Ola migratoria desborda un campamento en Vallejo

CIUDAD DE MÉXICO, junio 14 (EL UNIVERSAL).- El fenómeno migratorio sin precedentes por el que atraviesa la Ciudad de México saturó el campamento en la colonia Vallejo, y lo extendió a las aceras de las calles contiguas que en casas de campaña albergan a decenas de los más nuevos miembros que se integran a la comunidad en esa zona de la alcaldía Gustavo A. Madero y cuya presencia ya afecta a vecinos y estudiantes de escuelas primarias aledañas.

A unos metros de ellos, en la Primaria La Prensa, autoridades escolares externaron que dicha sobrepoblación repercutió en su alumnado, pues, los migrantes, al usar las coladeras que colindan con el centro educativo, terminaron por hacer que el drenaje colapse.

"La problemática social que estamos viviendo sobre lo que es la migración, a mi me está impactando en las enfermedades, he tenido niños con tifoidea, escarlatina y sarampión. Mi escuela está atrás de los migrantes, entonces todos los orines y las heces fecales están contaminando el ambiente. La calle no es albergue", comentó Verónica Cortés, directora de la Escuela Primaria La Prensa.

Patricia Pérez, mamá de una pequeña alumna de ese plantel, narró que "por las tardes hay un olor insoportable de las heces de los migrantes que están a quienes a un lado. Están ocupando el parque que era el punto de reunión externo de los niños de la primaria y de la comunidad estudiantil de por aquí, entonces, en caso de un siniestro, los niños no tienen en donde salvaguardar su integridad (…) usan como letrina las banquetas y las coladeras aledañas, eso perjudica a la población escolar".

Decenas de casas improvisadas sobre las orillas de las vías de la calle Clave, ya no dan abasto de vivienda a cientos de personas en movilidad humana que extendieron el campamento que desde hace casi un año gradualmente se expandió.

Cada pequeña choza de madera y lonas de plástico tiene una hoguera improvisada a unos pasos de su entrada, en donde, al aire libre, las personas preparan distintos guisos con evidente carencia de asepsia en las veredas de las vías que entre y sobre el balastro, en algunas partes se agazapan montones de basura, restos de comida que se pudren bajo el sol, moscas y una extensa variopinta de trastes, juguetes y muebles viejos.

En la plazuela ubicada entre las calles Caruso y Florencio Constantino, lugar en donde los vecinos jugaban a la pelota, paseaban por las jardineras y era visible un pequeño quiosco, que la tarde del 11 de junio no tenía cabida para siquiera un alfiler.

"Yo no tengo nada en contra de ellos, pobre gente, viene a sufrir, pero a mi ver, ahorita estamos sufriendo más con ellos porque sí vinieron a quitarnos tranquilidad, me gustaría que los reubiquen", comentó el señor Alejandro Ibáñez, vecino desde hace más de treinta años.

Algunos miembros de la comuna compartían alimentos cerca de tubos de PVC de media pulgada que les sirven de drenaje provisional el cual desagua en la calle, lo que provoca que al calor del mediodía el olor cause molestia a los colonos.

Los extranjeros, en su mayoría de nacionalidad venezolana, que son parte del 51% que salió de su país debido a la violencia, inseguridad y amenazas, según un monitoreo de la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), llevan a cabo diversas actividades para hacer menos pesada su estadía en la capital mexicana y para generar el dinero que les permita desplazarse a la frontera norte cuando les llegue la cita a la solicitud de asilo para ingresar a la unión americana.

Vecinos y autoridades escolares esperan que, como sucedió con los extranjeros que ocupaban la Plaza Giordano Bruno en la alcaldía Cuauhtémoc, autoridades de Migración procedan a reubicar el caserío que ya se extendió hasta la calzada de los Misterios.

Entre tanto, personal de la Subdirección de Migrantes de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso) de la Ciudad de México, que recorre el perímetro, comentó que a ese lugar conformado por unas 400 casas, no han llegado personas que fueron retiradas de la colonia Juárez, y enfatizaron que en la capital, la movilidad humana es el ejercicio del derecho humano de toda persona a migrar, que incluye las transformaciones positivas que disminuyan las desigualdades, inquietudes y discriminación, y que por lo tanto, no se identificará ni se reconocerá a ningún ser humano como ilegal por su situación migratoria.