Paraguay, 35 años después de la caída de Stroessner, aún debe consolidar su democracia

Asunción, 2 de febrero (EFE).- Paraguay conmemora este 2 y 3 de febrero la caída, hace 35 años, de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), la más larga de Suramérica, con un el reto de "defender una democracia" aún "imperfecta", según opinaron activistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos.

La consolidación de la democracia, la lucha por los derechos humanos y la defensa de las libertades tras el fin de la dictadura son algunos de los desafíos que tiene por delante la democracia de este país suramericano, coincidieron asistentes al encuentro 'Memoria Urgente', organizado este viernes por la Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay (Codehupy).

La de Paraguay "no es una democracia perfecta", dijo a EFE la activista y militante del Partido Comunista Paraguayo que fue encarcelada por la dictadura Celsa Ramírez, para quien este sistema, aunque tiene "muchos errores premeditados", al menos permite una libertad de expresión no existente en los tiempos de una "dictadura terrorista".

Una de las deudas pendientes de esa "democracia imperfecta", a decir de Ramírez, es una reforma agraria "urgente", para desconcentrar la posesión de "tierras ocupadas todavía en poder de poca gente".

Por su parte, el responsable de investigación de Codehupy, Hugo Valiente, consideró que con la democracia se "conquistó una libertad que es el patrimonio de la resistencia contra la dictadura".

No obstante, señaló que es una democracia "todavía con muchos deberes y cuentas pendientes".

Para Valiente, en Paraguay quedan "muchos vestigios de la dictadura en la cultura, en la práctica política y en las instituciones", así también muchos delitos de lesa humanidad impunes.

Durante el evento, celebrado en el Centro Cultural de España Juan de Salazar, Antonio Pecci, quien integra la Mesa de Memoria Histórica -creada en 2002 y que aglutina a organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos-, llamó a "defender el proceso democrático".

"Estamos mal, pero podríamos estar peor", admitió este activista, al observar que "la corrupción y la impunidad de los peces gordos y los represores, la mafia de la droga y los desaparecidos, son un legado de la dictadura stronista".

En un comunicado, Codehupy cuestionó que "el histórico legado de la dictadura de Alfredo Stroessner y el Partido Colorado sigue prácticamente intacto".

Para la organización, la permanencia de un "régimen prebendarista y corrupto" parece estar "más vigente que nunca", en un contexto de tierras "malhabidas" no recuperadas, crímenes de la dictadura impunes y "grandes fortunas producto de enriquecimientos ilícitos".

Tras una carrera militar, Alfredo Stroessner llegó al poder de la mano del Partido Colorado en 1954.

Después de más de tres décadas de Gobierno del apodado 'Único líder' y su caída en 1989, en Paraguay continuó la hegemonía del partido político que lo cobijó, el Colorado -también conocido como Asociación Nacional Republicana (ANR)-, que solo fue pausada por la Presidencia del exobispo de izquierda Fernando Lugo (2008-2012).

La Comisión de Verdad y Justicia (CVJ) en 2008 reveló que la dictadura dejó 20.090 víctimas totales directas de violaciones de derechos humanos, contabilizó 336 desaparecidos, 18.772 torturados, 59 ejecutados extrajudicialmente y 3.470 personas exiliadas.

Desde entonces, Paraguay solo ha recuperado 37 cuerpos de los desaparecidos en ese periodo, de los que la Dirección de Memoria Histórica y Reparación solo ha conseguido identificar a cuatro.

El 3 de febrero se cumplen 35 años del golpe de estado que provocó el derrocamiento de Stroessner por parte de su consuegro y entonces general, Andrés Rodríguez.

(c) Agencia EFE