El nacionalismo vasco y catalán prepara su desembarco político y cultural en Netflix

La sede de producción europea de Netflix está en Madrid. Getty
La sede de producción europea de Netflix está en Madrid. Getty

Netflix, Prime, HBO... Las plataformas de contenidos audiovisuales bajo demanda han sacudido los hábitos de consumo de medio mundo. No solo convirtiendo en éxitos globales producciones inicialmente concebidas para una difusión más local. Sino reduciendo drásticamente el consumo de las cadenas de televisión tradicionales, incluidas las autonómicas, e impactando en el uso de lenguas como el catalán y el vasco, entre otras.

Por mucho que ‘Handia’ fuera, con 10 estatuillas, la ganadora de los Premios Goya de 2018, o que el éxito de ‘Merlí’ haya favorecido que Movistar coprodujera un ‘spin off’ también en catalán, apenas son casos aislados. Para las producciones participadas por el Gobierno vasco o la Generalitat de Cataluña no es fácil competir de tú a tú con los gigantes audiovisuales. Por lo que la solución pasa por buscar alianzas… más o menos forzadas -ojo con el oxímoron-. Y en estas están ERC y PNV.

Según ha adelantado hoy el periódico 'El Mundo', los socios nacionalistas del Gobierno han unido sus fuerzas para presionar en la medida de lo posible con la intención de que la nueva Ley Audiovisual que ultima el Ejecutivo establezca un cupo de producción audiovisual en lenguas cooficiales.

Antes de que empiezan a sonar acusaciones de chantaje, ¿Esto puede hacerse? No solo se puede sino que, en parte, ya se hace algo similar. Porque el Gobierno obliga a Netflix y HBO a destinar el 5% de sus ingresos generados en España a producción europea. Además, de esa cantidad, el anteproyecto de ley ya contemplaba que un mínimo del 70% se deberá destinar a financiar obras audiovisuales de productores independientes y un mínimo del 40% a financiar películas de productores independientes de cualquier género, en cualquiera de las lenguas oficiales de España.

La estrategia tiene dos patas. Por un lado, que los subtítulos incluyen de manera generalizada el euskera y el catalán de forma que, por poner dos ejemplos, los abonados de Netflix en Euskadi puedan disfrutar, si lo desean, de ‘Paperezko etxea’ -‘La casa de papel’- y los catalanes de ‘Educació sexual’ -‘Sex Education’-. Y por otro que Netflix, Amazon o HBO tengan que producir un mínimo de contenidos en catalán y vasco.

La protección de las lenguas cooficiales no ha sido, hasta ahora, un punto de desencuentro entre el Gobierno de coalición y sus socios. De hecho, no estaba encima de la mesa. Pero PNV, ERC y Bildu han introducido el debate en el mejor momento para sus intereses.

Porque la Ley Audiovisual está en la fase final de su tramitación y porque, además, el Gobierno ya ha comenzado la negociación de los Presupuestos Generales para cuya aprobación precisa del apoyo de buena parte de sus socios de investidura. Los mismos que quieren forzar una alianza que permita blindar y preservar parcialmente el uso y el legado de sus lenguas oficiales entre las nuevas generaciones.

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