Por primera vez la NASA trae muestras de un asteroide a la Tierra en una peligrosa misión

Una ilustración del OSIRIS sobre la superficie de Bennu
Una ilustración del OSIRIS sobre la superficie de Bennu

WASHINGTON.- La primera misión de la NASA para recuperar una muestra de asteroide y volver a suelo estadounidense es esperada este domingo en un peligroso descenso al desierto de Utah. Los científicos esperan que el material -posiblemente el más abundante recuperado por una misión de este tipo- dará a la humanidad una mejor comprensión sobre la formación de nuestro sistema solar y de cómo la Tierra se volvió habitable.

La sonda espacial estadounidense Osiris-REx, lanzada en 2016, recogió la muestra de un asteroide llamado Bennu hace casi tres años. Su regreso a la Tierra está programado para el domingo alrededor de las 9 (hora local, la 12 en la Argentina), en un sitio de ensayos militares en el oeste del estado.

El tamaño del asteroide Bennu
El tamaño del asteroide Bennu

Unas cuatro horas antes, a unos 108.000 kilómetros de la Tierra, la sonda Osiris-REx liberará la cápsula que contiene la muestra. El descenso final durará 13 minutos. La cápsula entrará en la atmósfera a una velocidad de 43.000 km/h alcanzando una temperatura máxima de alrededor de 2800°C, indicó la agencia espacial.

Si todo va bien, dos paracaídas sucesivos harán que la cápsula tenga un suave aterrizaje en el desierto, donde será recuperada por personal en el área. Llegar al área objetivo de 650 km2 es como “arrojar un dardo a lo largo de una cancha de básquet y dar en el blanco”, explicó el mes pasado Rich Burns, administrador del proyecto Osiris-REx en la NASA.

La víspera del aterrizaje, los controladores tendrán una última oportunidad de abortar la misión si las condiciones no son las correctas. De ser así, la sonda tendrá entonces que dar una vuelta al sol antes de su siguiente intento, en 2025. ”Las misiones de retorno de muestras son difíciles. Hay una serie de cosas que pueden salir mal”, indicó Sandra Freund, administradora del programa Osiris-Rex, de la empresa Lockheed Martin. Los equipos se han preparado cuidadosamente para el retorno de la cápsula, incluso para un “escenario de aterrizaje duro” con el fin de preservar el material del asteroide, añadió.

Las primeras muestras de asteroides fueron traídas a la Tierra por sondas japonesas en 2010 y 2020.

Bennu es un asteroide pequeño, de apenas 510 metros de diámetro, un poco más ancho que el Empire State Building, pero diminuto comparado con el asteroide cataclísmico Chicxulub, que chocó contra la Tierra hace unos 66 millones de años y acabó con los dinosaurios. Al igual que otros asteroides, Bennu es una reliquia primordial del sistema solar primitivo cuya química y mineralogía actuales prácticamente no han cambiado desde que se formó hace unos 4500 millones de años. Por lo tanto, guarda valiosas pistas sobre los orígenes y el desarrollo de planetas rocosos como la Tierra, e incluso podría contener moléculas orgánicas similares a las necesarias para que evolucionara la vida.

“Cuarto limpio” en Texas

Una vez que la cápsula aterrice, un equipo revisará su condición antes de colocarla en una malla que será cargada por un helicóptero y llevada a un “cuarto limpio”. Al día siguiente, la muestra será trasladada en avión a un laboratorio especializado del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, Texas. Los científicos abrirán la cápsula y durante varios días se dedicarán a separar las piezas rocosas del polvo.

Algunas de las muestras serán para estudios inmediatos, el resto será guardado para futuras generaciones con mejor tecnología, una practica que inició durante las misiones Apolo a la Luna.

Se espera que la NASA revele los primeros hallazgos en una conferencia de prensa el 11 de octubre.

En esta imagen de un video publicado por la NASA, la nave espacial Osiris-Rex toca la superficie del asteroide Bennu el martes 20 de octubre de 2020. (NASA via AP, File)
En esta imagen de un video publicado por la NASA, la nave espacial Osiris-Rex toca la superficie del asteroide Bennu el martes 20 de octubre de 2020. (NASA via AP, File)

La obtención de la muestra implicó una operación de alto riesgo en octubre de 2020. La sonda hizo contacto con el asteroide por unos pocos segundos y emitió una ráfaga de nitrógeno comprimido para levantar la muestra y capturarla. El asteroide Bennu sorprendió a los científicos pues durante los pocos segundos de contacto con su superficie, el brazo de la sonda se hundió en el suelo revelando una densidad mucho menor de la esperada. Sin embargo, esto permitió a la Nasa tomar mucho más de los 60 gramos previstos inicialmente. La agencia cree que la muestra puede ser de hasta 250 gramos de material. Esta masa podría ser la muestra más grande “de más allá de la órbita lunar”, dijo Melissa Morris, ejecutiva del programa de la NASA.

“Semillas de vida”

En las muestras traídas a la Tierra por sondas japonesas en 2020 se descubrió uracilo, uno de los componentes del ARN. El hallazgo refuerza la teoría de que la vida en la Tierra pudo ser plantada desde el espacio exterior cuando un asteroide chocó en nuestro planeta.

Asteroides como Bennu y Ryugu, uno de los estudiados por Japón, pueden parecer similares pero ser “muy, muy diferentes”, de acuerdo con Morris.

Según Dante Lauretta, de la universidad de Arizona en Tucson e investigador principal de OSIRIS-Rex, es posible que las rocas contengan “pistas que se cree que responden a algunas de las preguntas más profundas que la Humanidad se plantea”.Las muestras pueden representar las “semillas de vida que estos asteroides entregaron al comienzo de nuestro planeta, dando lugar a esta increíble biósfera, evolución biológica y a que hoy estemos aquí”. Bennu orbita el sol y se acerca a la Tierra cada seis años.

Agencias Reuters y AFP