El Barcelona no juega como el Barcelona

Qué difícil es jugar como el Barcelona, incluso para el mismo Barcelona. Parece una contradicción pero no lo es, de aquel Barcelona de Guardiola al Barcelona de hoy, queda muy poco. Éste se parece más al Real Madrid de la ‘pegada’, la famosa y nefasta ‘pegada’.

El fútbol de sufrimiento

Reducir el fútbol a sufrir y esperar que un genio resuelva en un momento de inspiración, cuando tienes una de las plantillas más costosas y lujosas del planeta, y cuando además eres el modelo a seguir para los que buscan ganarlo todo, con las formas a la misma altura del resultado; es una realidad desalentadora.

<em>Leo Messi (Foto/Getty)</em>
Leo Messi (Foto/Getty)

En eso se ha convertido el Barcelona de Luis Enrique, un equipo confundido, sin ideas claras, de espaldas a la cadencia sinfónica que supo mostrarle al mundo. El pelotazo, la contra, los momentos de rebeldía de uno de sus cracks, el desorden, la fragilidad en defensa, la lentitud para salir desde atrás; porque aquel Barcelona te mareaba, pero en un abrir y cerrar de ojos de mataba con el vértigo y el cambio de ritmo, con la generación de espacios gracias a la movilidad constante, que permitía encontrar líneas de pase geniales. A este Barcelona le cuesta un mundo hacer algo semejante.

La presión también ha desaparecido, a día de hoy muchos equipos se atreven incluso a discutirle la posesión a club blaugrana.

La semifinal

La síntesis de la semifinal frente al Atlético de Madrid en lo futbolístico es deplorable, de los cuatro tiempos que se jugaron en los dos partidos, el Barcelona solo encontró claridad en los primeros 45 en el Calderón, lo demás, para olvidar. Un desastre.

Luis Suarez
Luis Suarez of Barcelona (Photo by David Ramos/Getty Images)

Algo bueno tiene Luis Enrique, hace autocrítica, no se miente a sí mismo, ni intenta mentirnos a los demás; dijo que el partido frente al Atlético le había dejado muy preocupado y que no iba a poder dormir. Pues así estamos, en el hueco futbolístico. El equipo tiene que mejorar, mucho y rápido, se viene la recta final, el momento en el que se ganan o se pierden títulos.

La belleza del pasado y los jueces

Cada día que pasa es aún más evidente lo difícil que era hacer lo que hizo aquel equipo. La sincronización perfecta de todas las piezas, el triunfo por aplastamiento, la danza perfecta y acompasada en cada espacio del terreno de juego. Será muy complicado volver a ver algo igual.

Un paréntesis para el desastroso trabajo arbitral en España, qué flojos son los árbitros y qué poco ayudan los asistentes. En esta doble confrontación entre el Barcelona y el Atlético de Madrid, fue claramente favorecido en club catalán. Por eso Piqué se vería mejor si se callara la boca, porque ningún jugador, dirigente o aficionado del Real Madrid, ni del Barcelona deberían quejarse nunca por el trabajo de los jueces. En general les ayudan a ambos, y mucho. Por eso cuando los perjudican, deberían recordar cuantas veces les dieron una mano.

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