Qué pasa cuando dejás de tomar un medicamento para perder peso

El Ozempic contiene semaglutida, que regula el azúcar en sangre y la insulina
El Ozempic contiene semaglutida, que regula el azúcar en sangre y la insulina - Créditos: @myskin

NUEVA YORK.– Teri Parris Ford se sentía fatal cuando tomaba Ozempic. Hace dos años, su médico se lo había recetado para tratar la prediabetes que padecía, para la que era eficaz. Ford, una profesora de arte que tiene 57 años, presentó un descenso en su nivel de A1C (que mide el promedio de azúcar en sangre) y bajó nueve kilos en seis meses. Pero el Ozempic le provocaba náuseas. Los días que ingería el medicamento, el cual se inyectaba con una aguja en el estómago, le daban arcadas.

Durante un tiempo, Ford tomó las dosis entre semana para no pasar el fin de semana con náuseas, pero acabó diciéndole a su médico que no quería sentirse así con tanta frecuencia. Acordaron que podía suspender el fármaco.

Según Ford, en solo dos meses recuperó todo el peso que había bajado. Con Ozempic, prácticamente había perdido el apetito, un efecto secundario habitual del fármaco, que se autorizó por primera vez para tratar la diabetes y ahora se utiliza para bajar de peso. A lo mejor comía algunas papas fritas en una salida con amigos, pero nunca se acababa un platillo completo. Cuando dejó de tomar el medicamento, podía acabarse un plato de papas fritas además de una hamburguesa y aún tener ganas de comer un postre. “Era insaciable”, afirmó Ford. “Pensaba: ‘Dios mío, ¿qué está pasando? Tengo hambre todo el tiempo’. Me sorprendió lo rápido que sucedió”. Su médico le recetó otros medicamentos para controlar el azúcar en sangre, pero acabó tomando Ozempic por segunda vez para tratar de adelgazar.

El Ozempic y otro medicamento, Wegovy, contienen semaglutida, que regula el azúcar en sangre y la insulina. También reduce el apetito y hace que el estómago se vacíe con más lentitud, por lo que la persona se siente satisfecha más rápido. Estos fármacos se han vuelto más populares en el último año por sus efectos adelgazantes, pero tanto para las personas que los toman para controlar la diabetes como para quienes lo consumen con el fin de controlar su peso, dejar de tomarlos de repente puede tener consecuencias. Los médicos dicen que los pacientes deben ser conscientes de estas repercusiones.

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Aunque algunas personas que prueban el medicamento deciden dejarlo, cada vez son más los que simplemente interrumpen su tratamiento porque ya no lo encuentran. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) lleva meses declarando la “escasez” de Ozempic y Wegovy; Trulicity, otro medicamento para la diabetes que puede provocar pérdida de peso, se sumó a la lista en diciembre.

Andrew Kraftson, profesor adjunto clínico del departamento de metabolismo, endocrinología y diabetes de Michigan Medicine, señaló que estaba “abrumado” por los mensajes de pacientes con obesidad y diabetes que se preguntaban dónde obtener su próxima dosis y cómo se las arreglarían sin el medicamento. “Si las personas no pueden conseguirlo”, comentó Kraftson, “es un gran problema”.

Les preguntamos a los médicos qué ocurre en el cerebro y en el cuerpo cuando alguien deja de tomar estos fármacos.

Aumenta el azúcar en sangre

Janice Jin Hwang, jefa del departamento de endocrinología y metabolismo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, aseveró que era probable que los pacientes notaran los efectos de dejar de tomar Ozempic o Wegovy al cabo de una semana más o menos.

“Al igual que cualquier otro medicamento, cuando dejás de tomarlo, deja de funcionar”, señaló Robert Gabbay, director científico y funcionario médico de la Asociación Americana de la Diabetes. Según Gabbay, cuando se deja de ingerir la semaglutida de repente, la cantidad de glucosa en sangre puede aumentar. Los pacientes con diabetes pueden presentar visión borrosa, fatiga y sed y micción excesivas, síntomas que quizá los hayan llevado a ser diagnosticados de diabetes en un principio. Algunos podrían acabar en urgencias por agotamiento, añadió Gabbay, a menudo debido a picos de azúcar en sangre. También pueden ser más susceptibles a la candidiasis o infecciones por otros hongos, que están relacionadas con el aumento del azúcar en sangre.

Hwang comentó que los médicos suelen probar otras terapias para ayudar a controlar el azúcar en sangre en pacientes con diabetes, como la metformina o la insulina, pero añadió que empezar y dejar de tomar medicamentos puede desorientar a pacientes y médicos a la hora de diseñar un plan.

Regresan los antojos

La semaglutida imita una hormona llamada péptido-1 similar al glucagón, que producimos en el intestino y que le envía a nuestro organismo una señal de saciedad. El medicamento afecta al cerebro reduciendo las señales de hambre y hace que las personas se sientan indiferentes a la comida o incluso que la rechacen. “No están pensando en comida todo el tiempo”, dijo Kraftson “Simplemente tienen esta relación poco dramática con los alimentos”. Para algunas personas, eso es “muy liberador”, dijo Kraftson, pero cuando un paciente deja de tomar el medicamento, esos efectos cognitivos pueden desaparecer con rapidez. Algunas personas, agregó, comienzan a sentir más hambre después de olvidar tomar solo una dosis del medicamento.

“Las personas comentan que sienten que regresan los antojos”, comentó Hwang. Después de semanas o meses sin tomar Ozempic o Wegovy, muchos subirán de peso.

El Ozempic se inyecta con una aguja en el estómago
El Ozempic se inyecta con una aguja en el estómago - Créditos: @Halawi

Un ensayo publicado en primavera, que fue financiado por Novo Nordisk, la empresa que fabrica Ozempic y Wegovy, analizó a personas que habían tomado semaglutida una vez a la semana durante 68 semanas y luego dejaron de utilizarla. Al cabo de un año, los participantes recuperaron dos tercios del peso perdido.

Los médicos afirman que, anecdóticamente, también han observado este tipo de rebote en sus pacientes. Kraftson dijo: “He visto a personas que han perdido unos 22 kilos y, cuando interrumpen el tratamiento durante un mes, al volverlos a examinar en la clínica han aumentado nueve kilos”.

Los efectos secundarios remiten

En algunos casos, cuando las personas dejan de tomar el medicamento, se dan cuenta de que habían estado experimentando efectos secundarios mientras tomaban semaglutida, dijo Kraftson, como dolores de cabeza leves o malestar estomacal. Para quienes presentan efectos secundarios, suspender el medicamento puede ser un alivio. Lee Levin, de 67 años, quien empezó a tomar Ozempic para ayudar a controlar la diabetes tipo 2, tenía unas náuseas tan intensas que en una ocasión acudió a urgencias. Cuando suspendió el medicamento, narró, ese malestar casi constante desapareció “prácticamente de inmediato”.

Según Kraftson, las personas que vuelven a tomar una dosis completa en vez de aumentar su consumo de manera gradual pueden presentar efectos secundarios más graves al principio, como vómitos y diarrea. Kraftson también advirtió que era probable que los pacientes siguieran todas las pautas de cuando empezaron a tomar los medicamentos, como masticar despacio y evitar los alimentos pesados para no sentirse tan llenos que les provoque náuseas.

Los que incrementan lentamente la dosis pueden tardar aún más en perder peso, lo que añade otro obstáculo a un agotador ciclo de medicación.

“Ha sido un torbellino para nuestros pacientes, y no en el buen sentido”, afirma Hwang.