobar, Andy Barbosa y Alejandra Cossío del Pino, entre otros.

Manny Ruiz-Barrera, creador, guionista y director del podcast Bistec, con el actor cubano Albertico Pujol.
Manny Ruiz-Barrera, creador, guionista y director del podcast Bistec, con el actor cubano Albertico Pujol.

Tiene además un rol importante la actriz venezolana Laura Termini, que interpreta a la sobrina de Hugo Chávez, enviada a Cuba por el fallecido gobernante para copiar la estructura de los CDR.

La ficción de Bistec no está muy alejada de la realidad. En julio del 2009 el diario oficial cubano Granma reportaba sobre la creación de “redes de inteligencia social en Venezuela para propiciar la participación de la población en el enfrentamiento de peligros internos y externos junto a los cuerpos de seguridad”.

Chivatos y disidentes en Cuba

La figura del disidente, clave en la historia de Bistec, fue anclada en la realidad de Cuba por el poeta y cofundador del Movimiento San Isidro Amaury Pacheco, y su esposa, la defensora de derechos humanos y actriz Iris Ruiz Hernández, quienes sirvieron de consultores y también actúan en el podcast.

El cineasta cubano Ernesto Fundadora (izq.), asistente de dirección del podcast ‘Bistec’, con los activistas por los derechos humanos en Cuba, Amaury Pacheco e Iris Ruiz Hernández, consultores sobre la disidencia, y actores en ‘Bistec’.
El cineasta cubano Ernesto Fundadora (izq.), asistente de dirección del podcast ‘Bistec’, con los activistas por los derechos humanos en Cuba, Amaury Pacheco e Iris Ruiz Hernández, consultores sobre la disidencia, y actores en ‘Bistec’.

Pacheco estaba en un proceso de sanación porque había llegado “roto” de Cuba en agosto del 2023 cuando Ruiz-Barrera le propuso que interpretara al Bizco, “un chivatón” de barrio que se dedica a vigilar al disidente. El personaje quiere escalar dentro de los CDR y es capaz de gritar insultos en los actos de repudio que se efectúan en la isla contra los críticos del gobierno.

“Tuve que hacer lo mismo que me hacían a mí”, dijo Pacheco, que finalmente aceptó interpretar este personaje, “sencillo pero potente”.

Con más de dos décadas dentro del activismo en Cuba, Pacheco fue vigilado desde las instancias más altas, por la Seguridad del Estado, y los “operadores del ministerio del Interior”, hasta los vecinos e incluso personas que no conocía.

“Es un país que es una cárcel, en el que siempre estás vigilado”, dice Pacheco, indicando que el régimen ejerce “una vigilancia extrema sobre los disidentes, y que a veces atentan contra los seres que más amas”.

En su caso, ya en el aeropuerto de Rancho Boyeros, cuando venía para Estados Unidos, detuvieron a su hijo de 20 años, que permanece en prisión en la isla.

“Estás fuera pero siempre te mantienes dentro”, dijo Pacheco, que vino mediante el parole humanitario que implementó la administración de Biden en enero del 2023.

Ruiz Hernández, que había ejercido también un activismo intenso en la isla, entre otros aspectos condenando el decreto 349 de censura contra los artistas, llegó a Miami en el 2021, con dos de los seis hijos del matrimonio, para tratarse un cáncer en el endometrio.

La constante vigilancia fue una de los razones por las que Ruiz Hernández no pudo recibir el tratamiento médico adecuado en Cuba.

No podía pasar más allá de la avenida principal de su vecindario donde se toma el transporte para ir hasta el hospital, contó Ruiz Hernández al Nuevo Herald en octubre del 2021 cuando recibía atención médica en Miami.

“Si vas a comprar el pan, va un miembro de la Seguridad contigo, y se para en el mostrador mirándote”, contó entonces Ruiz Hernández, hoy recuperada de sus padecimientos de salud y muy activa en Miami.

Pacheco y Ruiz Hernández propusieron a Ruiz-Barrera un cambio en la figura del disidente que le ofrecía un final a la altura de lo que representa.

“El disidente se tiene que posicionar, aunque no podamos lograr la libertad. Yo pertenezco a ese linaje, a esa genealogía”, dice Pacheco, también interesado en esa parte de la trama de Bistec que suma a la vigilancia el perdón.

El disidente y el chivato están experimentando las mismas penurias, señala Ruiz-Barrera, y en un momento los une la situación que padecen con los seres que más quieren, un hijo y un nieto.

“La crisis de los jóvenes produce un cambio poderoso en el cuento, un acto de perdón y colaboración”, adelanta Ruiz- Barrera.

Humor y música para aliviar la tragedia cubana

Bistec tiene la dosis de humor y de música para hacer llevadera una historia dura y sofocante a ratos, como la ligereza que sentía Ruiz-Barrera cada vez que tomaba el avión de salida de Cuba.

“En los actos conmemorativos se recitan poemas del Che mientras la gente por detrás está bebiendo alcohol, y eso da risa”, comenta Pacheco.

“Los CDR siguen existiendo, pero se han convertido en espacio para resolver temas personales, pero no ejerce la posición del principio, de los años 1960” apunta Pacheco, sobre la organización que preside Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cincos espías cubanos condenados en Estados Unidos, y liberados en el 2014.

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El humor surge de las situaciones de escasez que sugiere el título del podcast, y que muchas veces llevan a los cubanos a delinquir. A la risa le sucede la mueca, continúa Pacheco. Su personaje es uno que está dispuesto a todo por avanzar en medio del hambre, que no distingue entre opositores y partidarios del régimen.

Manuel Ruiz-Barrera viajó a Cuba en 1993 como un joven periodista y presenció las violaciones a la privacidad de los ciudadanos, que ahora refleja en el podcast bilingüe Bistec.
Manuel Ruiz-Barrera viajó a Cuba en 1993 como un joven periodista y presenció las violaciones a la privacidad de los ciudadanos, que ahora refleja en el podcast bilingüe Bistec.

Ruiz-Barrera apunta que la música original, con interpretación de varios puntos guajiros, se burla de los CDR, los chivatos y hasta de las vacas.

Su objetivo era humanizar una historia de raíz cubana que a la luz de los retos que supone la inteligencia artificial y la vigilancia tecnológica va más allá de las fronteras de la isla.

“Qué pasaría en un lugar donde las personas no tienen privacidad, pregunta Ruiz-Barrera. “Cada vez estamos cediendo más nuestra información a las redes sociales y a los gobiernos”, concluye.

Bistec puede escucharse en episodios en inglés y en español, en plataformas de podcast y YouTube.