Estos tres países registran el mayor número de migrantes muertos o desaparecidos

David, un joven migrante venezolano, jamás olvidará lo que vió en la selva del Darién, entre Colombia y Panamá: gente con huesos rotos esperando días por ayuda, muertos a la orilla del río o en sus tiendas de campaña y el cuerpo de una niña que el agua arrastró cerca de donde él se encontraba.

El migrante de 26 años declaró a la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) que esa dantesca experiencia y “los gritos de dolor de las mujeres no me los puedo quitar de mi cabeza”.

Su testimonio, que lo suministró pocos minutos después de cruzar irregularmente hacia Estados Unidos y finalizar su larga travesía, está incluido en el informe anual de la OIM sobre desaparecidos y muertos divulgado el martes.

Más de 1,400 migrantes murieron o desaparecieron en 2022 en el continente americano y Cuba es el país de origen con más fallecidos y desaparecidos, seguido por México y Venezuela, según el reporte.

Las cifras recolectadas por la OIM totalizan 1,457 desaparecidos o muertos y es la más alta desde que el Proyecto Migrantes Desaparecidos (MMP) inició sus actividades en 2014.

Cuba registra el mayor número con 185 personas, seguido por México con 149 y Venezuela con 141.

Guatemala y Haití tuvieron 92 cada uno, República Dominicana 59, Nicaragua 57, Honduras 44, Ecuador 43 y El Salvador 13.

“El informe anual muestra que las muertes siguen subiendo y que los peligros que los migrantes enfrentan en la región son cada vez mayores”, indicó la ONU.

La frontera entre Estados Unidos y México se ha convertido en la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo, según el informe.

Al menos 686 personas murieron o desaparecieron en 2022 intentando cruzarla.

La cifra es probablemente mucho más baja de la real ya que faltan datos oficiales, incluyendo los procedentes de Texas y de la agencia mexicana de búsqueda y rescate, dijo la OIM.

En las rutas migratorias del Caribe, se ha documentado el segundo número más alto de muertes y desapariciones, con un récord de 350 fallecidos en 2022.

La cifra supone un incremente de casi un 94% respecto al 2021 cuando fallecieron 180 personas.

“Debido a la dificultad de monitorear rutas marítimas y las probabilidades de que muchas embarcaciones desaparezcan sin dejar rastro, es muy probable que el número de muertes sea mucho mayor de lo que se ha documentado”, de acuerdo con la organización internacional.

Rutas mortales

Las rutas más mortales son las que van desde las islas caribeñas hacia Estados Unidos, donde en 2022 se ahogaron 203 personas, un 206% más que en 2021.

El informe destaca que 150 de las víctimas eran de nacionalidad cubana.

Otra peligrosa ruta es la que va de República Dominicana a Puerto Rico, por las condiciones extremas en altamar y por las precarias embarcaciones que utilizan, conocidas como “yolas”.

En el Darién se han recogido datos de 141 muertes en 2022.

“Una vez más, es una subestimación. La OIM hizo una encuesta a personas que habían logrado cruzar. Una de cada 25 dijeron que algunas de las personas con las que viajaban habían desaparecido”, detalló.

La OMI subrayó que si bien esos datos no son del todo representativos, son importantes si se tiene en cuenta que 250,000 personas llegaron a Panamá a través del Darién en 2022 y que más de 300,000 personas hicieron el viaje en 2023.

Emergencia humanitaria

En el informe se resalta que se trata de “una emergencia humanitaria de gran dimensión”, especial­mente porque es probable que las muertes sean muchas más, sobre todo en zonas de las que hay pocos datos como el Caribe y el Parque Nacional de Darién.

“Estas alarmantes cifras son un crudo recordatorio de la necesidad de que los Estados tomen acciones firmes”, dijo Michele Klein Solomon, directora regional de la agencia de la ONU para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.

Consideró que “mejorar la compilación de datos es crucial. Porque luego los Estados trabajarán sobre la base de esos datos para asegurar que haya rutas migratorias seguras y regulares”.

La OIM denunció que los migrantes mueren por la falta de opciones menos peligrosas.

“Al no haber vías migratorias regulares y seguras para todas las personas en movilidad, a menudo las personas migrantes no ven más opción que optar por vías irregulares que ponen en riesgo su integridad y su vida”, dice el informe.

Marcelo Pisani, director regional de la OIM para América del Sur, dijo que el hecho de que “sabemos muy poco acerca de los migrantes que desaparecen en las Américas es una realidad muy desalentadora”.

“El impacto en las familias que permanecen en una búsqueda interminable de un ser querido desaparecido es verdaderamente profundo”, expresó.

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