Por primera vez, los obispos argentinos condenaron el asedio contra la Iglesia en Nicaragua

El monseñor Ojea participa de la misa contra la legalización del aborto
Monseñor Ojea le envió una carta al cardenal Brenes de Nicaragua

La detención de tres sacerdotes en las últimas semanas, el cierre de ocho emisoras de radios católicas y del canal de TV del Episcopado local, la reclusión del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, en su residencia –secuestrado finalmente esta madrugada por la policía local- y otras fuertes restricciones impuestas por el régimen sandinista de Daniel Ortega marcan las situaciones extremas que afronta la Iglesia en Nicaragua. El escenario conflictivo motivó al presidente del Episcopado argentino, Oscar Ojea, a expresar su preocupación, en una carta enviada al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua.

“En nombre de los obispos argentinos quiero saludarte y manifestarte que seguimos con preocupación la situación de la Iglesia en tu país. He tomado conocimiento de las dificultades en las cuales desempeñan su misión, particularmente la situación que se vive en la diócesis de Matagalpa”, escribió Ojea en la nota al cardenal Brenes. Se refirió expresamente al cercenamiento que sufre monseñor Rolando José Álvarez, obispo de esa sede del norte nicaragüense, secuestrado por fuerzas policiales en las últimas horas, luego de permanecer 15 días detenido en su propio Palacio Episcopal, junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos.

“Te aseguramos nuestra cercanía fraterna y nuestra oración para que puedan llevar adelante su ministerio pastoral”, expresó Ojea al cardenal Brenes, con quien mantiene un vínculo directo por haber compartido varios encuentros eclesiales.

El obispo de la diócesis cordobesa de San Francisco, Sergio Buenanueva, expresó su alarma por Twitter. “Nos toca orar, hacer públicos estos atropellos y peticionar para que cese la violencia contra las comunidades cristianas en Nicaragua”, escribió, ante la conmoción que generó la detención del obispo Álvarez en Matagalpa.

La carta de Ojea fue la primera señal de protesta que se conoció a nivel institucional en la Iglesia argentina, en momentos en que la inquietud por el asedio se extiende por toda la región. Otras conferencias episcopales hicieron llegar antes sus mensajes y, en una tensión creciente, hay presiones para que el papa Francisco condene públicamente la ofensiva de Ortega contra la Iglesia, como lo expresaron 25 expresidentes y jefes de Estado de Iberoamérica.

Hace una semana, el observador permanente de la Santa Sede ante la OEA, monseñor Juan Antonio Cruz Serrano, dijo en Washington que “la Santa Sede no puede dejar de manifestar su preocupación, mientras asegura su deseo de colaborar siempre con quienes apuestan por el diálogo como instrumento indispensable de la democracia y garante de una civilización más humana y fraterna”.

Monseño Rolando Alvarez, durante una misa en Matagalpa
Monseño Rolando Alvarez, durante una misa en Matagalpa - Créditos: @-

“Nos duele profundamente”

Una de las principales voces del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), con sede en Bogotá, es el arzobispo argentino Jorge Lozano, secretario general del organismo, que sigue de cerca los acontecimientos. “Nos duele profundamente el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios”, dijo, al difundir una declaración del organismo y transmitir su “solidaridad y cercanía” a los afectados.

Entre las persecuciones que más impacto han tenido en la Argentina figura la expulsión de las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la Madre Teresa de Calcuta, ordenada por el régimen de Ortega a comienzos de julio. Las monjas desarrollaban tareas humanitarias desde hace 40 años en las ciudades de Granada y Managua y emigraron a Costa Rica.

La Acción Católica Argentina, que reúne a laicos y profesionales, reclamó también el cese de la violencia en Nicaragua. En una declaración, pidió que “finalice la persecución que sufren los cristianos del país centroamericano que los empuja a dejar su patria o a exponerse a la muerte a causa de la represión”.