Una ola de calor sin precedentes asola China; más víctimas por inundaciones en Corea del Sur

Por Ryan Woo y Hyonhee Shin

PEKÍN/SEÚL, 19 jul (Reuters) - Turistas acudieron en masa a un termómetro gigante en China que mostraba temperaturas superficiales de 80 ºC, mientras que el número de muertos por las lluvias torrenciales en Corea del Sur alcanzó los 44 el miércoles, en un nuevo fenómeno meteorológico extremo que desató el caos y la curiosidad en todo el mundo.

Los incendios ardieron por tercer día consecutivo al oeste de Atenas, la capital griega. Aviones bombarderos reanudaron sus operaciones al amanecer y bomberos trabajaron toda la noche para mantener las llamas alejadas de un complejo de refinerías costeras.

En una Pekín sofocante, el enviado estadounidense para el clima, John Kerry, inició el tercer día de conversaciones con responsables chinos, expresando su esperanza de que la cooperación para combatir el calentamiento global pueda redefinir los problemáticos lazos entre las dos superpotencias.

Un patrón global de olas de calor que ha abrasado partes de Europa, Asia y Estados Unidos esta semana ha puesto de relieve ese desafío. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió el martes del aumento del riesgo de muertes relacionadas con las temperaturas excesivamente altas.

Mientras tanto, la Isla Grande de Hawái se preparaba para el impacto de la tormenta tropical Calvin, que se espera que traiga hasta 203 milímetros de lluvia y fuertes ráfagas de viento, dijo el Servicio Meteorológico Nacional de Estados unidos (NWS, por sus siglas en inglés).

En Corea del Sur, los diluvios han azotado las regiones central y meridional desde la semana pasada. Catorce personas murieron en un paso subterráneo de la ciudad central de Cheongju, donde más de una decena de vehículos quedaron anegados el sábado al derrumbarse el dique de un río. En la provincia suroriental de Gyeongsang del Norte murieron 22 personas, muchas de ellas por deslizamientos de tierra y remolinos de agua.

Las víctimas de este año han reavivado los interrogantes sobre los esfuerzos de Corea del Sur para prevenir y responder a los daños causados por las inundaciones, menos de un año después de que los aguaceros más intensos en 115 años azotaran Seúl.

El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha declarado que la situación ha empeorado debido a una gestión poco rigurosa de las zonas vulnerables y al incumplimiento de las normas y el miércoles designó 13 áreas afectadas por las inundaciones como zonas especiales de desastre.

El primer ministro, Han Duck-soo, pidió que se aceleraran los trabajos de reparación para evitar más daños y advirtió de que se preveían más lluvias torrenciales para el fin de semana.

"Tomando los fenómenos meteorológicos extremos causados por el cambio climático como parte de nuestra vida cotidiana, crearemos medidas institucionales y sistemas en consecuencia", dijo Han en una reunión entre organismos sobre la respuesta a las inundaciones.

TURISTAS CURIOSOS

En la provincia occidental china de Xinjiang, turistas armados con sombreros de ala ancha y paraguas desafiaron temperaturas abrasadoras para hacerse selfis junto a un termómetro gigante que mostraba en tiempo real una temperatura superficial de 80 ºC, según la televisión estatal.

Todos los veranos, turistas curiosos acuden en masa a la montaña Flameante, en el borde septentrional de la depresión de Turfán, en Xinjiang, no sólo para admirar sus onduladas laderas de arenisca marrón rojiza, sino también para sentir el calor extremo que emana del suelo.

En los últimos días, las temperaturas en Xinjiang y otras partes de Asia, así como en Europa y Estados Unidos, han batido récords.

El domingo, un remoto municipio de la depresión de Turfán registró una temperatura máxima del aire de 52,2 ºC, pulverizando el récord nacional chino de 50,3 ºC establecido en 2015, también en la cuenca.

Ese día, la ciudad oasis de Turfán, al oeste de la montaña Flameante, vio cómo las temperaturas máximas del aire en 31 estaciones meteorológicas locales superaban los 45 ºC, con la máxima en cinco de ellas superando los 50 ºC, informaron medios estatales el miércoles.

El martes, Pekín registró su 27º día con temperaturas superiores a 35 ºC, estableciendo un nuevo récord local de días con temperaturas altas en un año. El récord anterior de la capital china era de 26 días, establecido en el 2000.

Estas temperaturas sin precedentes han hecho más urgente para los países de todo el mundo la lucha contra el cambio climático, que, según los científicos, hará que las olas de calor sean más frecuentes, graves y mortales.

En contraste con el calor extremo, se prevé que fuertes lluvias, tormentas eléctricas, vendavales y granizo azoten otras partes de China en las próximas 18 horas, según el Centro Meteorológico Nacional del país.

Con las dos mayores economías del mundo enfrentadas en asuntos que van desde el comercio a Taiwán, Kerry dijo el miércoles al vicepresidente chino, Han Zheng, que el cambio climático debe tratarse al margen de problemas diplomáticos más amplios.

"Es una amenaza universal para todos los habitantes del planeta y requiere que las naciones más grandes del mundo, las economías más grandes del mundo, los mayores emisores del mundo, se unan para trabajar no sólo por nosotros, sino por toda la humanidad", dijo Kerry a Han.

Kerry también se ha reunido con el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, y con el primer ministro, Li Qiang, así como con el veterano enviado para asuntos climáticos, Xie Zhenhua, en un intento de restablecer la confianza entre ambas partes antes de las conversaciones sobre el clima de la COP28, que se celebrarán en Dubái a finales de año.

(Información de Ryan Woo y Valerie Vocovici en Pekín y Hyonhee Shin en Seúl; escrito por John Geddie; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)