Niños inmigrantes son tratados como adultos en una afluencia récord que desborda las islas Canarias

Por Corina Pons, Horaci Garcia y Borja Suarez

SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA, España, 14 nov (Reuters) - Huérfano durante un golpe de Estado en su Guinea natal, el adolescente Moussa Camara se hizo a la mar en una embarcación de madera con otros 240 migrantes, soportando una travesía de 11 días, la mitad de ellos sin comida ni agua dulce, antes de llegar a las islas Canarias.

Veinte personas murieron en el camino, sus cuerpos cayeron al mar, dijeron los viajeros, más víctimas de una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo.

Sin embargo, cuando Camara llegó el 27 de octubre exhausto, famélico y con llagas por el sol, otro problema le acosaba: la policía lo registró como adulto y no le permitieron entrar en un centro para menores con mejores oportunidades.

"Somos niños, (...) nos han traicionado", dice junto a un amigo también clasificado como adulto en una antigua base militar en las montañas de Tenerife, donde unos 2.000 inmigrantes esperan su traslado a la península o el permiso para ir a otro lugar de Europa.

Aunque sería necesaria una prueba ósea para demostrar su edad, los documentos de la Cruz Roja avalan la insistencia de Camara en que tiene 15 años y no 18 como dijo la policía, registrando tanto a él como a su amigo con la misma fecha de nacimiento, el 1 de enero de 2005.

Clasificarlo como adulto significa que, en lugar de recibir ayuda adicional para encontrar residencia y educación hasta los 18 años, tendrá que valerse por sí mismo casi de inmediato.

La confusión demuestra lo desbordado que está el archipiélago español, dijo a Reuters el presidente canario, Fernando Clavijo, después de que en lo que va de año haya llegado la cifra récord de 32.000 inmigrantes.

"Se están cometiendo muchos errores en ese cribado, porque no hay ni recursos, ni tranquilidad, ni se puede administrar toda esa avalancha que nos está viniendo", añadió, culpando a la policía de los errores de tramitación mientras unos 100 menores al día llegaban al archipiélago.

Según el presidente autonómico, el Gobierno español se está lavando las manos y sólo ha ofrecido reubicar a 347 menores en otras regiones hasta diciembre.

Los ministerios del Interior y de Migraciones derivaron las preguntas a la Fiscalía.

Esta dijo a Reuters que había estudiado 48 casos de menores sospechosos en Las Raíces en los últimos meses, de los cuales cuatro fueron confirmados, 30 enviados a un centro de menores pendientes de pruebas de edad y los otros 14, aún en evaluación.

Fran Morenilla, abogado especializado en inmigración de la ciudad de Almería, en el sur de España, afirma que está observando un elevado número de menores que llegan a la península y que han sido registrados como adultos en las islas Canarias.

"No se trata de un caso aislado", afirma.

"LLEGARÁN MUCHOS MÁS"

Además, la organización mundial de derechos humanos Amnistía Internacional afirmó en un informe publicado el 3 de noviembre que 12 de los 29 migrantes que entrevistó en centros de adultos de Canarias eran en realidad menores de edad.

A los niños clasificados erróneamente como adultos les corresponde encontrar una organización humanitaria que pueda solicitar una prueba ósea en su nombre para determinar su edad, un proceso que puede llevar meses. Pero Amnistía dijo que eso era injusto y que esas pruebas sólo debían utilizarse como último recurso si había serias dudas y ninguna otra prueba.

En el centro de inmigrantes adultos Las Raíces de Tenerife, en San Cristóbal de La Laguna, Camara y su amigo del viaje, Modou Lamin Jarju, gambiano de 16 años, se sentaron junto a decenas de otros africanos occidentales. Algunos pescadores describieron cómo el agotamiento de las poblaciones les había obligado a abandonar sus pueblos costeros.

"Sólo he venido a ayudar a mi familia", dijo Jarju, describiendo su terror cuando se agotaron las provisiones en el barco y otros murieron.

"Sólo quiero ir a la escuela", dijo otro migrante de Gambia, Salaoum Colley, de 16 años, en el bosque a las afueras del centro.

El Hierro es una de las islas más castigadas de las ocho Canarias, con una población de 9.000 habitantes más que igualada por la llegada de 11.000 inmigrantes este año.

En su mayor centro de menores, un día reciente, unos 300 niños desayunaban en una cancha de baloncesto antes de las clases de español. El más joven tenía nueve años.

Durante un fin de semana de este mes, de 500 llegados en cuatro pateras a El Hierro, cuatro personas murieron y unas 15 ingresaron en el hospital de la isla, con 31 camas, aquejadas de hipotermia y deshidratación.

Se estaban utilizando una sala y pasillos para alojar a los pacientes, dijo la coordinadora de enfermería, Amparo Morales.

Clavijo afirmó que la Unión Europea debería hacer más por atajar las causas profundas de la emigración desde África, cuya población se duplicará de aquí a 2050. La política actual consiste en "maltratarlos en las fronteras", fuera de la vista de la mayoría de los europeos, dijo.

"¿Piensas en lo que tiene que estar pasando una madre, un padre, para meter a su hijo o hija de 6 o 7 años en un cayuco (pequeña embarcación de madera) con 200 y pico personas más que no conoce de nada y tirarlos al mar abierto por la noche?", dijo.

"Esta gente no lo hace por gusto".

Mas Fall, senegalés de 17 años, dijo que Canarias debería prepararse para recibir a más jóvenes emigrantes como él y que los peligros en alta mar de la travesía de 1.450 kilómetros hasta El Hierro no eran un factor disuasorio.

"Vendrán muchos más como yo", dijo, practicando tímidamente un poco de español recién aprendido.

(Información de Corina Pons, Horaci García y Borja Suárez; escrito por Charlie Devereux; edición de Andrew Cawthorne; editado en español por Javi West Larrañaga)