Nicaragüenses mantienen viva la tradición mariana de ‘La Gritería’, un acto de devoción

La ciudad de Sweetwater se llenó de devoción, promesa y tradición. El día de “La Purísima”, nombre que se le da en Nicaragua a la Virgen María, en referencia a su Patrona, sirvió para homenajear, como cada año, a la Inmaculada Concepción.

Al grito de: “¿Quién causa tanta alegría? La Concepción de María”, cientos de nicaragüenses se reunieron para venerar y celebrar a la Virgen María, una fiesta que conecta a la comunidad no solo con la fe sino con su país de origen.

Como cada sábado posterior al 8 de diciembre, día de “La Purísima”, la organización sin fines de lucro Community Performing Arts Association organizó el evento mariano más importante para la comunidad nicaragüense que vive en Sweetwater.

Sheyla Urbina llora al ver cómo le cantan a su virgen, “es el primer grito que le dan a mi virgen este día. Mi mamá siempre celebró a ‘La Purísima‘ y me regaló esta virgen para celebrarla y aquí estoy con mi hija, honrándola”, dijo.

Sheyla Urbina posa junto a una figura de la Virgen María, que heredó de su madre, durante la celebración de La Gritería, celebración religiosa popular en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María en Nicaragua, el sábado 10 de diciembre de 2022. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com
Sheyla Urbina posa junto a una figura de la Virgen María, que heredó de su madre, durante la celebración de La Gritería, celebración religiosa popular en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María en Nicaragua, el sábado 10 de diciembre de 2022. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com

Urbina se fue hace 30 años de Chinandenga, al noroeste de Nicaragua, pero su fe no ha cambiado. Para ella venerar a la virgen es parte de su identidad. “Desde hace ocho años vengo a La Gritería con mi hija y nuestro altar. Es una tradición que se pasa de generación en generación”, acotó.

La mayoría de los asistentes son migrantes con décadas de historia dentro del país, quienes se asentaron en Sweetwater y sus alrededores desde 1979, cuando estalló la revolución sandinista en Nicaragua, pero los años no han impedido mantener intacta la tradición mariana, heredada de sus antepasados y que sigue viva en las siguientes generaciones.

En dicha ciudad, conocida como “La Pequeña Managua”, vive la mayor comunidad de origen nicaragüense dentro de Estados Unidos, con más 4,000 personas.

Hazel Jarquin dejó Chinandega hace 33 años, su abuela tenía la tradición de homenajear a la Virgen con un altar y aunque la abuela ya no vive, ella decidió desde hace 15 años seguir su legado.

“Mantengo el legado de mi abuelita con el altar de ‘La Purísima‘, para nosotros la patrona es muy grande. Cada siete de diciembre la veneramos”, dijo Jarquin.

La tradición religiosa sirve también para hacer promesas por un milagro concedido.

“Mi hija tuvo un nacimiento precoz de 33 semanas, el 11 de diciembre de 2015. Estuvo un mes en la incubadora”, explicó Lucía Molina, mientras se inundaban de lágrimas sus ojos al recordar que estuvieron a punto de morir por sufrir preeclampsia en el embarazo.

Lucía Molina entrega obsequios a los nicaragüenses que asistieron a la celebración de La Gritería, celebración religiosa popular en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el sábado 10 de diciembre de 2022 en Sweetwater. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com
Lucía Molina entrega obsequios a los nicaragüenses que asistieron a la celebración de La Gritería, celebración religiosa popular en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el sábado 10 de diciembre de 2022 en Sweetwater. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com

Molina, quien nació en Estados Unidos, es parte de esa generación que ha heredado la cultura nicaragüense a pesar de no haber conocido el país.

Ella le prometió a la Virgen que sí salvaba a su hija Adriana, en cada celebración de “La Purísima”, le rendiría honores con un altar. Desde entonces, cada año, la venera en “La Gritería” donde celebra con su comunidad no solo a la Inmaculada Concepción, sino la vida.

La danza, la música y el arte también estuvieron presentes en la actividad. El baile más festejado, que forma parte del nicaraguanismo es el del enano cabezón y la gigantona, una tradición que se muestra como una sátira el choque entre las dos culturas.

Baile nicaragüense que se realiza durante la celebración de la Inmaculada Concepción, patrona del país centroamericano, entre un enano cabezón, quien representa al hombre español, y la gigantona, símbolo de protesta indígena. / Verónica Egui Brito/vegui@elnuevoherald.com
Baile nicaragüense que se realiza durante la celebración de la Inmaculada Concepción, patrona del país centroamericano, entre un enano cabezón, quien representa al hombre español, y la gigantona, símbolo de protesta indígena. / Verónica Egui Brito/vegui@elnuevoherald.com

Consuelo Espinoza, organizadora del evento y directora de Community Performing Arts Association, explicó a el Nuevo Herald que ellos buscan que la ONU reconozca el día de la Inmaculada Concepción como patrimonio cultural.

“Aunque el centro de la celebración es la virgen, la jornada es de proyección cultural, por la danza, música y arte que se presenta este día”, estimó Espinoza.

El evento es una celebración familiar, donde niños y ancianos celebran por igual.

Rufina Dinarte, de 87 años, acaba de llegar desde la isla de Ometepe, está visitando a su hijo y aprovechó la época para venerar a la Virgen en territorio estadounidense. “Este día es de alegría, de celebración por la madre de Dios. En Nicaragua todos los años la celebramos y esta vez, me toco honrarla aquí”, dijo.

Rufina Dinarte, de 87 años, está visitando a su hijo y aprovechó la fecha para venerar a la Virgen en territorio estadounidense. “Este día es de alegría, de celebración por la madre de Dios. En Nicaragua todos los años la celebramos y esta vez, me toco honrarla aquí”. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com
Rufina Dinarte, de 87 años, está visitando a su hijo y aprovechó la fecha para venerar a la Virgen en territorio estadounidense. “Este día es de alegría, de celebración por la madre de Dios. En Nicaragua todos los años la celebramos y esta vez, me toco honrarla aquí”. Pedro Portal/pportal@miamiherald.com