Ola de calor. Por qué la crecida de un río cordillerano genera alegría y temor entre pobladores y turistas

Después de casi una década de sequía, el río Mendoza muestra su cauce con agua de deshielo cordillerano
Después de casi una década de sequía, el río Mendoza muestra su cauce con agua de deshielo cordillerano - Créditos: @provincia de mendoza

MENDOZA.- Es una sensación encontrada: la alegría de ver correr el agua, después de largos años, y el temor a que se produzca una nueva tragedia. Así, transcurren estas horas en esta provincia tras la sorprendente crecida del río Mendoza, producto de los deshielos que aceleró la ola de calor que azota a todo el país. Esto se evidenció, de manera desmedida, cuando las autoridades locales decidieron desembalsar el reconocido dique Potrerillos, en la alta montaña, que llegó a su cota máxima, lo que empezó a provocar, con el pasar de los días, dolores de cabeza aguas abajo.

Por tal motivo, desde el gobierno provincial lanzaron una nueva advertencia. “Pedimos extrema precaución a la sociedad ante la situación climatológica”, indicó la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, junto con el superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, poniendo el foco en las alertas por incendios forestales, la ola de calor, la crecida de los cauces, el deshielo y las posibles precipitaciones. “Necesitamos que la población tenga máxima precaución”, acotaron ambos funcionarios, haciendo hincapié incluso en sitios públicos para bañarse, como la “Playita de Luján”, donde se dio un proceso de erosión del pie de la barranca y desmoronamiento, a raíz del escurrimiento notable del río, aunque, aseguran, que ya se estabilizó.

Así, esta sorprendente situación, que se salió de control y previsión oficial por las registros térmicos extremos, llevó al Departamento General de Irrigación a corregir el pronóstico de escurrimiento del río Mendoza para el período 2024 en base a las intensas nevadas en 2023, que ya estimaba un 50% más de volumen que la temporada anterior, aunque similar a lo que pasaba hace 20 años. Ahora, desde la entidad autárquica indicaron que el principal río de la provincia traerá un 16% extra al estimado. “No estamos frente a una cantidad de agua o caudales desmedidos, sino que son los que tuvo Mendoza en épocas anteriores, pero con la nueva normalidad y la sequía nos desacostumbramos a tenerlos”, explicó el superintendente de Irrigación. De todas maneras, pidieron conciencia ciudadana frente a la sorprendente crecida del río. “Entendemos la necesidad de la gente de meterse al agua con las temperaturas terribles que hay, pero la solución no es bañarse en un cauce público porque está prohibido”, completaron.

“Vivir con sequía”

En los pueblos, es todo celebración, aunque también reclamos a las autoridades para que el agua llegue a los sitios más alejados y se invierta en reservorios. “Tenemos mucha emoción, porque hacían más de 10 años que no veíamos el agua. Estamos acostumbrados a vivir con sequía. Hay jóvenes que jamás vieron esto y están chochos con poder refrescarse y disfrutar, aunque vemos que también es peligroso”, contó a LA NACION Isabel, una vecina de la comuna de Lavalle, que no salía del asombro por lo que tenía frente a sus ojos. “Esto es una bendición para nuestro amado secano. Ojalá vean todo lo que se sufre por la falta de agua y el dinero público se use para incluirnos a quienes vivimos más lejos, no solo para mostrar un dique bonito en medio de la montaña”, sumó María, otra lugareña.

“Con mucha alegría y esperanza, las comunidades de Lagunas del Rosario y San José recibieron el agua que llegó por el cauce del río Mendoza. Vecinos y vecinas del pueblo de Lagunas disfrutan de un momento esperado por más de una década. La ilusión crece día a día por volver a ver llenas las lagunas. Esto es un alivio para nuestros productores ganaderos tras años de sequía. Agüita llegaste bailando en manos del sol, te esperábamos con ansias”, expresaron desde la Municipalidad de Lavalle.

Muchos pobladores que viven cerca de la ribera del Mendoza se acercaron a aprovisionarse de agua
Muchos pobladores que viven cerca de la ribera del Mendoza se acercaron a aprovisionarse de agua - Créditos: @gentileza

Previamente, las autoridades de ese municipio, ubicado en el norte provincia, y de San Martín, en el este, hicieron un fuerte llamado de atención a la población para evitar accidentes mortales. “Las compuertas del dique Potrerillos se abrieron, trayendo el ansiado caudal al río Mendoza en Costa de Araujo, Gustavo André y La Asunción. Un alivio para nuestros ganaderos tras años de sequía. Pedimos responsabilidad y prudencia a todos disfrutando de este renacer”, expresaron las autoridades lavallinas, recordando que está prohibido bañarse en el cauce del río Mendoza. “Por estos días, el río Mendoza trae un gran caudal de agua y la comuna de General San Martín recuerda que está prohibido bañarse en el río y también en los canales de riego. En Mendoza, la ley prohíbe bañarse en cauces de agua, canales de riego, represas, diques derivadores, tomas y cualquier obra hidráulica de la provincia, no autorizados para ello”, indicaron.

Así, el temor a una nueva tragedia está a la vuelta de la esquina. En lo que va de la temporada ya son siete los fallecidos por bañarse en el río o en cauces prohibidos en toda la provincia, a pesar de las advertencias oficiales del riesgo que implicaba la apertura de compuertas del dique. De hecho, tal como contó LA NACION, no se detiene la búsqueda de uno de los dos jóvenes que cayeron a las aguas el domingo pasado y desaparecieron por completo; el otro fue localizado sin vida este viernes en Luján de Cuyo.

Asimismo, la otra cara de la crecida del principal curso de agua de la provincia del oeste argentino es el desmanejo en el uso del suelo, a pesar de que existe una ley de ordenamiento territorial, aunque demoró dos décadas en instrumentarse. En ese lapso, hubo un incremento desmedido de las construcciones en sitios cercanos al río o en zonas de riesgo aluvional. Por caso, en los últimos días, más de 20 familias de la comuna de Maipú tuvieron que ser evacuadas por que sus viviendas, ubicadas unos 60 metros del cauce, se anegaron. Esto motivó un incesante reclamo vecinal para que les otorguen una solución habitacional urgente. Por ahora, se trabaja en el lugar con máquinas que realizan muros de contención de arena.

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Frente a este escenario, además de reconocer la falta de planificación en algunos municipios, las autoridades provinciales hicieron un llamado a la población para que tome mayor conciencia de los riesgos de realizar actividades en la ribera del río, como pudo verse en las últimas jornadas: familias realizando un pic-nic cerca del lecho y refrescándose en las peligrosas aguas en diversas zonas del extenso recorrido del río. El temor también radica no solo en que los deshielos se aceleren sino en que se produzcan más tormentas en la alta montaña, lo que provocaría nuevos drenajes del dique y la posibilidad de que se produzcan más derrumbes y aludes.

Inusual imagen del río Mendoza con agua en su cauce
Inusual imagen del río Mendoza con agua en su cauce - Créditos: @gentileza

Investigadores del Conicet consultados por este diario indicaron que en 2023 hubo gran influencia del fenómeno de El Niño, principalmente por las intensas precipitaciones níveas en las nacientes de los ríos, sumado a las altas temperaturas, las cuales adelantaron el deshielo, lo que incrementó el volumen de los cauces. Así, por el cambio climático, se estima que habrá años de abundante recurso aunque también hidrológicamente escasos, por lo que la sequía podría volver a golpear con fuerza.