Un musical de Britney Spears en Broadway
El guionista del libreto de “Once Upon a One More Time”, el musical de Britney Spears que se estrena en Broadway el jueves por la noche, a menudo vuelve a un recuerdo de hace cinco años, cuando Spears se sentó en un teatro de Manhattan unas filas delante de él y vio una primera lectura del espectáculo.
“Me quedé mirándola y pensé: ‘¿Le va a gustar?’”, relató hace poco el guionista, Jon Hartmere, recordando sentirse aliviado cada vez que veía a Spears aplaudir o sonreír al escuchar una de sus canciones. “Era puro placer”.
“Once Upon a One More Time”, una parodia de cuento de hadas que elude la fórmula del musical biográfico para centrarse en un elenco de princesas Disney desilusionadas y protagonistas de cuento, es el último de una larga lista de musicales de gramola que han sondeado los catálogos de artistas como Frankie Valli y los Four Seasons, Michael Jackson, Tina Turner y los Temptations en busca del oro de taquilla.
Con una lista de canciones repleta de éxitos como “Stronger”, “Toxic” y “Circus”, el espectáculo tiene potencial para el éxito, pero también se enfrenta a retos únicos. Concebido originalmente cuando Spears estaba sometida a una tutela que otorgaba a su padre un enorme control sobre su vida, la producción ha asegurado a los admiradores que el espectáculo fue plenamente autorizado por la estrella del pop una vez liberada de ese acuerdo. Pero no está claro hasta qué punto su feroz y leal base de seguidores —cuyo activismo ayudó a desenmarañar la tutela— lo acogerá. Bastaría con un comentario enérgico de Spears, una estrella de 41 años con fama de publicar en las redes sociales mensajes sin filtro e impredecibles, para ganar o perder ese público.
Los seguidores, dentro y fuera de la producción, han seguido de cerca la famosa y activa cuenta de Instagram de Spears para ver si opina sobre el espectáculo (aún no lo ha hecho). Y los miembros del reparto y del equipo han pedido garantías internas de que los beneficios de la producción van a parar a Spears, y no a sus antiguos representantes o a su padre, James Spears, que fue nombrado tutor en medio de preocupaciones por su salud mental y pasó a ejercer el control sobre su vida personal y sus finanzas durante más de una década, incluso mientras ella seguía presentándose en espectáculos.
“Como artistas, solo queremos que pueda tomar sus propias decisiones y vivir su vida como ella quería”, comentó Keone Madrid, que dirigió y coreografió el espectáculo con su compañera creativa y esposa, Mari Madrid. “Todos anhelamos honrar su trabajo”.
Hunter Arnold, uno de los productores principales del espectáculo, afirmó que Spears firmó el contrato después de que se puso fin a la tutela y que nadie más en el equipo de Spears tiene actualmente un acuerdo para recibir beneficios.
Un representante de Spears no la puso a disposición para una entrevista, pero confirmó el momento del acuerdo más reciente y añadió que la cantante había proporcionado comentarios en respuesta a los videos de la coreografía de los Madrid.
La apertura se produce en un momento en que la vida de Spears ha seguido siendo objeto de cotilleos. Desde que se puso fin al acuerdo legal, Spears ha anunciado su boda con Sam Asghari, algo que había dicho que no podía hacer bajo la tutela, y ha regresado brevemente a la industria musical, publicando un tema con Elton John. La batalla legal sobre la liquidación de la curatela ha continuado en Los Ángeles, donde sus abogados han presentado objeciones a parte de la contabilidad durante los años de la misma.
Dentro de la producción, el deseo de complacer a Spears ha significado a veces aprovechar los goteos de información que obtienen de los representantes de una megaestrella reclusa.
¿A Britney le gustan los cuentos de hadas? El espectáculo se basa en un mundo en el que Cenicienta, Blancanieves y Rapunzel son amigas. ¿A Britney le encantan las mariposas? La producción ha utilizado estos insectos como utilería y ha convertido la marca del espectáculo en lo que parecen proyectores arco iris con forma de mariposa, con los que los espectadores pueden posar fuera del teatro. (“Ese podría ser un ejemplo del tipo de cosas en las que habíamos insistido demasiado”, dijo Hartmere sobre la prueba de un mes del espectáculo en Washington, D. C., señalando que el espectáculo se había deshecho de un “vórtice de mariposas” para la producción de Broadway).
“El espíritu del espectáculo siempre ha estado al servicio de sus deseos”, afirmó Arnold.
Debido a las revelaciones en torno a cómo el padre de Spears y su antigua empresa de gestión se beneficiaron financieramente de la tutela, la estructura financiera del musical ha sido un punto central de escrutinio para algunos seguidores.
En un principio, los documentos de producción de finales de 2019 enumeraban una empresa llamada Shiloh Standing, Inc, que fue fundada por el padre de Spears poco después de la creación de la curatela, con derecho al 7,5 por ciento de las ganancias netas de la producción, según los documentos presentados ante la oficina del fiscal general del estado de Nueva York. Larry Rudolph, antiguo representante de Spears, también iba a recibir fondos, incluyendo 30.000 dólares como productor ejecutivo y 1500 dólares semanales.
Pero los planes para una breve representación en Chicago en 2020, seguida de un traslado a Broadway, se vieron frustrados por la pandemia; el espectáculo quedó en suspenso; y en ese tiempo, el mundo de Spears se transformó. Leslie Papa, portavoz del espectáculo, dijo que el contrato de Spears se negoció y firmó en 2022, tras la finalización de la curatela, y le proporciona toda la compensación directamente a ella.
Arnold dijo que Spears tiene una participación en los derechos de autor del espectáculo a través de los ingresos por licencias de música, además de un acuerdo de derechos subyacentes, que dijo que fue labrada en reconocimiento de su papel en la popularización de la música, incluso si otros letristas y productores de música poseen gran parte de los derechos de las canciones. No quiso especificar la estructura exacta de los pagos a Spears, que hasta ahora no figuraban en los documentos presentados por el gobierno.
Según una copia de un presupuesto de 2022 para el musical de Broadway que fue compartida con The New York Times por una persona que no estaba autorizada a hablar de la producción, el anticipo por el acuerdo de derechos subyacente asociado al espectáculo fue de 80.000 dólares. Arnold señaló que, en los espectáculos de Broadway de éxito, los derechos de autor suelen superar rápidamente los anticipos iniciales.
Hasta ahora, algunas de las principales cuentas de las redes sociales asociadas al movimiento para poner fin a la tutela, conocido como #FreeBritney, han hablado poco del musical, sobre todo en contraste con el entusiasmo de los seguidores en torno a la colaboración con Elton John.
¡Sin embargo, muchos de los asistentes a los preestrenos en el Marquis Theater no dudan en declararse devotos admiradores de Britney y reaccionan con alegría ante las numerosas referencias a la estrella del pop, como un fragmento de la coreografía original de “Oops! ... I Did It Again” que suele hacer estallar al público. Dado que pasaron sus primeros años de adolescencia interiorizando el baile de Spears en MTV, los Madrid, conocidos por sus coreografías narrativas y sus aislamientos “staccato”, se consideran “extensiones naturales de ella y de su obra”.
“Su música siempre ha estado presente en mi vida de un modo u otro”, aseguró Mari Madrid.
Esas referencias son como una broma interna que la mayoría del público parece entender. El público no oye la palabra “Britney” en todo el espectáculo; solo al final los altavoces hacen sonar la frase inicial más famosa de la estrella del pop: “It’s Britney, bitch”. Ninguno de los productos oficiales del espectáculo lleva la imagen de Spears, pero un bolso de mano que se vende rápidamente proclama: “It’s Broadway, bitch”.
Se puede perdonar a los espectadores que piensen que el tema central del musical —una cohorte de famosas damiselas en apuros que toman las riendas de sus propias vidas— es una gran metáfora de la salida de Spears de la tutela, pero Hartmere dice que los paralelismos son mera coincidencia.
“Es una historia sobre mujeres que aprenden lo que pueden y deben obtener de la vida”, concluyó Hartmere. “Esa ha sido siempre la historia desde el principio”.
c.2023 The New York Times Company