CARACAS.– La Venezuela bajo asedio enfrenta su tercera semana de resistencia tras el megafraude electoral del 28 de julio pasado denunciado por la oposición. Y lo hace en medio de la represión chavista, tan salvaje que provocó la reacción de los principales estamentos que defienden los derechos humanos en el mundo.

“Seguimos activamente los acontecimientos actuales y hemos recibido múltiples informes de violencia y otras denuncias tras las elecciones presidenciales”, dijo la oficina de Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), que ya investiga a Maduro, a sus generales y a otros jerarcas revolucionarios por ejecuciones extrajudiciales, torturas, violaciones sexuales, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas.

La Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre Venezuela, de Naciones Unidas, también exigió que “el gobierno detenga inmediatamente la represión e investigue a fondo las violaciones a los derechos humanos que están conmocionando al país”. La misión, presidida por Marta Valiñas, calificó lo ocurrido como “feroz represión de la maquinaria del Estado, dirigida por sus más altas autoridades”, para crear un clima de temor generalizado.

“Los responsables deben rendir cuentas”, aseguró Valiñas, que también destacó la detención de por lo menos 1260 personas, “entre ellas 160 mujeres y 100 niños, niñas y adolescentes”. La misión de la ONU pormenoriza las distintas violaciones: audiencias por video sumarias en tribunales antiterroristas de Caracas, imputación de delitos graves sin base probatoria, negación de información a familiares y los impedimentos a nombrar abogados de confianza.

La misión identificó entre los detenidos a dirigentes, simpatizantes, periodistas, activistas de derechos humanos y “la gran mayoría, personas detenidas simplemente por su rechazo al resultado anunciado. A muchas las fueron a buscar selectivamente a sus casas”.

La realidad sobre las 25 víctimas mortales también es muy distinta a la expuesta por el gobierno, que acusa a los opositores de las muertes: 22 son ciudadanos, en su mayoría jóvenes, que recibieron disparos procedentes de los colectivos paramilitares, guardias nacionales y policías, y uno que murió tras agonizar durante días por los golpes recibidos por agentes; los otros dos son militares, un guardia que según testigos presenciales fue alcanzado por un impacto paramilitar durante la masacre de Maracay (seis muertos) y otro del que se desconocen los detalles.

Pie de lucha

La embestida del poder bolivariano ha obligado a dirigentes y líderes a buscar refugio durante estos días, incluida María Corina Machado. Pero la líder opositora se mantiene en pie de lucha, como demostró al convocar para el sábado una protesta mundial para que se conozca la verdad de lo sucedido en Venezuela.

”Maduro ha optado por atrincherarse con los altos mandos militares, es lo que le queda”, dijo Machado, a quien la fiscalía le ha abierto una investigación penal por “incitación a funcionarios policiales y militares” a la desobediencia civil.

“Nos vemos el 17, ¡pásalo!”, insistió el candidato Edmundo González Urrutia. La oposición planea empapelar las protestas con las actas electorales, las que el gobierno se niega a hacer públicas para ocultar su derrota, pero que la oposición mantiene en la web.

El presidente reaccionó con ira en contra de la nueva protesta opositora. “¿Dónde está Edmundo González, dónde se esconde? ¿Por qué huye, por qué teme? ¿Dónde está la fascista mayor, Machado, que manda a asesinar y matar, prepara comanditos y cree que por el apoyo de Elon Musk asaltará el poder político?”, bramó Maduro.

“Venezuela está hoy en un punto de quiebre. Estamos ante la oscura posibilidad de que Maduro instaure un totalitarismo soviético o que logremos abrir las puertas de una transición a la democracia. Machado y González han manejado el momentum con la cautela que lo amerita, están recalibrando fuerzas”, explicó a la nacion el politólogo Walter Molina.

Las negociaciones internacionales no reflejan grandes avances: México ha decidido asumir el fallo final del Tribunal Supremo, preparado para ratificar a Maduro, mientras Brasil flirtea con una segunda vuelta presidencial para resolver el atasco. Estados Unidos agota distintas vías en sus diálogos secretos con Caracas, aunque desmintió que le haya ofrecido la amnistía a Maduro.

“Esa filtración sobre los escenarios que está manejando la administración Biden buscaría que la oferta les llegue a los sectores medios que no tienen mayor influencia sobre las decisiones del régimen chavista/madurista, pero cuyo impacto sería significativo a lo interno de la coalición”, dijo a LA NACION María Puerta, profesora de Ciencias Políticas en Florida.

“A la nomenklatura chavista se le está dando un puente de plata muy generoso para aligerar los costos de salida. En contraposición, lo que queda es aumentar los costos de permanencia y ello solo será posible con una presión importante dentro y fuera del país. Hacia allá van Machado y González Urrutia, pero también la comunidad internacional, incluyendo la CPI, que se ha pronunciado”, concluyó Molina.