“No vengo a la escuela porque no tengo nada para comer”

La escena se ha repetido una y otra vez en los últimos meses en varios colegios de Venezuela. Niños que acuden a las aulas con el estómago vacío debido a que en sus casas no hay nada o muy poco que comer.

La situación en el país es dramática, con miles de familias que esperan largas colas en los supermercados para intentar llevarse todo lo que puedan a casa, aunque normalmente de forma infructuosa. Porque en Venezuela faltan productos de primera necesidad y la alta inflación está castigando con dureza los empobrecidos bolsillos venezolanos.

image

Venezolanos haciendo cola en un supermercado (Reuters).

Hace unos días, una maestra lo denunciaba en el Facebook, pero lo cierto es que los ejemplos son muy numerosos: los niños faltan a clase porque no pueden comer, los que sí van suelen hacerlo con cara de hambre y sin haber ingerido las tres comidas diarias que son recomendables para tener una dieta equilibrada.

image

Mensajes de los maestros en las redes (Facebook).

Y por supuesto y en una mínima parte están los que sí que tienen merienda y en ocasiones la comparten con sus compañeros. Y es que la solidaridad y generosidad del pueblo de Venezuela se ha multiplicado a medida que las dificultades se han ido implantando.

Frases como ‘cuando llegamos al final de la cola ya no había comida” o “no vine a la escuela porque no había comida en casa” se han convertido en excusas frecuentes que usan los pequeños para explicar sus reiteradas ausencias a las aulas, tal y como cuenta Efecto Coyuco.

“Hay niños que se desmayan o se ponen pálidos. Llamamos a los padres y con mucha vergüenza vienen a buscarlos. No dicen nada de que no han comido, se quedan callados”, cuenta Miriam López, directora de uno de los centros.

Lo peor es que la situación no deja de empeorar con el paso de los meses. Si antes la mayor preocupación era que los niños no realizaban todas las comidas del día, ahora hay que añadirle los efectos que empieza a tener en su salud; y es que los desmayos, los dolores de cabeza o el vacío en las tripas están a la orden del día.

El programa de Alimentación Escolar, creado en 1996 y que fue sustituido por la Corporación Nacional de Alimentación Escolar en noviembre de 2015, se muestra incapaz de suministrar los insumos a las escuelas. Si antes se daba desayuno y almuerzo, ahora apenas cubre el 30% de las necesidades que además no llega a todos los estudiantes.

Ya el 12% de los encuestados no pueden permitirse tres platos al día, mientras que la dieta se basa en carbohidratos, que llenan más, con claros déficits de nutrientes y de alimentos como legumbres o carne. Los problemas en Venezuela también alcanzan a los niños.

Javier Taeño (@javiertaeno)