El Opus Dei inicia un proceso para adaptarse a las exigencias del Papa
ROMA.- Después de que el Papa decidiera con un motu proprio del 22 de julio pasado quitarle poder e independencia al Opus Dei, su jefe máximo, don Fernando Ocáriz, anunció hoy el inicio de un proceso para adaptarse a los cambios exigidos por Francisco.
En una carta, el prelado de la institución católica conservadora que tiene su cuartel general en Roma y que cuenta con 90.000 miembros en los cinco continentes, comunicó que en el primer semestre del año próximo convocará un congreso general extraordinario para llevar a cabo la adecuación de los estatutos de la también llamada “Obra” a las indicaciones del motu proprio “Ad charisma tuendum” (”Para tutelar el carisma”) de Francisco.
Si bien estuvo en línea con decisiones similares que el Papa tomó en los últimos años con otros grupos católicos (con los neocatecumenales, Comunión y Liberación, la comunidad de San Egidio y los Focolarinos, entre otros), ese motu proprio, que entró en vigor el 4 de agosto pasado, causó un terremoto interno en el Opus Dei.
No pocos consideran que el decreto papal degradó al prelado, que por decisión de Francisco ya “no será distinguido” con el cargo de obispo y no podrá ostentar ni el anillo ni las vestiduras episcopales. A partir de ahora, su título será el de protonotario apostólico supernumerario. El fin de esta medida, según el motu proprio, es que la forma de gobierno del Opus Dei esté “basada más en el carisma que en la autoridad jerárquica”, en sintonía con el testimonio de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador de la organización en 1928. En la Argentina el Opus Dei cuenta con unas 5500 personas, de las cuales 80 sacerdotes.
El Papa también resolvió que la influyente institución -que cuenta con escuelas, universidades y hospitales-, pase a rendir cuentas al Dicasterio del Clero, “ministerio” vaticano encargado de evaluar “las cuestiones que en cada caso corresponda afrontar”, como la formación de sus sacerdotes o “eventuales controversias”. La institución, además, deberá presentar un informe anual ante este dicasterio sobre su situación y el “desarrollo de su trabajo apostólico”. Hasta ahora la Obra solo tenía que entregar un documento similar cada cinco años a la Congregación para los obispos, organismo vaticano del que dependía y que ahora se transformó en el Dicasterio para los obispos, de acuerdo a la nueva Constitución Apostólica “Predicad el Evangelio” que reformó a la Curia romana.
En uno de sus seis artículos el motu proprio también indicó que, en base a estos cambios, los estatutos del Opus Dei deberán ser “convenientemente adaptados” a través de propuestas de la propia institución y luego aprobados por el Vaticano.
La carta del prelado
En un fiel reflejo de que, al menos en el gobierno central del Opus, no hubo ninguna rebelión al motu proprio, Ocáriz explicó hoy que el Vaticano les aconsejó hacer los cambios “sin prisa” y tomándose “todo el tiempo necesario”.
“En el Dicasterio del Clero nos han aconsejado no limitarnos a considerar lo que se refiere a la dependencia de la prelatura a este Dicasterio y al paso de quinquenal a anual del informe a la Santa Sede sobre la actividad de la prelatura, sino que propongamos otros posibles retoques a los Estatutos, que nos parezcan convenientes a la luz del Motu proprio. También nos han aconsejado que dediquemos sin prisa todo el tiempo necesario”, escribió.
Ocáriz, a punto de cumplir 78 años y prelado del Opus Dei desde enero de 2017, ya el mismo día de la publicación del decreto papal que removió las aguas de la institución, en otra carta había dejado en claro que aceptaba “filialmente la decisión del Santo Padre de encuadrar la figura de las prelaturas personales en el Dicasterio del Clero”.
Ocáriz, que no es obispo, pero sí lo fueron sus antecesores –el beato Álvaro del Portillo y monseñor Javier Echevarría-, al referirse a la explosiva cuestión de que el prelado ya no será obispo, consideró incluso que “la ordenación episcopal del prelado no era ni es necesaria para la guía del Opus Dei”.
En un reflejo de la sinodalidad (caminar juntos) sobre la que insiste el papa Francisco –que de hecho convocó a un sínodo sobre este tema- y de la importancia de que todos los miembros de la Iglesia puedan participar de su vida, en su carta de hoy Ocáriz también anunció que habrá una amplia consulta interna antes del congreso extraordinario.
“Para preparar ese trabajo de las y los congresistas, interesa también contar, con suficiente antelación, con la aportación de quienes deseen enviar sugerencias concretas. Próximamente les llegarán orientaciones sobre el modo y el tiempo para enviármelas, de modo que se facilite su estudio”, invitó. Aunque advirtió que “se trata de cumplir lo que ha indicado la Santa Sede, no de proponer cualquier cambio que nos pudiese parecer interesante”. “Junto al deseo de ser fieles a la herencia de nuestro fundador –concluyó-, es importante considerar el bien general que supone la estabilidad jurídica de las instituciones”.