Excompañeros de Ray Allen en Boston Celtics le marginan por “desleal”

Aquellos años en los que Ray Allen estaba integrado: 2008. Foto: Eric Kilby
Aquellos años en los que Ray Allen estaba integrado: 2008. Foto: Eric Kilby

A veces, el tiempo no es suficiente para cicatrizar las heridas, y en el caso de Ray Allen y su relación con sus excompañeros en Boston Celtics, éstas están bien abiertas.

Han pasado casi 10 años desde que aquellos Celtics dirigidos por Doc Rivers lograran el campeonato ante unos Los Angeles Lakers de leyenda. Los que fueron sus acompañantes en la gesta aún recuerdan como si fuera ayer el momento Allen dejó de vestir con los colores de los tréboles para partir al Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, donde acabó logrando un anillo más.

Aquel movimiento sentó y todavía está sentando mal. La mayoría de la quinta de los Celtics del 2008 se reunieron y Allen no fue invitado. Así, con la frialdad del dolido, Kevin Garnett explicó por qué nadie vio por ninguna parte al que es uno de los mejores lanzadores de triples de todos los tiempos.

“Todo el mundo nos pregunta que dónde está Ray”, afirmó Garnett. “La gente no entiende que esto es la vida real para nosotros y que la situación con Ray es muy sensible. Cuando comenzamos a organizar esta reunión, lo hicimos con compañeros a los que consideramos como leales y parte de este grupo. Cuando él decidió marcharse al Heat, sentí que quería seguir su camino. Persiguió otro anillo y lo obtuvo. Esto no fue una reunión de los mejores de los Wizards, o de los Spurs, o del Heat… aquí sólo estuvieron invitados los de los Celtics”, espetó.

Kevin Garnett cuando aún jugaba en Boston Celtics. Foto: Keith Allison.
Kevin Garnett cuando aún jugaba en Boston Celtics. Foto: Keith Allison.

Garnett clavó y removió la daga en la que es otra de las historias de traición o envidia de la NBA. La dureza con la que el exlíder de los Celitcs trató al que fue su compañero durante cinco años fue para mucho exagerada ya que juntos tocaron la gloria y Allen no fue el único que se marchó para no volver. Un año después de su marcha en 2012, Garnett y Pail Pierce hicieron lo propio a Brooklyn Nets.

¿Acaso hay alguna diferencia entres esos movimientos y el de Allen?

Definitivamente. Uno se marchó a un equipo con aspiraciones, mientras que los otros dos buscaron formar parte de un proyecto que nunca acabó de despegar.

Por eso es legítimo sospechar. La herida es fruto de la envidia, o de algún otro roce que que a Garnett se le olvidó mencionar cuando dio sus explicaciones sobre por qué decidieron marginar de la reunión de ‘colegas’ al jugador que anotó siete triples en aquel Juego 6 frente a los Lakers. El que alió el campeonato.

Paul Pierce durante un encuentro con Boston Celtics. Foto: Keith Allison.
Paul Pierce durante un encuentro con Boston Celtics. Foto: Keith Allison.

“Al principio me dolió cómo sucedió todo”, afirmó Pierce. “Todos vinimos juntos, hablamos de ello todos los días, estábamos siempre juntos. Y luego llegó el momento de la agencia libre. Yo pensé que formamos parte de una hermandad en Boston por cómo nos llevábamos de bien fuera de la cancha. Eso es lo que me dolió, el que ni siquiera nos avisara de que se iba a marchar”, agregó.

¿Les suena esto? Seguramente el sentimiento es muy parecido al que experimentó (y sigue experimentando) Russell Westbrook tras la marcha de Kevin Durant. Probablemente, el jugador de Golden State Warriors nunca esté invitado a la reunión para renovar el mejor resultado de Oklahoma City Thunder: llegar a unas Finales en 2012, precisamente las que perdieron ante el Heat campeón que acabó seduciendo a Allen.

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