Diferentes olas migratorias, mismos destinos: de aquellas maletas de madera a la nueva juventud migrante

<a href="https://www.shutterstock.com/es/image-photo/back-view-young-asian-man-casual-2415676959" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:Prostock-studio/Shutterstock;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link ">Prostock-studio/Shutterstock</a>

Si pensamos en la emigración histórica de españoles hacia Europa, quizás nos venga a la mente la imagen de hombres y mujeres cogiendo trenes con una maleta de cartón hacia Alemania, Francia o Suiza en las décadas de los años 1960 y 1970.

Si profundizamos en la mirada, puede que en nuestra memoria aparezcan las fotografías punzantes de Jean Mohr o el relato crítico de esta realidad migratoria de John Berger, capaces de captar el rechazo de la población local hacia emigrantes que procedían de zonas empobrecidas, con estados autoritarios y una política económica incapaz de generar oportunidades para las clases populares.

Su destino migratorio eran las urbes que demandaban mano de obra para su crecimiento industrial. Las remesas de esa emigración no fueron sólo económicas, sino que experimentaron también lo que significaba vivir en sociedades democráticas. Aunque con escaso reconocimiento social, fueron un motor del cambio político que llevaría España hacia la democracia en 1978.

A partir de la gran recesión económica del 2008, los destinos migratorios hacia Europa se repiten. De hecho, echando la vista hacia atrás, es realmente a partir del ingreso de España en la comunidad europea (1986) cuando comienza la tendencia al alza de la migración española cualificada hacia Europa.

De 2008 en adelante ha explotado un debate político y mediático sobre estas migraciones: ¿es una fuga de cerebros?, ¿es un impulso aventurero de la juventud? En contraste con esta narrativa, desde los movimientos sociales como Marea Granate (creada en 2013) o el Movimiento Indignados se va a hacer hincapié en la idea de una juventud que es, más bien, expulsada de una España sin futuro laboral y con dificultades de acceso a una vivienda.

Reino Unido, Francia o Alemania para buscar empleo

Más allá de esta controversia con implicaciones políticas, lo cierto es que, además de este perfil de emigrantes cualificados, no podemos olvidar otra tipología de emigrantes menos cualificados, con dificultades con el idioma de destino, pero que también emigran a Reino Unido, Francia o Alemania en búsqueda de un empleo.

Incluso habría que mencionar el olvido de “los otros emigrantes” españoles: los temporeros agrícolas, los trabajadores españoles de Disneyland París, los empleados en las multinacionales de comida rápida o las au pair que realizan trabajos de cuidados.

A partir de distintas investigaciones –proyectos NUEMIG, EMIGRAREIN y CRISMIG, realizadas en ciudades como París, Niza, Londres, Berlín o Düsseldorf– nos hemos hecho dos preguntas que se entrecruzan. Por un lado, ¿qué similitudes y diferencias detectan entre su emigración y la del periodo 1960-1975? Por otro, ¿en qué términos definen los jóvenes que han emigrado recientemente sus proyectos de movilidad en Europa?

Libre movilidad pero persiste la discriminación

Empecemos por las similitudes. En primer lugar, los países de destino son muy parecidos en ambas oleadas migratorias. Así, Francia y Alemania vuelven a ser destinos prioritarios, destacando esta vez más Reino Unido (antes del Brexit). Ahora bien, en un contexto distinto, el de la libre movilidad en el seno de la Unión Europea.

Algunos y algunas de nuestras informantes, sobre todo las más implicadas en movimientos sociales (Oficina Precaria o Marea Granate), se identifican de modo consciente como emigrantes del sur de Europa, poniendo el foco en España como un país históricamente emisor de emigrantes. Parte de ellas incluso pone de relieve experiencias de discriminación en su integración laboral en los países de destino, similar a la experiencia vivida por los emigrados en los años sesenta.

Este tipo de emigrantes “más politizados” se identifican como emigrantes como una estrategia política que desea unir las distintas experiencias migratorias, rechazando conscientemente el clasismo o cierre social presente en los discursos de cierta comunidad de españoles en Europa.

Hoy hay un mayor conocimiento de las lenguas de destino

Sin embargo, hay que señalar que, en general, la mayoría de los emigrantes entrevistadas insiste en las diferencias entre la nueva emigración española y la anterior ola migratoria de los 1960.

Las divergencias tienen que ver con un mayor conocimiento actual de las lenguas de destino y, sobre todo, con una mejor cualificación de los recientes emigrantes (la mayoría con estudios universitarios o formación profesional).

Además, las personas que emigran en la actualidad poseen un historial de movilidad previo por distintos países de Europa (a través de la realización de Erasmus, prácticas en el extranjero, etc.). Y eso les ha facilitado una mejor integración social en los países de destino.

En este sentido, los informantes señalan, certeramente, que una de las motivaciones de la antigua oleada migratoria era el envío de remesas a sus familiares en origen o el ahorro de dinero para la inversión después en España; una motivación que no es compartida en la actualidad.

La encuesta European Internal Movers Social Survey sobre la migración intraeuropea muestra la relevancia de la esfera afectiva como causa de las migraciones actuales, seguida de la mejora de la calidad de vida o motivaciones laborales.

Otras encuestas realizadas en los años 1970 destacan el predominio de la motivación económica, visibilizando un cambio en el tipo de proyecto migratorio en las migraciones intraeuropeas.

Otra diferencia relevante que hemos detectado tiene que ver con la diversidad de sectores laborales que en la actualidad son ocupados por los migrantes españoles. La ola migratoria anterior estaba protagonizada por una mano de obra a menudo no cualificada de trabajadores del campo que, con posterioridad, fueron reemplazados en gran parte por artesanos, trabajadores industriales y también dedicados a la construcción.

Una emigración que quiere vivir y no enviar remesas

En la actualidad, sin olvidar puestos menos cualificados, cabe destacar, por ejemplo, el sector sanitario: enfermeras, fisioterapeutas, dentistas, etc. Según muchos de nuestros informantes, particularmente los más jóvenes, y aquí radica una diferencia histórica relevante: la reciente emigración apoya mayoritariamente su proyecto migratorio en la mejora de sus condiciones sociolaborales. En palabras de uno de nuestros entrevistados: “Venimos a Alemania para… vivir y no para enviar remesas a origen”.

Por último, la comunicación con los familiares o el tipo (y abaratamiento) de los viajes a España se han transformado de un modo evidente desde la década de 1960. Las redes sociales, el teléfono móvil y los vuelos baratos han transformado las visitas y la comunicación de los emigrantes españoles con sus familias, dando una sensación de que Europa es un espacio de libre movilidad y cosmopolita.

Sin embargo, esto requiere un matiz: la sensación de una Europa sin fronteras se truncó con la vivencia de la pandemia de la covid-19 en marzo 2020, conviviendo, en el caso de Reino Unido, este primer año de la pandemia con el periodo de transición a la aplicación efectiva del Brexit.

Para muchos emigrantes españoles, la pandemia supuso la vez primera en la que experimentaron restricciones a la movilidad y controles fronterizos entre destino y origen. Podemos concluir que la crisis sanitaria acentuó la diferencia entre inmigrantes con empleos cualificados (y con posibilidad de teletrabajar) y los que estaban empleados en sectores más precarizados . Un ejemplo paradigmático de este último grupo es aquellos migrantes que trabajaban en sectores duramente golpeados por la pandemia y atravesados por la precariedad laboral, como el turístico.

Más allá de la crisis de 2008 y de la pandemia, la movilidad con Europa, sea temporal o indefinida, parece formar ya parte de la experiencia para muchos jóvenes españoles y revela las dificultades que algunos tienen para iniciar sus proyectos de vida como adultos en España.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

Lee mas:

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.