El eterno primer ministro de Camboya deja paso a su hijo sin apartarse del todo del poder

Ho Chi Minh (Vietnam), 22 ago (EFE).- Tras 38 años en el poder, Hun Sen dejó este martes paso a su primogénito, Hun Manet, como primer ministro de Camboya tras ser elegido por el Parlamento, un relevo que le permite dejar el poder en la familia y mantener el control de la política camboyana.

Tras ser votado por unanimidad por los parlamentarios presentes hoy en la Asamblea Nacional de Nom Pen, Manet, de 45 años, hizo en su discurso un alegato en favor de la "paz, la estabilidad y la seguridad" del país, puntos en los que ha insistido en el pasado sin mostrar otros indicios de sus posibles políticas.

Mientras su padre siempre ha presumido de ser un hombre del pueblo hecho a sí mismo, alejado del elitismo de otros adversarios políticos, Manet, nacido en 1977, gozó de una infancia privilegiada en la época en que su padre iba haciéndose con todos los resortes del poder en un país entonces devastado por la guerra civil.

GRADUADO EN WEST POINT

El mayor de los cinco hijos de Hun Sen creció en la capital camboyana y se alistó en el Ejército en 1995, al alcanzar la mayoría de edad, pero completó su adiestramiento militar en Estados Unidos, donde en 1999 se convirtió en el primer camboyano graduado en West Point.

En los años siguientes fue apuntalando su formación académica en el extranjero, con un máster en Ciencias Económicas de la Universidad de Nueva York en 2002 y un doctorado en la misma materia de la universidad británica de Bristol seis años más tarde.

Lejos de la exposición pública, fue ascendiendo en el escalafón hasta convertirse en general de cuatro estrellas en 2018, tres años antes de que su padre lo designara como futuro sucesor.

Con su jura de cargo se completa la transición anunciada por su padre en los últimos meses, confirmada con la victoria aplastante de su formación política, el Partido Popular de Camboya (CPP) en las elecciones del pasado 23 de julio, tras las cuales Hun Sen presentó su renuncia.

La victoria estaba asegurada con la descalificación por motivos burocráticos de la principal fuerza opositora, el Candlelight Party, que tildó de farsa los comicios, cuestionados también por la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros.

CONTROL DE HUN SEN

Según los más críticos, con este paso a un lado en favor de su hijo, Hun Sen pretende seguir moviendo los hilos de la política camboyana sin estar expuesto mientras su hijo va ganando experiencia.

Joshua Kurlantzick, experto del Consejo de Relaciones Internacionales, comparó la sucesión en un reciente artículo en World Politics Review a "una transición dinástica de Corea del Norte".

Según el autor, este movimiento del que "apenas se puede decir que tenga respaldo popular", facilita que Camboya sufra "mayor corrupción mientras Manet expande su red clientelar para consolidar su poder" mientras es probable que se mantenga la "dura represión" contra la disidencia.

Sam Rainsy, el mayor opositor político de Hun Sen en las últimas tres décadas, denunció en un reciente artículo en la revista Geopolitics que el ya exmandatario pretende mantener la impunidad judicial que le ha librado de graves acusaciones en su contra y "seguir controlando Camboya tanto económicamente como en términos patrimoniales".

Hun Sen no ha hecho demasiado por desmentir estas acusaciones: pese a dejar el cargo en el que estaba desde 1985, no abandona del todo el poder, ya que se mantendrá como cabeza del CPP, prevé presidir el Senado desde el próximo año y hoy ha sido nombrado miembro del consejo privado del rey, un cargo con el mismo rango que el de primer ministro.

Además, no ha descartado retomar los mandos del país en caso de que su hijo se encuentre en dificultades.

La sucesión familiar no se limita al paso de testigo en el puesto de primer ministro: en el nuevo gabinete figuran el hijo menor de Hun Sen, Hun Many, y su sobrino político, Neth Savoeun, así como otros descendientes de algunos ministros salientes.

Eric San Juan

(c) Agencia EFE