Olga Tañón, sobre retomar el control de su vida y sacar lo mejor de cada situación

Tras la muerte de su madre en 2017, Olga Tañón pasó por momentos difíciles que se exacerbaron con la llegada de la pandemia.

“No te puedo decir que entré en una depresión; entré en ansiedad”, dice la estrella puertorriqueña de la música tropical, agregando que todavía usa mascarilla para proteger a su hija Gabriela, quien tiene años lidiando con un raro desorden genético además de condiciones autoinmunes. “Llegué a no cantar por dos años y medio”, señala Tañón. También dice que aumentó considerablemente de peso.

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Pero durante el confinamiento en su casa en Ocala, Florida, la “Mujer de Fuego” decidió retomar las riendas de su vida y no solo volvió a cantar; también se sometió a una cirugía bariátrica para adelgazar tras reconocer que no podía hacerlo por sí sola, y con la franqueza que la caracteriza documentó abiertamente su experiencia en sus redes.

Desde entonces, ha grabado más de 25 canciones de las que ya ha lanzado más de una docena — la más reciente de ellas el jocoso vallenato “Perro arrepentido” — y ha vuelto a los escenarios con sus enérgicas actuaciones en vivo. Ahora se prepara para recorrer el mundo con Simetría Tour, que comienza en junio en Perú y que la llevará de Latinoamérica a Europa y Estados Unidos.

“Yo estoy bien contenta”, dice la intérprete de éxitos como “Así es la vida”, “Cómo olvidar” y “Basta ya”, quien en sus más de tres décadas de trayectoria ha posicionado 38 sencillos en la lista Hot Latin Songs de Billboard y mantiene el récord como la mujer con más Top 10 en el Tropical Airplay, con 28. “Yo creo que todos tuvimos un resurgir bien bestial después de lo que ha sido la pandemia, que a muchos como decimos en Puerto Rico los ha jinqueteado (golpeado) bien duro”.

En honor al Mes de la Historia de la Mujer, Billboard lanzó la serie “Las Poderosas” con un número selecto de estrellas latinas que hablan con sinceridad sobre la palabra “empoderamiento”, su lugar en la música latina y más. La serie debutó el 20 de marzo con LALI, continuó con Nathy Peluso el 22 y prosiguió con Carla Morrison el 24.

Lee la entrevista exclusiva con Olga Tañón a continuación:

¿Qué significa empoderamiento para ti como artista y como mujer?

Tomar el control de las cosas y no depender de los demás. De las cosas que yo siempre les digo a las mujeres cuando me preguntan, y yo soy muy clara, sobre “Olga, ¿por qué decidiste hacerte una bariátrica si tú podías [bajar sola de peso]?” Y yo les decía, “¿Sabes qué? ¡Porque me dio la gana a mí!” Eso es muy fácil de contestarlo. Esa decisión la tomé completamente yo, porque tú eres la única persona que vas a correr con los riesgos y con las consecuencias. Y empoderarte para mí es realmente hacer lo que tú quieres pero que salgas triunfante, aunque duela.

¿Qué NO significa empoderamiento para ti?

Sentarte en tu casa a hacer nada y a tú pensar que realmente las cosas nunca van a cambiar. La gente perezosa, la gente que se cae y dice “Ay, yo no puedo más con esto” — yo no he pasado por eso y le pido a Dios nunca pasarlo, que sea la pérdida de un hijo. Siempre que he conocido personas con pérdidas de hijos, tú sabes, han sido cosas terribles que yo jamás y nunca, aunque tengo una hija con una condición grave, no me pasa por la cabeza. Pero le pasó a una de mis mejores amigas y es el ejemplo que ella me da. Me dice: “Si me siento a llorar a mi hija toda una vida, me la voy a destruir”. Y se ha convertido en una influencer preciosa que te habla de cosas maravillosas. Convertirte en una batata no es empoderamiento. [Empoderamiento] es aprovechar esas cosas difíciles para volver a levantarte y resurgir con más fuerza.

¿Cuál es el mejor consejo que has recibido como mujer en la música?

Que no me cierre a las cosas nuevas. Porque hay mucha gente que se cierra a que lo suyo es la verdad absoluta del universo universal y del mundo mundial mundialista, y están incorrectos. Yo creo que tú también puedes hacer un tipo de fusiones en las cosas que tú hagas. A mí me encanta seguirme manteniendo vigente, pero tampoco me cierro a otras oportunidades. Una cosa es que seas fiel a tus raíces, pero otra cosa también es que tengas la mente abierta para continuar aprendiendo de nuevos sonidos, de nuevas propuestas.

¿Qué mujer te ha servido de mentora o modelo a seguir? ¿A quién admiras y por qué?

A mi mamá, una mujer que estudió hasta sexto grado; la sacaron porque tenía que criar a todos sus hermanos porque había hambre en su casa. Mi mamá siempre me decía que el dolor más grande que puede tener un ser humano es el dolor del hambre. Y me enseñó muchas cosas. Mami era una mujer amorosa pero rústica. Yo siempre le decía, “Tú eres como las rosas, tú eres hermosa por arriba pero tienes unas espinas que fastidian”. Pero te decían la verdad. Mi mamá me enseñó esa cuestión de tú seguir pa’lante y olvidarte de las cosas que dicen los demás. Si tú estás pendiente de lo que te dicen los demás, nunca vas a vivir tu propia vida.

¿Han cambiado las cosas para las mujeres latinas en la música en los últimos 5 años? ¿Cómo?

Yo he visto un cambio bestial, especialmente en lo que son mujeres urbanas. En lo tropical sigue no habiendo muchas, o lamentablemente si hay muchas, no se les ha dado el valor que se les tiene que dar. Pero yo he visto mucha mujer, que me encanta… [Comenzó con la rapera] Lisa M en Puerto Rico, y obviamente la que ha mantenido todo esto es Ivy Queen — porque a veces yo digo “no es la primera, es la que lo mantenga”, y ella lo ha mantenido. Pues mira, han llegado unas muchachas como los son Karol G, que realmente en este momento está arrasando con medio mundo, y yo estoy más que orgullosa de todas esas muchachas.

¿Cuál es tu canción favorita de “girl power”?

La canción que yo vivo cantando en mis shows, y que es como que la cantara por primera vez y me emociono de la misma manera, son dos: “La gran fiesta”, y también “Basta ya”, un tema que lleva 28, 29 años de grabado, y en ese tiempo la palabrita esta de “empoderar” no existía tan de moda. Simplemente es que este tipo de canciones te dan la fuerza suficiente para aprender a mandar al demontre todas las cosas que a ti realmente sabes que no te hacen bien y no te alimentan el alma. Y es igualmente como la canción de “La gran fiesta”, reconocer que la vida tiene a veces momentos malos, que cuando te dan los golpes eso no avisa, que es lo peor, pero tú te quedas con los ratitos más lindos que has vivido en ella. Y eso me acuerda mucho a mi mamá, porque tuvo la oportunidad de escucharla antes de morir y cada vez que la canto siento como que vuelo.

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