Oro para España en la tercera y última jornada de Grand Slam de Yudo en Astaná

Última jornada de Grand Slam de Yudo en el Barys Arena de Astaná, en Kazajistán, con los pesos pesados llevando el delirio a unas gradas de nuevo a reventar.

Y gran día para Matvey Kanikovskiy, que se hacía con la victoria en la categoría de menos de 100 kilos y sumaba así el que es su tercer oro consecutivo en el World Judo Tour.

Kanikovskyi recibía su nueva medalla dorada de manos del ministro de Cultura y Deporte de Kazajistán, Askhat Oralov.

En menos de 90, fue el español Tristani Mosakhlishvili el encargado de subirse a lo más alto del podio, tras aprovechar un ataque fallido de su rival, el francés Maxime-Gael Ngayap Hambou. Mosakhlishvili estaba eufórico por su triunfo.

Vlad Marinescu, director general de la FIJ, entregó las medallas.

"Quiero dar las gracias a todo el público aquí presente, fue un gran momento el ver a todo el mundo animándome, levantando las manos cuando gané, me sentí muy feliz".

De nuevo Bashaev

Y sorpresa en menos de 78 kilos, donde la japonesa Izumi Mao conseguía doblegar a la siempre regular Patricia Sampaio. Se trataba del primer oro para el país asiático en Astaná. Portuguesa y japonesa protagonizaban un hermoso momento de deportividad.

El embajador de la Federación Internacional de Yudo y presidente de su Comisión Médica, Antonio Castro, colgaba las preseas.

"El público animaba a mi oponente cuando atacaba", explicaba después la campeona, "pero luego enloqueció en el momento en que apliqué la sujeción, y esos vítores me hicieron muy feliz".

En más de 78, la china Xu Shiyan ejecutaba una potente técnica o-uchi-gari que la lanzaba directa al oro. Shiyan celebraba por todo lo alto su éxito con el público kazajo antes de recibir su medalla de manos del viceministro de Cultura y Deporte de este país, Sarsen Kuranbek.

Y nuevo espéctaculo ofrecido por Tamerlan Bashaev en más de 100 kilos, repitiendo su triunfo de hace dos semanas, con Temur Rakhimov como víctima. Era el último oro a entregar en este vibrante Grand Slam.

Las medallas fueron entregadas por Saken Mussaibekov, vicepresidente de la Federación de Yudo de Kazajistán.

Con un equipo de yudokas bien preparado y entregado, el conjunto kazajo dice adiós a su Grand Slam con muy buenas sensaciones, resumidas en siete medallas, una de ellas de oro, en menos de 60 kilos.

La última jornada fue testigo de algunas de sus mejores actuaciones. En la grada, el público local no dejó de animar a los suyos ni un segundo, independientemente de cuál fuera el resultado final. Una hermosa comunión entre yudocas y aficionados que generó un ambiente ciertamente especial.

El combate del día para ese público fue sin duda el protagonizado por dos kazajos, Islam Bozbayev y Bekarys Saduakas, por uno de los bronces de menos de 100 y con victoria para el primero.

Un combate vibrante que resume a la perfección lo que han sido estos tres días de competición en el Barys Arena: pasión, emoción y belleza. Puro yudo.