Nadia Fink: “Los cuentos tradicionales han transmitido valores muy negativos”
Santiago de Chile, 20 nov (EFE).- La escritora argentina de literatura infantil Nadia Fink, invitada a la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa) que se celebra esta semana en Chile, habla desde el feminismo y con perspectiva de género en el lenguaje de los niños porque quiere entregarles nuevos referentes.
“Dejamos la infancia a las grandes industrias cinematográficas y todo estaba invadido por princesas y superhéroes”, dice en una entrevista con EFE desde la exhibición.
La pintora mexicana Frida Khalo, la compositora chilena Violeta Parra, el guerrillero cubano Che Guevara o el entrenador de fútbol argentino Marcelo Bielsa son algunas de las “antiprincesas” y “antihéroes” que Fink (La Criolla, Argentina, 1977) ha biografiado con la editorial Chirimbote, para mostrar a la niñez otra cara de estos personajes, lejos de los estereotipos que realza y perpetúa la literatura infantil tradicional.
El nacimiento de Chirimbote, la cooperativa editorial que avala su proyecto, coincidió en 2015 con el surgimiento en Argentina del movimiento contra la violencia hacia las mujeres Ni Una Menos.
“Eso puso sobre la mesa la importancia de empezar a contar otras cosas para las infancias”, señala la escritora, quien este domingo presenta su último libro dedicado a Bielsa.
“Queríamos derribar los cuentos de hadas, esos en que las princesas tienen que estar siempre a disposición de otras personas, esperando que un príncipe las rescate, siguiendo el mandato familiar de ser princesa, y luego reina”, comenta.
“ESCARBAR EN EL ENFOQUE POLÍTICO”
La colección Antihéroes, por otra parte, fue pensada para deconstruir la idea clásica del superhéroe fuerte y valiente que la mayoría de los niños quieren imitar.
“Les hace mal a los varones, porque crecen con la mirada de que tienen que poder hacer todo, sin cometer errores y que deben ser los sostenedores del hogar”, apunta.
Su propuesta pasa por “mostrar hombres sensibles, que no aspiren solamente al éxito” y, bajo este criterio, para su último trabajo eligió contar la historia del exentrenador: “Él trata de parar la pelota y decir que el éxito no hace la felicidad, que no importa tanto llegar, sino cómo se llega, que los procesos son importantes”.
Fink, que antes de ser escritora se dedicaba al periodismo y también es educadora infantil, se propone “escarbar” en el “enfoque político” que esconden los libros.
Entre otros personajes, escribió las historias de las políticas Evita, de Argentina, y la marxista Rosa de Luxemburgo, o el escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Todos ellos tomaron una decisión sobre cómo miran y hacen el mundo”, dice.
“Los cuentos tradicionales han transmitido valores muy negativos, pero eso no se toma como algo político. Que una madrastra quiera matar a su hijastra, no se considera algo raro, pero si traes una figura como el Che enseguida [te dicen] ‘¡están haciendo política!’”, critica.
“DESCUIDAMOS A LOS VARONES”
“En el feminismo se le dio un lugar de mucha importancia a las mujeres y disidencias, pero descuidamos a los varones”, reflexiona Fisk.
Eso, dice, es algo que “ha sabido aprovechar” la extrema derecha en todo el mundo: “La ultraderecha tiene más votantes varones jóvenes porque ha sabido entrar en los videojuegos, con los youtubers y en toda una nueva tecnología que descuidamos mucho desde ciertos sectores progresistas”, sostiene.
A su parecer, el feminismo debe “ir de la mano” de los hombres, “trabajar en conjunto”, y “aceptar las contradicciones de los procesos”. Y añade: “Me parece que los purismos son lo peor que nos puede pasar como movimiento en tránsito constante”.
En el último tiempo Fink puso el foco en el efecto de la pandemia en la niñez. Valora negativamente que los niños y adolescentes fueran los “últimos en salir a la calle” y también considera “una ridiculez tremenda” la educación virtual. Cree que “se perdió una oportunidad muy hermosa de sacar a la escuela como ente homogeneizador” y que no se supo aprovechar lo que cada familia podía compartir y aprender.
La autora opina que los efectos de la crisis sanitaria global permanecerán por un tiempo en los más pequeños, sobre todo “los trastornos de ansiedad y miedos”, ante lo cual propone “desnormalizarles” y revertir la mirada adultocéntrica: “La niñez está demostrando que la normalidad no es una posibilidad y nosotros seguimos queriendo encajarlos”.
“Tomamos a los niños y niñas como seres en formación, y no, son seres plenos, con otras posibilidades o con otras capacidades, pero que nos enseñan que el mundo también se puede mirar de otra forma”, cierra.
Meritxell Freixas
(c) Agencia EFE