“Hay una ola de descontento mundial”, Oppenheimer presenta un libro para ser más prósperos

Los trabajadores felices son más productivos, las empresas con trabajadores felices son más exitosas, los optimistas viven entre 6 y 10 años más que los pesimistas. La medición de la felicidad es un aspecto que cada vez toman más en serio los países y los economistas, al punto que el Reino Unido tiene un Ministerio de la Soledad y Bután hace años que mide el Índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB).

Así que no es de extrañar que el periodista Andrés Oppenheimer –voz incisiva en temas de desarrollo económico, democracia, educación e innovación en Latinoamérica con sus columnas en el Nuevo Herald y el Miami Herald, y su programa en CNN en Español– se enfoque en la felicidad en su nuevo libro.

Como cuenta al principio de ¡Cómo salir del pozo! (Vintage Español) su aproximación inicial al tema fue con escepticismo. Invitado a un evento en la Universidad de Miami, la Cumbre de la Felicidad, Oppenheimer temía encontrar “una sala llena de humo de incienso, donde varios oradores motivacionales con pulseras de hilo y sandalias intentarían convencerme –en vano, como tantos otros antes– de que tenía que meditar y hacer yoga”.

Hay que agradecer que haya asistido al evento con mente abierta. El resultado de sus indagaciones posteriores, de sus entrevistas a políticos y líderes internacionales y de sus viajes –que lo llevaron a varios países escandinavos, al Reino Unido y a Bután– cristalizan en un libro que ofrece una mirada certera a esa búsqueda de la felicidad, tan legítima que es parte integral de la Constitución de países como Estados Unidos.

En su libro anterior, ¡Sálvese quien pueda!, en el que abordó cómo la tecnología y la inteligencia artificial marcan el futuro del trabajo, Oppenheimer contó sobre un robot que encontró en un hotel de Tokío, que podía hacer labores de conserje de manera eficiente. El robot, sin embargo, no podía responder a la pregunta de “cuál es tu nombre”. Simplemente emitía una serie de ruidos raros y ahí quedaba toda su habilidad expresiva.

Vale retomar este pasaje porque es también nuestra humanidad –esa que nunca podrá repetir un robot– la que provoca que sea más productivo un empleado feliz, que viva más años un adulto mayor que no se siente solo, y que los países democráticos sean más prósperos.

“El dinero no te compra felicidad, pero la falta de dinero te compra miseria”, dice uno de los expertos entrevistados por Oppenheimer.

Pero el ingreso per cápita es solo uno de los factores que contribuyen al bienestar. Tampoco son más felices aquellos países cuyos habitantes son más bailadores y bullangueros. Las fotos de sonrisas miserables pero amplias, dirigidas a atraer turistas a países aquejados por el inmovilismo como Cuba, solo perpetúan un estereotipo, porque la alegría no es felicidad.

La buena noticia es que “no hay países que estén condenados biológicamente al fracaso”. Las recetas que Oppenheimer propone “para salir del pozo” sirven de guía tanto a los individuos como a los países, y, además, una vez más el cambio empieza por la educación, porque el optimismo se puede enseñar en las escuelas.

¡Cómo salir del pozo! ya es número uno en ventas en Amazon, en España y México. El 14 de noviembre Oppenheimer lo presenta en la Feria del Libro de Miami, en conversación con Mario Kreutzberger “Don Francisco”.

¿Por qué un periodista que ha escrito libros sobre política, economía, educación e innovación escribe ahora un libro sobre la felicidad? ¿Qué te llevó a escribir este libro?

Lo cierto es que este es un libro bastante político sobre la felicidad. Lo escribí porque hay una ola de descontento en el mundo, incluso en los países que más crecen y más reducen la pobreza. Eso me llamó mucho la atención en el estallido social del 2019 en Chile, que era el país que mas crecía y reducía la pobreza en América Latina. Y después vimos pasar lo mismo en Perú, Colombia, y en la “Primavera Árabe” del norte de África.

Incluso el fenómeno de Trump en Estados Unidos y el Brexit en el Reino Unido son producto de esta ola de descontento mundial. Entonces, me propuse viajar a los países más felices del mundo, y a los que están haciendo las mayores innovaciones para aumentar la felicidad, y escribir un libro sobre qué están haciendo esos países, y cómo combatir el atraso económico, el populismo, y aumentar la felicidad.

Uno de los aspectos que resalta tu libro es que para promover la felicidad, primero hay que medirla. ¿Qué se esta haciendo en ese sentido?

Cada vez más países están midiendo la felicidad de la gente, preguntando en sus censos cuán satisfecha está con su vida en una escala del 1 al 10. Lamentablemente, no lo estamos haciendo ni en Estados Unidos, ni en América Latina. Por el contrario, países como el Reino Unido hacen esa pregunta varias veces por año, para poder implementar políticas públicas focalizadas. Así encuentran, por ejemplo, que hay un gran foco de descontento en una determinada cuadra, o en un determinado barrio, por ejemplo porque hay muchos adultos mayores que están muy solos. Entonces, organizan torneos de ajedrez o clubes de cine o coros después de horas en la escuela secundaria de la esquina. Parece algo muy obvio y trivial, pero funciona. Las actividades comunitarias aumentan el nivel de felicidad de la gente.

Portada del libro “¡Cómo salir del pozo!”, del periodista Andrés Oppenheimer. Cortesía
Portada del libro “¡Cómo salir del pozo!”, del periodista Andrés Oppenheimer. Cortesía

La felicidad es más que un buen ingreso económico, dices en tu libro. ¿Cuáles son los otros factores que influyen en una mayor satisfacción de vida?

En mis viajes a Dinamarca, Finlandia, el Reino Unido, India, Bután y otros para escribir este libro encontré que entre los principales pilares de la felicidad están tener un ingreso que permita satisfacer las necesidades básicas, buenas relaciones familiares y sociales, una vida comunitaria con actividades culturales y deportivas, un propósito en la vida, que puede ser grande o pequeño, y un espíritu optimista. Y, como lo cuento en el libro, el optimismo es algo que se puede aprender y ejercitar.

Haces una distinción entre la alegría y la felicidad. ¿Cómo se definen ambas y cómo afecta especialmente a Latinoamérica?

La alegría es un fenómeno pasajero, como por ejemplo lo que sientes después de comerte un buen helado de chocolate. La satisfacción de vida es algo más permanente, donde entran en juego muchas más cosas, como si llegas con tus ingresos a fin de mes, o si tienes un seguro médico, etc. Los latinoamericanos salimos muy bien en los rankings mundiales de alegría, pero muy mal en los rankings de satisfacción de vida. Y estos últimos son mas importantes, porque de poco te sirve un momento de alegría si no tienes para comer a la noche.

¿Cómo afectan la soledad y la salud mental la sensación de felicidad, y que estrategias están dando resultado en los países que visitaste?

La soledad es un problema creciente, especialmente entre los adolescentes y los adultos mayores, al punto que cuando entrevisté a la Ministra de la Soledad del Reino Unido me dijo que lo que más le sorprendió cuando asumió su cargo era el altísimo nivel de soledad que hay entre los jóvenes.

Muchos países, como Dinamarca, están promoviendo actividades comunitarias en todos los barrios para acercar a la gente. Durante mis entrevistas en Dinamarca, descubrí que ese país, de apenas 6 millones de habitantes, tiene tres veces más grupos de coleccionistas de estampillas que México, que tiene 128 millones de habitantes. Los daneses promocionan ese tipo de actividades.

¡Cómo salir del pozo! es también un libro de viajes. ¿Qué aspectos te sorprendieron más al visitar tantos países que pueden guiarnos hacia la búsqueda de la felicidad?

Una de las cosas que más me impresionaron, en mi viaje a India este año para terminar de escribir este libro, fueron las clases de felicidad en las escuelas públicas de Nueva Delhi. Los niños allí tienen una hora de clase de felicidad obligatoria todos los días. Y allí aprenden a meditar, a tolerar los fracasos de la vida, a respetar a los demás, etc. Cuando me lo contaron, pensé que era un chiste, pero cuando vi estas clases en persona en la India me parecieron fabulosas.

Andrés Oppenheimer emprendió numerosos viajes para ver de cerca cómo varios países están midiendo la felicidad e implementando políticas públicas para promoverla.
Andrés Oppenheimer emprendió numerosos viajes para ver de cerca cómo varios países están midiendo la felicidad e implementando políticas públicas para promoverla.

¿Qué es la educación positiva y cómo puede cambiar la vida de niños y jóvenes?

La educación positiva, o las habilidades socioemocionales, o como queramos llamarla, es fundamental para ayudar a los niños a ser más felices. En Nueva Delhi, por ejemplo, les enseñan a los niños a tolerar el fracaso con historias de famosos. Por ejemplo, la maestra le cuenta a los niños que Lionel Messi llevaba invicto más de 30 partidos con la selección argentina antes del mundial de Qatar, y al llegar al Mundial perdió su primer partido contra Arabia Saudita, un equipo bastante flojo.

Al finalizar el partido, Messi dijo que había sido un golpe muy duro, pero que que él y su equipo ya habían dado vuelta la página, y estaban concentrados en su próximo partido...Y terminaron ganando su próximo partido, y todo el Mundial. Entonces, la maestra les pregunta a los niños cuales fueron sus más recientes fracasos, y cómo reaccionaron. Y así, los niños se familiarizan desde muy pequeños con la idea de que uno se cae y se levanta muchas veces en la vida.

Resume algunas de las recetas más importantes para salir del pozo.

Al final del libro cito una docena de ellas, pero para citarte dos o tres, te diría que algunas de ellas son, además de tener un techo y comida, tener una rica vida social y comunitaria, un propósito (que puede ser desde ayudar a una persona hasta tratar de salvar el mundo), y tener un espíritu optimista.

El optimismo nos da mas energía, y nos hace ser más creativos, más innovadores, y más productivos. Y, como lo descubrí al investigar este libro, el optimismo no es algo necesariamente genético, sino algo que podemos aprender y ejercitar. Hay que tener un optimismo realista, porque tampoco se trata de ser ingenuos, pero el pesimismo es una receta para la complacencia y el atraso.

Andrés Oppenheimer presenta ¡Cómo salir del pozo!, martes 14 de noviembre, 7 p.m., salón 2106, edificio 2, 1 piso, 300 NE 2 Ave., Wolfson Campus, Miami Dade College. El libro se puede comprar en Amazon.