Los niños son los que más leen en España, no los jóvenes

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“Los jóvenes son los que más leen”: ese es el principal titular que muchos medios han sacado este año del Informe de hábitos de lectura y compra de libros en España, a partir de la encuesta realizada por Conecta para la Federación de Gremios de Editores de España.

Según publica en su nota de prensa el Gobierno:

“El estudio contribuye a romper uno de los falsos mitos que persisten en nuestra sociedad que afirma que los jóvenes no leen. Según los datos del Barómetro, por edades, la población entre 15 y 24 años sigue siendo la más lectora de nuestro país, alcanzando el 75,3 % del total en ese tramo de edad”.

El dato se refiere a lectores de libros al menos una vez al trimestre en el tiempo libre. Y en realidad no es algo nuevo, pues esta conclusión sobre el alto índice de lectura de los jóvenes se puede extraer idéntica desde que se hizo el primer informe en el año 2000.

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Aunque ese titular no es del todo cierto: la población más lectora no es la de jóvenes, sino la de niños, según el informe. Más de un 80 % de los niños de entre 6 y 14 años lee libros en su tiempo libre (6-9 años: 82,5 %, 10-14 años: 86 %), frente a aquel 75,3 % de lectores frecuentes en la franja 15-24 años.

Se puede pensar que estos lectores dependen demasiado de sus familiares, es decir, la sociedad tiende a obviarlos como sujetos agentes y a considerar que no tienen una voluntad suficientemente independiente como para poder tomar el dato como algo relevante. Pero quizás es esto, precisamente, lo que es relevante.

La importancia de los modelos

Lo que muestra el Informe de hábitos de lectura año tras año es el papel que ejercen los modelos lectores en estas primeras edades. Uno de los datos clave es el siguiente: a la pregunta “¿A qué edad considera que empezó realmente su afición por la lectura?” un 65,8 % de los lectores habituales responden antes de los 15 años y un 17,7 % que antes de los 20.

Es decir, esto del hábito lector y de los buenos lectores es algo que depende de cómo los adultos facilitemos la relación de los menores con la lectura. Los niños y niñas suelen coincidir en sus hábitos de lectura con sus padres, esto es: en familias lectoras surgen nuevos lectores. Como en tantas otras cosas, el aprendizaje vicario, por observación de los modelos del entorno, es clave.


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Creencias sobre la literatura

Por otro lado, nos han llamado la atención algunos datos curiosos sobre las expectativas (y los contrastes entre las respuestas de unos y otros) que los niños y adolescentes tiene sobre las posibilidades que abre la literatura.

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El Informe pregunta desde 2021 por lo que les aporta la lectura de libros (comprensión del mundo, felicidad, tolerancia, entretenimiento, esfuerzo y cultura, mejora laboral, etc.). Por ejemplo, ¿hay que leer libros para ser una persona culta? El 77-84 % de los lectores de entre 10 y 14 años responden afirmativamente; pero solo creen que sí el 64-74 % de los adolescentes mayores, de 15 a 18 años.

También son más optimistas sobre la utilidad de la lectura para encontrar un mejor trabajo los pequeños (74-77 %) que los de 15 a 18 años (48-69 %). Unos y otros, pero más los de 10-14 años, tienden a afirmar que leer no es específicamente de chicas (91-97 % y 82-99 %), si bien es cierto que la estadística confirma que más mujeres que hombres son lectores habituales.


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Tendencias entre la población adulta

¿Debemos llevarnos las manos a la cabeza si detectamos que los hombres caen un 0,3 % este año, mientras que las mujeres suben un 3,1 % en lectura de libros en el tiempo libre? ¿O que el porcentaje de lectores con formación universitaria ha caído este año un 0,7 % mientras que los demás suben?

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Aquí debemos andarnos con cautela. El margen de error muestral de la encuesta tolera bastante fluctuación en los porcentajes, especialmente en el caso de la franja joven, pues la muestra no está estratificada por edad y el número relativamente escaso de cuestionarios realizado (solo 135 a sujetos entre 15 y 18 años, por ejemplo) implica un margen de error de entre un 4 y un 8 por ciento para las respuestas de los menores de 18 años.

Es decir, que el hecho de que los porcentajes fluctúen de un año para otro puede deberse a que el dato estadístico no es del todo seguro. Lo que hay que analizar, pues, son las tendencias a lo largo del tiempo.

Cada generación aumenta el número de lectores

Y en esto sí tenemos otro dato muy relevante: el índice de lectura de libros aumenta de forma sostenida y sin altibajos para la franja de edad mayor de 65 años. Si en el año 2000 este índice era de poco más del 30 % según estos primeros informes, en 2012 era 38,2 %, en 2017 era 45 %, y en 2024 es un 55,6 %. Lo que estamos viendo, pues, es la sustitución de una generación que leía poco, que va falleciendo, por la siguiente que lee más.

Este cambio progresivo continuará, a la luz de los hábitos de lectura de las generaciones de niños y jóvenes actuales: los jóvenes lectores de hoy serán lectores de más de 65 años dentro de cuatro o cinco décadas.

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Nunca antes en la historia del país se había leído tanto. Y si algo se puede deducir de todo lo que recoge el Informe de hábitos de lectura y compra de libros, es que en España se están haciendo bien las políticas de fomento de la lectura, desde la escuela hasta las bibliotecas y el sector editorial.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.