Polémica y retirada por una obra artística en la que morían moscas

A Hundred Years (1990) es el nombre de una instalación artística firmada por Damien Hirst que durante unos días ha estado instalada en un museo alemán hasta que las protestas de PETA por la muerte de moscas en la misma han provocado su retirada. Así lo recoge el medio especializado en arte Artnet, que recuerda también que esta no es la primera polémica en este sentido entre el artista británico y los defensores del bienestar animal.

Como se puede ver en la imagen, una versión anterior de A Hundred Years, expuesta en Londres, incluía una cabeza de vaca para atraer a las moscas. (Foto: Yui Mok/PA Images via Getty Images)
Como se puede ver en la imagen, una versión anterior de A Hundred Years, expuesta en Londres, incluía una cabeza de vaca para atraer a las moscas. (Foto: Yui Mok/PA Images via Getty Images)

La obra, en su versión anterior (en la imagen sobre estas líneas), ya había sido expuesta años atrás en Londres. Esta consiste en un habitáculo de vidrio dividido en dos partes. En un lado se encuentras las larvas de mosca naciendo. En el otro, conectado por un agujero, hay una luz brillante que las atrae y las quema. Según cuenta Insider, en una versión anterior de A Hundred Years (1990) se incluía una cabeza de vaca muerta que se utilizaba para atraer a las moscas.

La instalación que ha despertado la polémica era parte de la exposición “¡Poder! ¡Luz!” del Kunstmuseum Wolfsburg. Este recibió dos quejas sobre la misma. Una por parte de PETA y otra, de parte de la oficina veterinaria de la ciudad. Andreas Beitin, comisario de la muestra del Kunstmuseum, ha declarado que “pensamos que las moscas no estaban cubiertas por la Ley de Bienestar Animal”.

Sobre la intención de la obra en sí, explicó que su objetivo es el de llamar la atención del público sobre la muerte de insectos como consecuencia del alumbrado público. Por su parte, y como recoge Artnet, Otmar Böhmer, director gerente del museo, ha dicho que comparten “la idea básica de la organización de protección animal de que los animales no están ahí para entretenernos o que los explotemos” y ha aclarado que la instalación fue retirada antes del cierre de la muestra, que finalizó este domingo.

Por su parte, un representante de PETA consultado a raíz de la queja de la organización señaló que “matar animales no tiene nada que ver con el arte, solo muestra la arrogancia de las personas que literalmente no se detendrán ante nada por sus propios intereses”. Desde el Kunstmuseum han estado intentando contactar con el autor para saber si estaría dispuesto a adaptar su instalación a la normativa y usar moscas artificiales. No ha habido por ahora respuesta. Y, si la ha habido, no ha trascendido.

Hirst ya ha tenido problemas en este sentido antes y recibido quejas por parte de PETA. Hace algunos años, en 2017, desde Artnet News intentaron contar la cantidad de animales muertos aparecidos en las instalaciones de este autor y llegaron a contabilizar cerca de un millón. La mayoría eran mariposas e insectos.

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