Ola de calor. Una playa fuera del radar turístico urbano para aprovechar el río y mitigar la temperatura
Una familia viajó desde Gran Bourg. Llegó temprano a Vicente López y con algunos vecinos se acomodaron debajo de un árbol frondoso que está a metros de la costa, a la altura de la calle Laprida, y que podría acoger a varias personas. Toman algo fresco mientras su bebé y su hijo duermen en la sombra. Desde donde se ubicaron ven el río; estuvieron allí refrescándose minutos atrás. Según dicen, tuvieron que meterse hoy un poco más adentro porque cerca de la orilla el agua estaba algo caliente. Dentro del campo visual y antes del caudal, varias familias nadan y juegan lejos de la costa; a lo largo y a lo ancho también se observan varias toneladas de escombros y basura que empañan la imagen.
“Ayer estuvimos con el ventilador, pero hacía mucho calor; el aire acondicionado es muy caro”, dice Matías Lezcano (26) que hace un año vive en el Partido de San Isidro. Es de Campo Largo, una localidad chaqueña donde la sensación térmica suele alcanzar los 47°C. Vive en Beccar hace un año, en dónde los veranos son intensos y deberían ser menos crueles que en Chaco. Sin embargo, hace tres días el agua de la casa que comparte con su suegra no lo ayuda a refrescarse. “De la canilla sale turbia y un poco amarilla, no se puede tomar. Ayer el municipio nos dio 6 botellas de agua, pero con este calor no alcanza. Solemos venir seguido para esta zona del río. Hoy necesitábamos refrescarnos, por eso vinimos para acá”.
Matías y su esposa Queila Banega bajaron a la costa desde la calle San Martín. Por ese camino, desde el que se llega al paseo costero, hay varios carteles que indican que no se puede ingresar con bebidas alcohólicas, no se puede hacer fuego y, sobre todo, hay muchos que indican que está prohibido bañarse. Sin embargo, desde ese acceso hasta Ricardo Alfonsín la costa de Vicente López está llena de personas que tratan de sortear el intenso calor de estos días.
“No sé nadar, pero mi marido sí”, dice Mabel Medina, de Don Torcuato, mientras camina sobre la orilla acompañada por su esposo e hijas. Como la costa no está habilitada para bañarse no hay guardavidas; sin embargo, con el termómetro marcando 36,9°C y con una sensación térmica que trepaba a 40,7°C, se mete igual en el río para refrescarse. “No hay bañeros, pero pasa la policía. Si hay algún problema llaman a la ambulancia”, asegura Medina que viene siempre a la costa de Vicente López con su familia.
Desde el paseo costero hasta la ribera, hay algunos árboles que sirven de alivio ante la intensidad del sol. Los que llegaron por la mañana pudieron acaparar aquellos más frondosos. Por momentos sopla un viento suave, que los cuerpos todavía húmedos por el agua de río, reciben como un bálsamo.
“Ayer estuve con aire todo el día”, dice Darío Turco, de Constitución, que junto a su novia sale del agua y trata de buscar un lugar para esconderse de los rayos de sol. “Suelo venir acá un par de veces en el año”. A la altura de la calle Melo, en dónde están ellos, ya hay alrededor de veinte personas refrescándose en el río. A unos metros, en donde la bajante formó una playa de arena húmeda, dos equipos completos de adolescentes juegan un picadito.
En la medida que la costa se aleja de la calle San Martín y se encamina hacia el sur, caminar en el agua se convierte en una travesía. Piedras, escombros y desechos permanecen ocultos en el fondo y pueden lastimar algún pie. “Tuvimos que esconder las toallas cuando nos revisaron las mochilas”, dice Norberto Medina, que por primera vez vino a la costa de Vicente López desde Rafael Castillo, acompañado por su novia y una sobrina de ella. “Los que están al final de la calle Laprida nos dijeron que no podemos bañarnos acá porque no hay guardavidas y el agua no es apta, pero vinimos de todas maneras porque con este calor no se puede estar en ningún lado”. En las calles que derivan al paseo costero hay oficiales de tránsito y también personal que controla las barreras: ellos revisan lo que cada uno lleva en las mochilas.
“Ni loco me meto en ese agua”, dice Eugenio Poltorosky de Florida que, intentando buscar algo de sombra, camina junto a su novia por la pasarela elevada que de lejos mira al río. “Si nos metemos ahí me voy a agarrar cualquier bicho”, añade. Para los que se dan chapuzones el único problema es que “algunas piedras pinchan”. Desde lejos, una lancha de Prefectura patrulla; una moto de agua se suele acercar a los que nadan en la zona más profunda.
Cómo sigue la de ola de calor
En días de calor como el de hoy y los que se registraron en esta semana, las personas tratan de huir del calor. Por más que les guste el verano la mayoría siente la necesidad de que en algún momento llegue un alivio. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) la temperatura esta semana osciló entre los 34°C y los 38°C. A las 17 de hoy, en la Ciudad de Buenos Aires el termómetro marcó 36,9°C, mientras que la sensación térmica escaló a 40,7°C: una de la más elevadas de la semana.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se espera que mañana por la mañana la temperatura descienda a 22°C y que, por la tarde llegue a 31°C, algo menor que en los últimos días. Se prevén ráfagas de viento que oscilarán entre los 42 y los 59 kilómetros por hora durante la jornada, que presentará cielo parcialmente nublado.
Para el lunes, sin embargo, se estima que la mínima se sitúe en 23°C y que la máxima esté en el orden de los 35°C, una temperatura otra vez muy alta. El cielo se presentará entre parcial y mayormente nublado.
En el resto del país continuará la ola de calor, incluso con fuertes advertencias. La provincia de Buenos Aires -menos la zona atlántica- está bajo alerta roja, al igual que La Pampa, el norte de Neuquén, Mendoza, el norte de San Luis, el este y el oeste de Córdoba, el sur de Santa Fe, el oeste de Entre Ríos, San Juan, La Rioja, Catamarca, el noroeste de Chaco y Formosa.
Se declaró alerta naranja para la zona de la costa atlántica, el noroeste de Buenos Aires, el sur de San Luis y Córdoba, el este de Santiago del Estero, Tucumán, el noroeste de Jujuy y el sureste de Salta.
Bajo alerta amarilla, por su parte, quedan sectores del centro de San Luis, el este y el norte de Córdoba, el centro y norte de Santa Fe, el este de Santiago del Estero y de Entre Ríos, Corrientes, buena parte de Misiones, el centro y sur de Chaco, el sur de Jujuy y el este de Formosa.