Opinión: Estamos desarrollando nuevos anticonceptivos para hombres. Nuestro trabajo nunca ha sido más crucial

Estamos desarrollando nuevos anticonceptivos para hombres. Nuestro trabajo nunca ha sido más crucial. (Jon Krause/The New York Times).
Estamos desarrollando nuevos anticonceptivos para hombres. Nuestro trabajo nunca ha sido más crucial. (Jon Krause/The New York Times).

LA NECESIDAD DE MÁS MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS HA AUMENTADO.

Más del 40 por ciento de los seis millones de embarazos que ocurren al año en Estados Unidos no son planificados, según los datos más recientes disponibles, y alrededor de uno de cada cinco embarazos terminan en aborto. En vista de la decisión que tomó la Corte Suprema de anular la sentencia del caso Roe contra Wade, y la pérdida resultante de acceso al aborto seguro para millones de estadounidenses, ahora es más crucial que nunca prevenir los embarazos no planeados. El uso de un método anticonceptivo eficaz es la mejor manera de hacerlo.

Como investigadores en proceso de desarrollar un anticonceptivo hormonal para hombres, creemos que, para reducir los embarazos no planeados y la necesidad de abortar, los hombres tienen que ser parte más activa de la anticoncepción. Los hombres participan del 100 por ciento de los embarazos no previstos, y la mayoría de ellos siguen siendo fértiles durante gran parte de su vida.

Los anticonceptivos para hombres se han usado desde hace cientos de años. Los condones elaborados con intestinos de animales se utilizaban en la Europa renacentista. Los condones son una herramienta útil para prevenir el embarazo y las infecciones de transmisión sexual, pese a que han tenido tasas significativas de error y descontinuación con el paso de los años. A muchos hombres, y mujeres, simplemente no les gustan. Desde hace mucho tiempo, se realizan vasectomías en Estados Unidos, pero no siempre pueden revertirse, por lo que solo son atractivas para los hombres que no están interesados en ser padres en un futuro. Pese a estas desventajas, hoy en día, los condones y la vasectomía representan alrededor de un 21 por ciento del uso mensual de métodos anticonceptivos en Estados Unidos.

Si bien existen múltiples métodos anticonceptivos para mujeres, como implantes, pastillas, dispositivos intrauterinos y aros vaginales, una proporción considerable de mujeres no cuenta con un método anticonceptivo que puedan usar de manera segura o sin padecer efectos secundarios importantes. Por ejemplo, es posible que la píldora no sea recomendable para mujeres con antecedentes de coágulos ni para mujeres de más de 35 años que fuman. Por usar anticonceptivos, muchas mujeres sufren efectos secundarios como sangrado anormal, aumento de peso, acné y una libido baja. Además, incluso para estas opciones imperfectas, el acceso a los métodos anticonceptivos sigue siendo un reto en muchas situaciones. Ahora que la oportunidad de interrumpir un embarazo no planeado no estará disponible para muchos, Estados Unidos necesita implementar soluciones innovadoras para incidir de manera significativa en las tasas de embarazos no previstos, que se han mantenido relativamente constantes en las últimas dos décadas pese a la aparición de nuevos métodos para mujeres. Por eso son prometedores los nuevos anticonceptivos para hombres.

¿Los hombres usarían anticonceptivos si hubiera más opciones disponibles? Los datos de encuestas multinacionales indican que entre el 29 y el 71 por ciento de los hombres usarían un anticonceptivo hormonal masculino. Los recientes estudios de mercado de la Male Contraceptive Initiative indican que el 82 por ciento de los hombres estadounidenses de entre 18 y 44 años de edad, cuyas parejas vivieron un embarazo no planeado en el pasado, están interesados en los nuevos métodos de anticoncepción masculina, y la mayoría afirma sentir que comparte la responsabilidad anticonceptiva con su pareja. Es importante mencionar que un estudio halló que solo el dos por ciento de las mujeres encuestadas dijeron que no confiarían en que sus parejas usaran un anticonceptivo hormonal masculino. Se necesita investigar más a fondo para justificar los datos de estos estudios con experiencias de hombres en el mundo real, y para educar a los hombres sobre las opciones anticonceptivas.

Desde hace más o menos 50 años, se ha puesto a prueba la anticoncepción hormonal masculina. A partir de nuestra investigación y la de otros, sabemos que estos métodos funcionan bien para la mayoría de los hombres. Se han probado varias inyecciones e implantes en más de 2000 parejas a nivel mundial, y en conjunto han demostrado ser reversibles y tener un 95 por ciento de eficacia para prevenir el embarazo, tasas comparables con las de la píldora anticonceptiva para mujeres y mejores que las de los condones.

Actualmente, el Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver y el Consejo de Población, en colaboración con 15 centros de todo el mundo, incluyendo sedes en América del Norte y del Sur, Europa y África, están realizando un estudio con más de 400 parejas para probar un gel anticonceptivo hormonal que los hombres se aplican en los hombros una vez al día de 18 a 24 meses. Como miembros del equipo de investigadores a cargo de este ensayo, sabemos que los hombres están interesados y comprometidos con el uso de estos métodos. Nuestros participantes masculinos a menudo expresan el deseo de seguir usando el método anticonceptivo aún después de que termine el estudio, y sus parejas mujeres suelen sentirse decepcionadas de retomar sus métodos previos.

Los anticonceptivos no hormonales para hombres están menos desarrollados, pero muestran potencial en las pruebas de laboratorio. Se está probando un prototipo de “vasectomía reversible” en países como la India y Estados Unidos. Consiste en un gel inyectado que forma una especie de tapón para impedir el paso del esperma; el tapón se puede fragmentar o degradar para permitir que se revierta el proceso. A más largo plazo, los científicos buscan desarrollar moléculas que impidan que los espermatozoides naden o maduren; sin embargo, es probable que estos anticonceptivos masculinos de “segunda generación” tarden más de una década en llegar.

Como médicos clínicos y desarrolladores, siempre nos hacen preguntas sobre efectos secundarios. Una minoría de los hombres que prueban los anticonceptivos hormonales experimentan los efectos secundarios que les resultarán familiares a algunas mujeres que han usado anticonceptivos hormonales (por ejemplo, aumento de peso, acné y disminución o incremento de la libido). Sin embargo, los hombres afirman estar dispuestos a compartir con las mujeres la carga de los efectos secundarios, y se ha propuesto el concepto del “riesgo compartido” para replantear la evaluación de riesgo en estas situaciones. En este paradigma, los hombres asumen el riesgo de los efectos secundarios que suponen los anticonceptivos para proteger a sus parejas del riesgo de padecer efectos no deseados por sus métodos anticonceptivos o por un embarazo no deseado. Ahora que varios estados están limitando aún más el acceso al aborto seguro, el riesgo de tener un embarazo no planeado para muchas mujeres ha aumentado bastante, lo cual refuerza la importancia de considerar el riesgo compartido en una pareja al momento de evaluar los posibles efectos secundarios del uso de anticonceptivos.

Como desarrolladores de anticonceptivos para hombres, la pregunta que más nos hacen es: ¿por qué tardan tanto? La inversión en el desarrollo de anticonceptivos para hombres se ha reducido en comparación con décadas anteriores cuando se contaba con la inversión de grandes farmacéuticas y agencias no gubernamentales. Hoy en día, el Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano e instituciones académicas proporcionan gran parte del financiamiento para el desarrollo de anticonceptivos masculinos; la falta de fondos lentifica el avance de las etapas de innovación y de ensayos clínicos.

¿Por qué se perdió esa colaboración? Es posible que la novedad de la anticoncepción masculina se considere demasiado riesgosa en términos de ganancias, y el mercado sea demasiado subestimado, como para que las farmacéuticas se animen a invertir. Además, los desarrolladores sufren por la falta de directrices de la Administración de Alimentos y Medicamentos sobre el nivel de eficacia que deben tener estos productos para poder lanzarse al mercado. Ya se han publicado recomendaciones unánimes de la comunidad de investigadores que sugieren parámetros para evaluar los nuevos anticonceptivos hormonales para hombres y establecen niveles de eficacia y seguridad, pero aún no se sabe si las entidades reguladoras los adoptarán. Se requiere una mayor promoción para impulsar este campo de investigación y convencer a los financiadores y a la industria farmacéutica que hay demanda para esta tecnología.

No estamos desarrollando anticonceptivos para hombres para remplazar a los anticonceptivos para mujeres. El acceso a los métodos anticonceptivos y al aborto seguro es un derecho humano fundamental para todas las personas y un componente necesario de la salud pública. No obstante, muchos hombres quieren compartir con sus parejas la carga de la anticoncepción; otros quieren tener su propia autonomía reproductiva. Los hombres están listos, pero sus opciones de anticonceptivos son limitadas. La educación será crucial a medida que estos productos entren al mercado.

Ahora que la Corte Suprema emitió una decisión que limitará en gran medida las opciones que tienen las personas para enfrentar un embarazo no planeado —una decisión que tendrá un impacto desproporcionado en las mujeres de bajos recursos— tenemos que acelerar más que nunca el desarrollo de opciones anticonceptivas para hombres. Muchas vidas dependen de ello.

Este artículo apareció originalmente en The New York Times.

© 2022 The New York Times Company