La OTAN regresa al pasado de la Guerra Fría con sus primeros grandes planes de defensa en décadas

Ejercicio militar Aurora 23 en el campo de tiro de Rinkaby, a las afueras de Kristianstad

Por Sabine Siebold

BRUSELAS (Reuters) - La OTAN hará una vuelta al futuro en su cumbre de Vilna de julio, en la que los dirigentes aprobarán miles de páginas de planes militares secretos que detallarán por primera vez desde la Guerra Fría cómo respondería la alianza a un ataque ruso.

Esta medida supone un cambio fundamental: la OTAN no había considerado necesario elaborar planes de defensa a gran escala durante décadas, ya que libraba guerras menores en Afganistán e Irak y estaba convencida de que la Rusia postsoviética ya no representaba una amenaza existencial.

Sin embargo, mientras continúa la guerra más sangrienta que ha asolado Europa desde 1945 justo al borde de sus fronteras, en Ucrania, la Alianza advierte ahora que debe disponer de todos los planes mucho antes de que estalle un conflicto con un adversario de la talla de Moscú.

"La diferencia fundamental entre la gestión de crisis y la defensa colectiva es la siguiente: No somos nosotros sino nuestro adversario quien determina el calendario", dijo el almirante Rob Bauer, uno de los máximos responsables militares de la OTAN. "Tenemos que prepararnos para el hecho de que el conflicto puede presentarse en cualquier momento".

Al esbozar sus planes regionales, la OTAN también orientará a los países sobre cómo mejorar sus fuerzas y su logística.

"Los aliados sabrán exactamente qué fuerzas y capacidades se necesitan, incluyendo dónde, qué y cómo desplegar", dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre los documentos altamente clasificados que, como en la Guerra Fría, asignarán ciertos efectivos a la defensa de determinadas regiones.

Se formaliza así un proceso desencadenado por la anexión rusa de Crimea en 2014, que llevó a los aliados occidentales por primera vez a movilizar tropas de combate en el este, mientras Reino Unido, Canadá y Alemania asumían cada uno el liderazgo en uno de los Estados bálticos.

NO ES UNA REEDICIÓN DE LA GUERRA FRÍA

Si bien muchos rasgos se asemejan a la alineación militar de la OTAN antes de 1990, algunos factores cruciales han cambiado para una alianza que desde entonces se ha expandido unos 1.000 kilómetros (600 millas) hacia el este y ha crecido de alrededor de unos diez a 31 miembros.

La adhesión de Finlandia el mes pasado ha duplicado por sí sola la frontera de la OTAN con Rusia hasta unos 2.500 kilómetros, y ha obligado a un planteamiento más flexible de las movilizacioness que en el pasado, cuando Alemania se consideraba la principal zona de combate.

Además, la Alianza ya no se prepara para librar una guerra nuclear a gran escala contra Moscú y sus aliados —la mayoría de los cuales son ahora miembros de la OTAN—, según Ian Hope, historiador del Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE).

"No prevemos el tipo de guerra que fue la Guerra Fría, en la que las fuerzas aliadas... serían atacadas simultáneamente con ataques a gran escala del Pacto de Varsovia", dijo, apuntando más bien a conflictos regionalizados que necesitaban ser contenidos mediante despliegues rápidos de fuerzas.

Al mismo tiempo, internet, los drones, las armas hipersónicas y el rápido flujo de información plantean nuevos retos.

"La buena noticia es que hablamos de la transparencia del campo de batalla. Con todos los satélites, con toda la información somos capaces de ver una crisis que está madurando", afirmó el teniente general Hubert Cottereau, jefe adjunto de Estado Mayor del SHAPE. "En el caso de Ucrania, teníamos todos los indicadores con bastante antelación".

Esta transparencia es una de las razones por las que la OTAN, en contra de las exigencias de los países bálticos, no ve la necesidad inmediata de aumentar el número de militares en el este.

"Cuantas más tropas acumules en la frontera, es como tener un martillo. En algún momento, querrás encontrar un clavo", advirtió Cottereau. "Si los rusos están concentrando soldados en la frontera eso nos pondrá nerviosos, si nosotros estamos concentrando tropas en la frontera eso los pondrá nerviosos a ellos".

RETOS

Aun así, será una tarea ingente mejorar drásticamente la preparación. La OTAN acordó en 2022 poner 300.000 soldados en alerta máxima, frente a los 40.000 del pasado.

Las deficiencias en la capacidad de la alianza para producir suficientes armas y municiones se han puesto de manifiesto en la lucha por seguir el ritmo de las demandas de Ucrania, y la OTAN también debe mejorar la logística, descuidada durante mucho tiempo, y necesaria para movilizar rápidamente tropas por ferrocarril o carretera.

La necesidad de financiar la aplicación de los planes regionales es una de las razones por las que Stoltenberg ha pedido a los líderes que eleven el objetivo de gasto militar de la alianza, otro de los temas que se debatirán en Vilna.

Los responsables de la OTAN estiman que los planes tardarán unos años en aplicarse plenamente, aunque subrayan que la alianza puede entrar en combate inmediatamente si es necesario.

"Estamos preparados para luchar esta noche. Nunca se está suficientemente preparado. Nunca", dijo Cottereau. "Tenemos que ser capaces de luchar esta noche si es necesario, con lo que tenemos".

(Reporte de Sabine Siebold; reporte adicional de Andrew Gray; edición de Alex Richardson; editado en español por Flora Gómez)