Padrino de los Murales Chicanos fue también activista, novelista y artista
Antonio Bernal fue más que “el primer muralista chicano”.
Claro, su icónico mural de 1968 del líder campesino César E. Chávez flanqueado por personajes como Pancho Villa y Emiliano Zapata sirvió de telón de fondo para docenas de presentaciones del Teatro Campesino.
La obra de arte fue revivida en 2021 en Del Rey y ocupa un lugar de honor en una pequeña plaza que incluye bancos de picnic y otros murales que promocionan el nombre original de la comunidad, Rancho del Rey del Río.
Bernal, cuyo nombre completo era Antonio Bernal Hopping, solo dibujó dos murales. El segundo fue a finales de los años 80 en la Garfield High School en el Este de Los Ángeles.
El maestro de escuelas públicas de Los Ángeles dejó la enseñanza para unirse al Teatro Campesino. También fue autor, bloguero, pintor, comentarista y actor.
Bernal, quien vivió en Fresno hasta hace unos años, falleció el 1º de septiembre. Tenía 86 años.
Fue un luchador por los derechos civiles que mantuvo amistad con miembros de los Black Panthers.
Compartió espacio con Jane Fonda en una manifestación contra la guerra en la escalinata del Ayuntamiento de Los Ángeles. Cantó ‘Guantanamera’ con Pete Seeger en el Hollywood Bowl.
“Esta historia de mi padre se ha ido construyendo a lo largo de muchas décadas”, dijo su hijo, Hugo Hopping, en un homenaje para su padre el 21 de octubre en Del Rey.
“Mi padre falleció el 1º de septiembre. Por supuesto, tenía que ser el Labor Day para un viejo marxista, era una especie de broma que le habían gastado. A él le hubiera gustado irse el 1º de mayo”.
El homenaje atrajo a unas dos docenas de personas que recordaron a Bernal mientras disfrutaban de comida y bebidas, y escuchaban música del movimiento a cargo de Agustín Lira y Patricia Solórzano.
Bernal fue un activista de toda la vida, y entre sus amigos estaban miembros de los Balck Panthers, el Congress of Racial Equality (CORE), los Brown Berets y El Teatro Campesino”, escribió Gabriela Rodríguez-Gómez en “The Artist as Eyewitness: Antonio Bernal Papers, 1884-2019”.
Bernal pensaba dedicarse al cine
Bernal nació en México en 1937 y creció ayudando a su padre a decorar muebles coloniales españoles. De adolescente, participó en producciones teatrales en Fresno y Visalia, y más tarde estudió danza con el Ballet de San Francisco.
En 1959 entabló amistad con la bailaora de flamenco Carmen Amaya, y al año siguiente se inscribió en la Escuela Nacional de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes de Ciudad de México. Allí trabó amistad con actores emergentes de cine y televisión como Héctor Bonilla, Enrique Aguilar, Socorro Avelar y Rita Macedo.
Bernal dejó la actuación en 1962 y regresó a California, donde se inscribió en The Art Center School en Pasadena. En el plazo de un año, participó en el Congress of Racial Equality y se familiarizó con los problemas de la comunidad afroamericana. Documentó el Movimiento Chicano en fotos y dibujos.
Se graduó con honores en el Art Center College of Design en 1966.
Bernal se unió a Teatro Campesino en 1968, cuando la compañía teatral de trabajadores agrícolas fundada por Luis Valdez y Agustín Lira se instaló en Del Rey.
En la ceremonia del 2021 en Del Rey, Bernal recordó su actuación en Francia en 1976 con el Teatro Campesino y cantar ‘Le Internacional’ en español en la Sorbona “con cientos y cientos de personas cantando en diferentes idiomas”.
Bernal pensó que se dedicaría al cine, “pero solo estaban Luis y Danny”, en referencia a los hermanos Valdez.
“Empecé a andar con una amiga mía que era actriz en Televisión Centro (en la Ciudad de México) e hice mucha televisión ahí”, dijo Bernal. “Así que mi vida se dispersó”.
El teatro, dijo, “fue un momento en mi vida y ya”.
Lira, cofundador del Teatro Campesino, dijo que Bernal era “un hombre con mucho talento”.
“Es un poco difícil redondear toda la imagen de Antonio, pero era fuerte. Era duro y muy honesto con sus sentimientos”, dijo Lira. “A mucha gente no le gustaba por eso. Lo echo de menos”.
El mural de Del Rey revivió en 2021
En la fachada de la sede de la UFW, el panel de murales de Bernal muestra a una soldadera (Adelita) sosteniendo un sable, Pancho Villa, Emiliano Zapata, Joaquín Murrieta, Chávez, Reies López Tijerina (sosteniendo el Tratado de Guadalupe Hidalgo), Malcolm X, y Martin Luther King Jr.
Los paneles se usaron como telón de fondo para las representaciones del Teatro Campesino. La educadora jubilada e instructora de danza folclórica Vicki Treviño y la artista y curadora local Carissa García localizaron los murales originales, que fueron adquiridos por la AltaMed Art Collection.
En 2021, el artista Mauro Carrera y voluntarios recrearon el mural.
Hugo Hopping, en un obituario que escribió, dijo que su padre abrazó el ser chicano pero nunca lo politizó.
“Se consideraba un mexicano-estadounidense internacionalista y se resistía a cualquier forma de nacionalización de la identidad, pero no se negaba a ser considerado un artista chicano”, escribió Hopping.
“Veía la identidad como necesaria pero no como el principal motor de la historia y buscaba canales más científicos mediante los cuales entender, definir y emancipar las humanidades de los sistemas represivos y los imperios”.
Bernal participó en la Moratoria Nacional Chicana del 29 de agosto de 1970, una manifestación contra la guerra de Vietnam que se saldó con la muerte del periodista Rubén Salazar a manos del Alguacil del Condado de Los Ángeles.
En 1973, impartió clases de estudios chicanos en Cal State Los Ángeles antes de trasladarse a la Ciudad de México. Allí conoció a Belén Miranda, activista, líder sindical y antropóloga. Se casaron al año siguiente y se divorciaron en 1985.
Bernal se trasladó a Los Ángeles y se convirtió en maestro de español en la Garfield High School. Se jubiló en 2005.
“En los últimos diez años de su vida, dedicó mucho tiempo a las personas sin hogar”, dijo Hopping. Incluso se sentó e hizo diseños de tipos de viviendas que pudieran abordar ese problema”.
Hopping creó una página de Substack –https://antoniobernalmemorial.substack.com— donde la gente puede saber más sobre su padre.
A Bernal Hopping le sobreviven sus hijos Alex Hopping y Hugo Hopping, su hija Gabriela Miranda y sus nietos Malcolm Recinos, Amara Hopping, Violeta Hopping y Costa Guldager Hopping.