Un millón y medio de personas desafían el calor para ver al Papa en Portugal

Un millón y medio de personas desafían el calor para ver al Papa en Portugal

Por Philip Pullella y Catarina Demony

LISBOA, 5 ago (Reuters) -Se calcula que 1,5 millones de personas abarrotaron el sábado un enorme parque a ambos lados del río que divide la capital portuguesa, desafiando un sol abrasador durante horas para asistir a un servicio de oración vespertino con el papa Francisco.

El Parque del Tajo, un nuevo recinto de 100 hectáreas creado para el evento, no tiene sombra ni estructuras, y algunos de los participantes tuvieron que esperar hasta 20 minutos para rellenar sus botellas de agua, mientras las temperaturas alcanzaban los 38 grados centígrados.

Algunos llegaron más de ocho horas antes de la aparición del papa, a primera hora de la tarde, en un papamóvil abierto que tardó más de media hora en serpentear entre la multitud.

La aplicación de la Jornada Mundial de la Juventud -el festival católico romano al que el Papa viajó a Lisboa para asistir- envió advertencias sobre el calor recordando a la gente que bebiera agua y se aplicara protección solar.

Un tractor con un tanque de agua roció a la multitud y una sucesión de bandas y oradores desde un enorme escenario con el telón de fondo de una cruz trataron de mantener la mente de los participantes alejada del calor en un evento que ha sido bautizado como el Woodstock católico.

Muchos tenían previsto dormir allí antes de la misa papal del domingo por la mañana.

Al comienzo del acto, el papa escuchó a una joven mozambiqueña de 18 años describir cómo se escondió en el bosque de la guerrilla que atacó su aldea.

Francisco, que tiene previsto regresar el domingo por la tarde, comenzó el día en el santuario católico de Fátima, rezando con unas 200.000 personas en el lugar donde la Iglesia dice que la Virgen María se apareció a tres niños pastores en 1917.

Allí se saltó la lectura de un discurso que figuraba en el programa de su visita de dos horas y que se esperaba que fuera el tema central de la jornada.

La omisión no parecía indicar que el papa tuviera problemas de salud. Más tarde saludó individualmente a decenas de personas mientras un ayudante empujaba lentamente su silla de ruedas entre la multitud.

(Reporte de Catarina Demony, Philip Pullella, Michael Gore y Pedro NunesEditado en español por Javier López de Lérida)