Opinión: Solo soy un humano sentado frente a una pila de papel en blanco, dibujando tan rápido como puedo
MIS NUEVE MESES COMO MODELO GENERATIVO DE ARTE.
En diciembre pasado, anuncié la creación del primer modelo de arte generativo sin inteligencia artificial.
El “modelo”, que llamé Prompt-Brush, solo constaba de un cuadro de texto que la gente podía utilizar para enviar sugerencias, mientras yo estaba del otro lado con una pila de papel en blanco. El experimento empezó con una publicación en las redes sociales; no esperaba que se hiciera viral. Pero en pocas semanas recibí miles de mensajes de todo el mundo, escritos en más de una docena de idiomas. Durante los últimos nueve meses, me he dedicado a dibujar y enviar estas imágenes todos los días.
Los mensajes han sido muy variados, desde historias muy personales sobre relaciones, pérdidas y arrepentimientos hasta escenarios caprichosos y surrealistas con animales y referencias a la cultura pop. Los dibujo con rapidez, con pincel y tinta negra. Busco una reacción rápida, parecida a la de una inteligencia artificial. Pero como soy humano, mi proceso tiene que ser diferente. Para mí, cada pregunta ofrece una pequeña visión de la vida de quien la hace y los dibujos reflejan lo que creo que podría ser una buena respuesta.
Los mensajes de una sola palabra, como “perdón”, “soledad”, “felicidad”, “añoranza” y “victoria”, son un desafío porque pueden significar muchas cosas distintas para cada persona. He descubierto que la forma más sincera de responder a estas preguntas es centrarme en mis experiencias y recuerdos. El dibujo del perdón, por ejemplo, acabó siendo un pie descalzo pisado por alguien que llevaba zapato; esa mañana había pisado accidentalmente a mi hija. Para ilustrar la victoria, dibujé una mano con un mosquito aplastado en la palma: una dulce venganza.
A menudo le doy una pequeña vuelta de tuerca al tema. Para la pregunta “iPhone en el año 2040” dibujé un iPhone que se utiliza para apuntalar una pata en una mesa desnivelada. Para el tema “Yo estudiando para mi tesis mientras mis amigos van a la playa” dibujé a alguien estudiando mientras se imaginaba que un tiburón devoraba a sus amigos. Me interesa ofrecer algo inesperado que pueda hacer sonreír o hacer sentir comprendido al destinatario.
Hay fricción humana en estas interacciones; los errores que ocurren al dibujar algo sin pensarlo mucho, los guiños que pretenden hacer reír a alguien o las ocasiones en las que me identifico tanto con un tema que acabo dibujando una versión de mí mismo en una escena. Todo ello les añade calidez y profundidad a los bocetos más simples. El objetivo de este proyecto no ha sido hacer ningún tipo de declaración contra la inteligencia artificial: herramientas como ChatGPT y Midjourney son inspiradoras y seguro que se convertirán en indispensables. Más bien ha sido un esfuerzo por encontrar sentido y comprender el propósito de la creatividad humana.
Miles de personas han participado en este proyecto para que sus palabras sean vistas, interpretadas y expresadas por otro ser humano. Lo que yo produzco puede coincidir con lo que ellos esperaban o puede ser totalmente distinto. De cualquier modo, creo que lo que buscan es el acto de empatía en sí mismo: el proceso de interpretar las palabras de alguien en una imagen tiene que ver con la conexión y la comprensión. A menudo, el objetivo de los ingenieros tecnológicos es eliminar la fricción para que sus programas sean más intuitivos y se eliminen los obstáculos. Pero en un mundo de tecnología cada vez más impresionante que, sin duda, desempeñará un papel cada vez más importante en nuestras vidas, esa fricción es lo que nosotros, como personas, aún podemos ofrecernos los unos a los otros.
Este artículo apareció en The New York Times.
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