En Neuquén: ya es una amenaza para la especie la afección de un cóndor rescatado en el lago Traful

El guía Maximiliano Solohaga traslada al cóndor que cayó al lago Traful
El guía Maximiliano Solohaga traslada al cóndor que cayó al lago Traful - Créditos: @Gentileza Parque Nacional Nahuel Huapi

SAN CARLOS DE BARILOCHE.- El cóndor andino que fue rescatado a principios de abril en las aguas del lago Traful fue trasladado al Centro de Recuperación de Especies Temaikèn (CRET), en Escobar, donde continuará con un tratamiento de desintoxicación.

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El animal llegó anoche a Buenos Aires en un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Ayer le hicieron una biopsia de hueso para chequear el contenido de plomo en sangre y permanece en un recinto especial.

Desde la intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi informaron que el ejemplar de cóndor andino (Vultur gryphus) presentaba un alto contenido de plomo en sangre, según revelaron los análisis y el diagnóstico realizado por los especialistas. Advirtieron que se trata de aves carroñeras, es decir, que se alimentan de animales silvestres muertos: en muchas ocasiones, esos animales poseen esquirlas o municiones que contaminan la carne e ingresan al torrente sanguíneo cuando se ingiere.

Los análisis que le hicieron al cóndor en la Fundación Temaikèn
Los análisis que le hicieron al cóndor en la Fundación Temaikèn - Créditos: @Gentileza

“El envenenamiento por plomo es una problemática muy recurrente en los cóndores, porque al alimentarse de animales muertos, los cóndores consumen el proyectil con el que los cazadores matan a los animales. Entonces, al alimentarse de ellos, el plomo entra en contacto con el sistema digestivo del cóndor y los intoxica”, explicó a LA NACIÓN Rodrigo Sartori, veterinario de la Fundación Temaikèn.

Como se trata de algo frecuente, en casos como este, se analiza de forma rutinaria el nivel de plomo en sangre. Además, mientras estuvo en Río Negro, al cóndor rescatado en el lago Traful se lo “queló”, un proceso en el que se pasa una medicación que se une al plomo y permite sacarlo del cuerpo.

Sartori añadió que ayer se le hicieron los chequeos al animal en el hospital veterinario. “Se lo sedó para realizarle placas radiográficas, tomamos muestras de sangre para mandar a analizar y volver a medir el plomo. También hicimos una biopsia de hueso para ver si tiene plomo acantonado en el hueso y de esa forma poder entender un poco mejor el cuadro del animal. Esperamos los resultados de estos análisis, los observaremos y seguramente en una semana volvamos a sacar sangre y repetir todos los estudios”, dijo.

La idea es que, cuando finalice el tratamiento en el CRET, el ejemplar de cóndor andino regrese a la Patagonia para ser liberado. De todos modos, aún no se sabe cuánto tiempo deberá permanecer en Buenos Aires.

“Todo depende del tratamiento que se le tenga que dar. El animal venía con mucha concentración de plomo en sangre, era muy elevada. Su estadía acá va a ser en función de los resultados que se vayan observando en estos días. Si vemos que la quelación surtió efecto y sus valores en sangre se normalizan, y vemos que come bien, puede volver a su hábitat. Si se observa lo contrario, seguirá acá el tratamiento médico”, indicó Lina Zabala, coordinadora operativa del CRET.

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El rescate

El 4 de abril alrededor de las 17, el guía Maximiliano Solohaga y la veterinaria Martina Picotto, de la localidad neuquina de Villa Traful, estaban desarrollando actividades en la costa del lago cuando divisaron un cóndor que, luego de despegar desde la ruta provincial 65, no consiguió levantar vuelo y cayó al agua cerca de la margen norte del lago.

Lo curioso fue que Solohaga y Picotto, junto al guardaparques Diego Schro y la etóloga María Loreto Campbell, se acercaron al cóndor –un macho juvenil– y lo rescataron a bordo de un kayak.

“Una vez que aterrizan, los cóndores no levantan vuelo fácilmente como otras aves. Necesitan un desnivel del terreno y tomar una corriente óptima de aire que les permita subir. Básicamente, como un parapente”, explicó en aquel momento Susana Seijas, licenciada en biología del Área de Biología de la Conservación del Parque Nacional Nahuel Huapi.

En un predio de 18 hectáreas, el CRET se focaliza en el rescate y rehabilitación de animales de especies en peligro de extinción y también aquellos afectados por problemáticas ambientales o tráfico ilegal, con el principal objetivo de reinsertarlos en su hábitat natural. En los últimos 16 años, más de 4000 animales se recuperaron en ese centro y fueron reinsertados en distintas provincias del país.

El cóndor andino es una de las aves voladoras más grandes del mundo y actualmente su población se encuentra amenazada en la Argentina. El CRET ha brindado atención médica de alta complejidad a más de 100 cóndores derivados de todo el país. “Han sido víctimas de cazadores, heridos por trampas, sufrieron choques contra cables de alta tensión o envenenamiento por uso ilegal de cebos tóxicos. En estos ambientes especialmente diseñados para la rehabilitación de cóndores en aislamiento humano se puede estudiar y evaluar su conducta, analizar la evolución y determinar su posible reinserción”, indicaron desde el centro de recuperación.