Nuevos misiles chinos podrían devastar las fuerzas de EEUU en el Pacífico en caso de guerra

La hegemonía militar estadounidense en el Pacífico oriental ha sido un puntal de la geopolítica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero esa supremacía podría estar en riesgo de reducirse, incluso de desaparecer, a causa del auge de las capacidades militares de China.

Un estudio de la Universidad de Sydney incluso afirma que las bases y fuerzas navales de Estados Unidos en esa región podrían ser devastadas rápidamente, en las primeras horas de hostilidades, por los nuevos misiles de alta tecnología de China si estallara una guerra entre ambos países, informó CNN.

En Pekín desfilaron algunos de los misiles del ejército de China. (Photo by Feng Li/Getty Images)
En Pekín desfilaron algunos de los misiles del ejército de China. (Photo by Feng Li/Getty Images)

La competencia económica y geopolítica entre Estados Unidos y China es intensa y ha durado décadas, si bien ha sido en años recientes, dado el singular crecimiento chino en términos financieros, comerciales, tecnológicos y militares, que la pugna ha subido sustancialmente de temperatura.

La contienda comercial que Donald Trump ha desatado contra China, sobre todo en lo relacionado a tarifas arancelarias y a restricciones contra ciertas empresas (Huawei, por ejemplo), tiene su origen en parte en las obsesiones de Trump, pero es indiscutible que el crecimiento de China supone una amenaza para la preponderancia de Estados Unidos. Por lo pronto, las barreras al comercio mutuo, que es de ingentes proporciones, han causado ya pérdidas en ambos países y esos aranceles (o su amenaza) han sacudido las bolsas de valores y atizado los temores de una recesión.

Pero el auge de China en el contexto de tecnología militar ha sido sustantivo, tanto que en algunas áreas podría proporcionar una ventaja decisiva, según el citado reporte de expertos australianos. Ese sería el caso de los arsenales de misiles de alta precisión de China, capaces de superar las defensas enemigas y destruir flotas y bases de Estados Unidos y sus aliados en el área del Pacífico oriental (entre ellos Australia, Corea del Sur, Japón y Singapur). Eso implicaría una amenaza severa para la primacía militar de Estados Unidos en la región.

Submarinos chinos con capacidad de lanzamiento de misiles. (Reuters)
Submarinos chinos con capacidad de lanzamiento de misiles. (Reuters)

Actualmente no existen peligros concretos de que vaya a desatarse un conflicto armado entre ambos países, pero la rivalidad es intensa y cambios en los balances de poder en la región resultan ciertamente punzantes para uno y otro bando.

Con todo, reportes del incremento de la capacidad militar de China y la noción de que podría superar en el Pacífico oriental a Estados Unidos no serían novedad pues, al menos desde 2018, la bipartidista Comisión Nacional de Estrategia de Defensa advirtió que las ventajas militares estadounidenses se erosionan mientras se incrementan las amenazas globales. En su reporte se afirma que para Estados Unidos reconstruir ya sus capacidades militares para mantenerse a la cabeza resulta un imperativo.

China y Rusia, ciertamente, han dedicado enormes recursos en el desarrollo de armas que les permitan ganarle terreno a Estados Unidos, algo que ha sido notorio en el campo de nuevos sistemas de misiles (algunos ya operativos y otros en desarrollo).

Misiles chinos desfilan en Pekín en 2015. (Photo by Kevin Frayer/Getty Images)
Misiles chinos desfilan en Pekín en 2015. (Photo by Kevin Frayer/Getty Images)

China, de acuerdo al reporte australiano, contaría ya con un sistema de miles de misiles de alta precisión que le permitiría dar golpes rápidos y severos en caso de guerra. De acuerdo al International Business Times, las fuerzas armadas de China contarían actualmente con unos 1,500 misiles de corto alcance, 450 de rango medio, 160 de rango intermedio y cientos de largo alcance, entre ellos los denominados “mata portaaviones” con un rango de 1,500 kilómetros.

Ante estas amenazas (China señala que sus fuerzas son meramente defensivas), y las que surjan de nuevos avances tecnológicos, el reporte de la Universidad de Sidney señala que Estados Unidos cuenta con fuerzas con insuficiente capacidad de respuesta y presupuestos militares que, aunque enormes, no serían suficientes para cubrir las necesidades en la presente transformación geoestratégica.

El portaviones nuclear estadounidense USS Ronald Reagan en el Pacífico oriental. (U.S. Navy via AP)
El portaviones nuclear estadounidense USS Ronald Reagan en el Pacífico oriental. (U.S. Navy via AP)

Además también se requieren, según ese informe y el de la Comisión Nacional de Estrategia de Defensa, no solo nuevas capacidades (en términos de cuantía y cualidad del poderío militar) sino también nuevos conceptos operativos apropiados para lidiar con amenazas que son cada vez más distintas que las que Estados Unidos ha enfrentado en las últimas décadas.

Con todo, como se señala en el IB Times, aunque el poderío de China crece con su arsenal de misiles y el desarrollo de portaaviones (cuenta ya con uno y construye otro), Estados Unidos aún tiene la ventaja con sus 11 portaviones nucleares (más otros propulsados por energías convencionales) y con el USS Ronald Reagan actualmente en operaciones en el Mar de Filipinas y la Séptima Flota operativa en la región del Pacífico oriental (con bases en Japón y Guam).

Y el presupuesto militar de Estados Unidos, del orden de 650,000 millones de dólares en 2018 (738,000 millones de dólares propuestos para 2020) es casi el triple de los 250,000 millones de dólares que China gastó en asuntos militares en 2018.

Pero dado que la presencia militar de Estados Unidos tiene un alcance geográfico mucho más amplio (con intereses que defender a escala global), el foco de China en el fortalecimiento de su poderío militar en su región de Asia-Pacífico –con sus nuevos misiles, tecnología hipersónica y nuevos sistemas de defensa– lo hace cada vez más competitivo.

Y, de acuerdo a diversos expertos, la defensa de los intereses de Estados Unidos y sus aliados no solo requiere un fortalecimiento en términos militares y una adecuación de sus estrategias, sino también un trabajo más amplio en materia comercial, de desarrollo económico y de democracia y derechos humanos.