Un Padre Nuestro calmó el llanto de la derrota

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 10 (EL UNIVERSAL).- La ilusión de México en Williamsport fue tan grande como el dolor de quedar eliminados ante Curazao. Aquella tarde se convirtió en un martirio para Francisco Fimbres, manager tricolor en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.

"El día que quedamos fuera ante Curazao, ese día fue el momento más triste en Williamsport, se acabó la ilusión, comenzó el llanto y no los podíamos controlar, porque eran todos… Fue difícil y así fue el trayecto del campo a la villa", relata a EL UNIVERSAL Deportes.

Calmarlos parecía imposible hasta que: "Ya estaba desesperado, no sabía qué hacer y se me ocurrió juntarlos, abrazarnos y hacer lo que hacíamos siempre: dar gracias a Dios porque estábamos ahí, porque salimos sin lesiones y eso hicimos, rezamos un Padre Nuestro".