Este museo contaría la historia de la época de la segregación de Miami. Lleva años paralizado

Virginia Key es a la vez una joya natural de la Bahía de Biscayne y un campo de batalla para políticos, ecologistas y defensores de la justicia social.

Lo irresistible de la isla la sitúa en el punto de mira: ¿preservarla o capitalizarla? El enfrentamiento se ha reanudado bajo el temor de que el gobierno local arruine la única playa pública de Miami —un hito histórico del pasado racista de la ciudad— y venda con fines lucrativos este trozo de terreno costero tan vulnerable.

Vista aérea de Virginia Key en 1972, que muestra el ámbito de Virginia Key, el histórico Virginia Key Beach Park y Rickenbacker Causeway en primer plano. Fisher Island, que aún no había sido urbanizada, es la isla situada detrás de Virginia Key. Miami Beach está al fondo, frente al océano Atlántico.
Vista aérea de Virginia Key en 1972, que muestra el ámbito de Virginia Key, el histórico Virginia Key Beach Park y Rickenbacker Causeway en primer plano. Fisher Island, que aún no había sido urbanizada, es la isla situada detrás de Virginia Key. Miami Beach está al fondo, frente al océano Atlántico.

En el centro de la lucha: una búsqueda de casi 20 años para construir un museo de los derechos civiles que cuente la historia de la época segregada de Miami y los triunfos de la comunidad afroamericana. El museo se ubicaría en el histórico Virginia Key Beach Park, que abrió sus puertas como playa “solo para gente de color” en 1945, después que un grupo de miamenses negros protagonizara el primer acto significativo de desobediencia civil de la posguerra en el país en Haulover Beach para protestar contra la prohibición de que usaran cualquier playa del sur de la Florida.

Una foto de archivo de una familia afroamericana disfrutando de un día en Virginia Key Beach Park. Fundado en 1945, Virginia Key Beach Park celebró su 75 aniversario el 1 de agosto de 2020.
Una foto de archivo de una familia afroamericana disfrutando de un día en Virginia Key Beach Park. Fundado en 1945, Virginia Key Beach Park celebró su 75 aniversario el 1 de agosto de 2020.

En 2004, los votantes aprobaron que los contribuyentes financiaran un museo, pero los planes se han visto paralizados por problemas burocráticos, agravados por desacuerdos entre el Ayuntamiento municipal y Miami-Dade.

En el mismo periodo de tiempo, se abrieron las puertas de Pérez Art Museum Miami (PAMM), Frost Science Museum y American Museum of the Cuban Diaspora. Cada instalación, junto con varias otras instituciones culturales, recibió millones en subvenciones por parte del condado.

‘Patrón de promesas incumplidas’

La difícil situación del museo de los derechos civiles resurgió durante la última lucha de poder en Virginia Key, en la que la Comisión de Miami tomó abruptamente el control de Virginia Key Beach Park Trust, un organismo creado hace 24 años y responsable de la gestión del parque con un presupuesto de más de $1 millón al año.

La Comisión Municipal de Miami, en una votación de 4 a 1 en octubre, destituyó a la junta del fideicomiso, compuesta por un miembro blanco y cinco afroamericanos voluntarios. Ahora, la nueva junta tendrá siete miembros: los cinco comisionados de la ciudad, tres de los cuales son cubanoamericanos, y dos nombramientos que aún debe hacer la comisionada Christine King, la única comisionada negra de la Comisión, quien también preside la comisión y la agencia de Virginia Key.

Enid Pinkney, miembro fundadora del fideicomiso, cree que el racismo es la razón por la que no se ha construido el museo que ella esperaba ver en vida.

“Es un patrón de promesas incumplidas y pura indiferencia”, dijo Pinkney. “Los electores lo aprobaron, pero el gobierno no quiere invertir el dinero. No creen que seamos lo bastante sensatos como para darnos cuenta de su agenda oculta”.

“La única explicación son los prejuicios. Cualquier nacionalidad puede venir a Miami y hacerse respetar, menos la gente que construyó esta ciudad. Es repugnante”.

Una fotografía de 1956 muestra el carrusel de la playa de Virginia Key Beach en Miami, la Florida. El parque era la única playa a la que podían ir los afroamericanos en las décadas de 1940 y 1950, durante la época segregada de Miami. (AP Photo/Cortesía de la Oficina de Conservación Histórica de Miami-Dade).
Una fotografía de 1956 muestra el carrusel de la playa de Virginia Key Beach en Miami, la Florida. El parque era la única playa a la que podían ir los afroamericanos en las décadas de 1940 y 1950, durante la época segregada de Miami. (AP Photo/Cortesía de la Oficina de Conservación Histórica de Miami-Dade).

Pinkney, de 91 años, creció en Overtown, entonces conocido como el Harlem del sur, y guarda gratos recuerdos de picnics y fiestas en Virginia Key Beach, el único lugar en donde los afroamericanos tenían acceso al mar. Su padre, pastor, celebraba bautizos y oficios al amanecer en la playa.

“Es un lugar muy especial desde el punto de vista social, espiritual y cultural”, dijo Pinkney, ex profesora y subdirectora de escuela, activista y primera presidenta afroamericana del Dade Heritage Trust. “Si no se preserva la historia, desaparece para siempre”.

Familias en picnics en Virginia Key Beach Park, cuando era una playa segregada de Miami en las décadas de 1940 y 1950.
Familias en picnics en Virginia Key Beach Park, cuando era una playa segregada de Miami en las décadas de 1940 y 1950.

Los escépticos cuestionaron la motivación de la ciudad, porque la revisión no iba acompañada de un nuevo plan museístico y ocurrió dos meses después que los miembros de la junta del fideicomiso criticaran una propuesta para construir hasta 100 “casas pequeñas” para personas sin hogar en la orilla noreste de Virginia Key. El concepto de campamento se archivó en medio de protestas, pero no antes que otra crítica, la directora de Virginia Key Outdoor Center (VKOC), Esther Alonso, fuera despedida, el centro se cerrara y su personal perdiera su empleo.

Los comisionados negaron cualquier indicio de revancha política y algunos se refirieron a una auditoría en la que se señalan problemas de mantenimiento de registros en la gestión del fideicomiso, aunque la auditoría refuta los comentarios de algunos comisionados sobre “conducta indebida” en la dirección del fideicomiso.

“Los afroamericanos llevan librando una dura batalla desde 1619 y seguiremos luchando”, dijo Gene Tinnie, uno de los primeros miembros del fideicomiso. “Ahora, de repente, la ciudad está interesada en Virginia Key Beach y lo primero que hacen es difamarnos, disolvernos y afirmar falsamente que no ha habido ningún progreso”.

“Si están dispuestos a abandonar el parque, como hicieron antes, y renunciar a la visión del museo, no se lo permitiremos”.

El museo se construirá, dijeron los funcionarios

Los funcionarios electos insistieron en que finalmente pondrán en marcha los engranajes para construir un museo, aunque la historia demuestre que un museo de los derechos civiles no ha sido una prioridad de los gobiernos locales.

La destitución de la junta ha avivado la preocupación de que la ciudad intente sacar provecho de Virginia Key urbanizando algunos de sus terrenos. King declaró ante Miami Herald que no desea que se lleve a cabo una urbanización a gran escala en el cayo, la isla situada a ambos lados del Viaducto Rickenbacker, entre tierra firme y Key Biscayne, y que cualquier proyecto de este tipo requeriría la aprobación de los votantes, de acuerdo con las normas de la ciudad.

“La gente me viene diciendo que alguien va a construir un Marriott o un Hilton. No”, dijo. “Incluso si eso es algo que la gente quisiera, tendría que someterse a los electores”.

La presidenta de la Comisión de Miami, Christine King, quien también fue nombrada presidenta de la nueva junta reconfigurada de Virginia Key Beach Park Trust. La ciudad votó 4 a 1 en octubre para eliminar a los miembros de la antigua junta.
La presidenta de la Comisión de Miami, Christine King, quien también fue nombrada presidenta de la nueva junta reconfigurada de Virginia Key Beach Park Trust. La ciudad votó 4 a 1 en octubre para eliminar a los miembros de la antigua junta.

Se espera que en la reunión de la comisión del 12 de enero proponga a dos personas para el consejo fiduciario. La Comisión aún no ha compartido su visión de Virginia Key. Su planteamiento, que describió en términos generales como “respetuoso con la historia y el medio ambiente”, se basará en las aportaciones de la comunidad.

King, aliada política del comisionado de Miami-Dade Keon Hardemon, se mostró optimista ante la posibilidad de que la mejora de la cooperación con el condado dinamice la planificación.

“Hay relaciones en las que podemos llegar de la ciudad al condado, tomarnos de la mano y conseguirlo”, dijo.

Miami y el condado se enfrentan por el museo

La ciudad y el condado no han cooperado mucho hasta ahora, por lo que el concepto de museo languidece en un tira y afloja.

En 2001, los comisionados del condado aprobaron destinar $5 millones de los impuestos a la construcción de un museo de los derechos civiles en Virginia Key Beach Park. En 2004, los electores de Miami-Dade aprobaron un programa de deuda que incluía $15.5 millones para el proyecto.

La gente monta el carrusel restaurado en el histórico Virginia Key Beach Park en Miami, el sábado 12 de noviembre de 2022.
La gente monta el carrusel restaurado en el histórico Virginia Key Beach Park en Miami, el sábado 12 de noviembre de 2022.

En aquel momento, el parque y la playa llevaban cerrados desde 1982, cuando la ciudad culpó los elevados costos de mantenimiento. Después de la creación del fideicomiso en 1999, se necesitaron millones de dólares y miles de horas de voluntarios para restaurar la costa descuidada, el parque cubierto de maleza y los elementos antaño populares: el bar, con sus famosos perritos de maíz; el carrusel de época; el tren en miniatura; y los pabellones para picnics y fiestas bailables. El parque y la playa reabrieron en 2008, después de 26 años.

El snack bar de Virginia Key Beach Park era conocido por sus famosos perritos de maíz.
El snack bar de Virginia Key Beach Park era conocido por sus famosos perritos de maíz.
Un tren llevaba a la gente por Virginia Key Beach Park en los años 40 y 50, cuando era la única playa a la que podían ir las familias afroamericanas durante la época de segregación de Miami.
Un tren llevaba a la gente por Virginia Key Beach Park en los años 40 y 50, cuando era la única playa a la que podían ir las familias afroamericanas durante la época de segregación de Miami.

Sin embargo, no se ha construido ningún museo. La ciudad y el condado se señalan mutuamente cuando se les pregunta por la falta de avances.

A lo largo de los años, el Fideicomiso ha obtenido planos de arquitectos, paisajistas y expertos en museos. En 2006, el Fideicomiso contrató a la firma asesora Lord Cultural Resources, para preparar un plan de negocio para el museo, pero la recesión de 2008 lo dejó de lado.

El mismo asesor elaboró un nuevo plan en diciembre de 2016 que estimaba un presupuesto operativo de más de $2 millones en cada uno de los tres primeros años del museo. Esa previsión suponía que el museo abriría en 2023.

Condado: problemas con el plan de la ciudad

Los administradores del condado dijeron que encontraron problemas con el plan, incluido un presupuesto que dependía de subsidios de la ciudad y el condado que aún no se habían aprobado, ningún plan para comprar muebles y equipos y proyecciones “poco realistas” para una dotación, según un comunicado del Departamento de Asuntos Culturales de Miami-Dade.

Michael Spring, director de Asuntos Culturales del condado, dijo que la ciudad todavía tiene que demostrar un “factor de preparación” antes que el condado pueda liberar los $20 millones. Parte de los criterios es un plan de negocios aceptable, con un presupuesto y proyecciones de costos operativos.

“Tan pronto como se completen satisfactoriamente estos pasos esenciales, estaremos preparados para ejecutar los acuerdos para desplegar los fondos y hacer avanzar el proyecto”, dijo Spring.

La ciudad: “Darle la vuelta a la tortilla” con el condado

El alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo que las conversaciones anteriores con el condado han sido circulares.

“Es un poco como ‘darle la vuelta a la tortilla’”, dijo. “Siguen pidiendo algo y nosotros seguimos diciéndoles ‘Ya se los dimos’”.

El estancamiento puede atribuirse, al menos en parte, a la burocracia y a la mala sangre entre funcionarios de la ciudad y del condado, dijo N. Patrick Range II, ex presidente de la junta del fideicomiso y nieto Athalie Range, la activista por los derechos civiles y ex comisionada de Miami, que fue presidenta fundadora del fideicomiso,

“Es más fácil echarnos la culpa a nosotros, porque no hay un rastro de papel que permita ver quién está dejando caer la pelota”, dijo Range. “No conseguimos que se celebraran debates significativos”.

Con mucha fanfarria en el verano de 2019, Suárez firmó una resolución que establecía el compromiso de financiar el museo durante los primeros 10 años. Promocionó el hito en una ceremonia en el parque, de pie junto a los miembros de la junta del fideicomiso. En aquel momento, Suárez dijo que el compromiso desbloquearía los fondos del condado para la construcción, que estaba previsto que comenzara en 2021.

En 2019, el alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo que la ciudad ayudará a pagar los costos operativos durante los primeros 10 años de un nuevo museo de derechos civiles en el histórico Virginia Key Beach Park. Gene Tinnie, miembro de la junta de Trust, a la izquierda del alcalde.
En 2019, el alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo que la ciudad ayudará a pagar los costos operativos durante los primeros 10 años de un nuevo museo de derechos civiles en el histórico Virginia Key Beach Park. Gene Tinnie, miembro de la junta de Trust, a la izquierda del alcalde.

La resolución de Suárez pedía negociar un acuerdo con el condado para liberar fondos para la construcción y establecer un fondo operativo. Los administradores de la ciudad no respondieron a varias de las preguntas de Herald respecto a lo que se hizo para avanzar en el proyecto.

“Todo está del lado del condado”, dijo la portavoz municipal Stephanie Severino.

En un comunicado, los responsables de asuntos culturales del condado dijeron que “La ciudad nunca se dirigió al condado para negociar o establecer un acuerdo interlocal”.

Suárez insistió en que la ciudad “pagaría la cuenta” del museo durante al menos 10 años, irritado por las idas y venidas entre los ayuntamientos municipal y condal, subrayando que una reciente reunión con la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, King y Hardemon fue prometedora.

“Es frustrante”, dijo. “Espero que la alcaldesa del condado intervenga para no dejarse llevar por la política burocrática”.

El alcalde defendió la decisión de la comisión de hacerse cargo de la junta, sobre todo porque la mitad del presupuesto de $1.6 millones del fideicomiso se gasta en sueldos de personal y asesores.

“Les hemos dado $12 millones en ocho años y han sido incapaces de salir adelante”, dijo Suárez. “¿Es justo que sigamos financiando ese tipo de entorno?”

Escepticismo arraigado en la historia

Los antiguos miembros de la junta directiva señalaron factores fuera de su control que obstaculizaron el desarrollo del museo.

Tinnie, un artista y educador que ayudó a fundar la junta en 1999, dijo que durante años la ciudad se negó a garantizar el dinero de los impuestos para subvencionar el museo y que la búsqueda de un arquitecto se retrasó dos veces por cuestiones legales; las solicitudes de reuniones con funcionarios municipales quedaron a menudo sin respuesta; y los comisionados dejaron sin cubrir dos nombramientos para la junta.

“Nos preguntan ‘¿Y si hay otra crisis presupuestaria?’ y nuestra respuesta es ‘¿Dónde está la voluntad política?’”, dijo Tinnie. “Vayan por el mundo y vean instituciones culturales históricas que los gobiernos apoyan en las buenas y en las malas, porque están comprometidos con lo que es importante y lo que es correcto”.

El Condado Miami-Dade lleva años subvencionando otras instalaciones culturales. Para el actual ejercicio presupuestario, los comisionados acordaron conceder al PAMM, al HistoryMiami y Vizcaya Museum and Gardens $4 millones a cada uno; Adrienne Arsht Center for the Performing Arts recibió una subvención de $6.5 millones; el museo Cuban Diaspora recibió $550,000 y Bay of Pigs Museum, $500,000.

El condado normalmente considera que los “propietarios” de las instalaciones culturales, que en este caso sería la ciudad, asumen la responsabilidad principal de las subvenciones operativas, pero eso no impide que el condado ofrezca más apoyo, dijo Natalia Jaramillo, portavoz de Levine Cava.

Suárez dijo que la ciudad se comprometió a subvencionar el museo durante al menos una década, aunque no ha facilitado una cantidad en dólares. Criticó al condado por centrarse en quién paga qué cuando se trata de instalaciones compartidas por toda la comunidad y que atraen a turistas.

“Las instalaciones culturales son como los parques”, dijo. “Son bienes muy valiosos para la comunidad; no están pensados para obtener beneficios: son bienes culturales para disfrute de la comunidad”.

Imagen histórica de Virginia Key Beach Park.
Imagen histórica de Virginia Key Beach Park.

Las propuestas pasadas de Miami a los urbanizadores

La ciudad de Miami intentó en al menos tres ocasiones anteriores entregar ese terreno público a un urbanizador privado.

Uno de varios carteles que representan la vida en la playa durante los primeros años de histórico Virginia Key Beach Park, fundado en 1945 como playa "solo para gente de color" durante la segregación en Miami. Foto cortesía de Virginia Key Beach Park Trust. Historic Virginia Key Beach Park cjuste@miamiherald.com
Uno de varios carteles que representan la vida en la playa durante los primeros años de histórico Virginia Key Beach Park, fundado en 1945 como playa "solo para gente de color" durante la segregación en Miami. Foto cortesía de Virginia Key Beach Park Trust. Historic Virginia Key Beach Park cjuste@miamiherald.com

Luego del cierre del parque en 1982, los funcionarios municipales barajaron varias ideas sobre qué hacer con la vasta propiedad. Durante un tiempo, la Policía lo usó para ejercicios de entrenamiento y prácticas de tiro y el Seaquarium, situado al otro lado del viaducto lo usó como estacionamiento adicional.

Por su belleza paisajística, se habló de arrendar el terreno a hoteles; incluso se le pidieron sugerencias a Don King, el promotor de boxeo, conciertos y casinos.

A finales de los 90, la ciudad anunció el parque y el Miami Marine Stadium como lugares urbanizables. Gregory Bush, ex profesor de Hstoria de la Universidad de Miami (UM) y entonces presidente de Urban Environment League (UEL), asistía regularmente a las reuniones municipales y descubrió un folleto publicado por la ciudad.

“Tenía imágenes de Virginia Key Beach y del estadio y decía ‘Aquí está Miami, cambiando a la velocidad de la luz’, invitando a los urbanizadores a presentar propuestas”, dijo Bush, autor de White Sand Black Beach: Civil Rights, Public Space and Miami’s Virginia Key. “Todo olía muy mal entonces y ese olor volvió a mis fosas nasales”.

“Miami está infectada por una odiosa enfermedad que la mantiene en deferencia hacia los urbanizadores inmobiliarios, los propietarios de equipos deportivos y cualquiera que pregone el espectáculo comercial por encima de la naturaleza o la historia. Es una ciudad sin memoria; no hay deseo de una comprensión más profunda de dónde venimos, en dónde estamos o hacia dónde vamos”.

En 1999, durante un debate de un comité municipal formado exclusivamente por blancos sobre el futuro de la playa y la propuesta de construir un complejo turístico ecológico, Bush protestó.

“Dije: ‘¿No se dan cuenta que esta playa es fundamental para la experiencia afroamericana y [de que] no solo la han abandonado, sino que han insultado a la comunidad al excluir su aportación?’”, dijo Bush. “Contraatacaron diciendo ‘Bueno, podríamos poner una placa’”.

Bush le advirtió a Athalie Range, quien había sido la primera comisionada afroamericana de la ciudad, que, si se quería conservar el parque, tendría que ser salvado por la comunidad afroamericana. Range dijo “Me queda una buena batalla”.

Range y Tinnie reunieron a otros líderes y pidieron ayuda al comisario Art Teele, que creó un Grupo de Trabajo para el Museo de los Derechos Civiles.

“Art nos dijo que los urbanizadores inmobiliarios estaban compitiendo en la trastienda de la política municipal por la propiedad del parque”, dijo Tinnie. “Lo que dijo entonces sigue siendo válido: ‘El terreno más barato que se puede conseguir en Miami es terreno público, porque el precio es de solo tres votos’”.

Durante la recesión, la ciudad exhortó al fideicomiso a “aliarse con una empresa que generara ingresos”, dijo Tinnie, y se alentó la idea de un centro turístico ecológico de lujo o un campamento para casas móviles.

“Virginia Key siempre ha sido codiciado y ha estado en juego, un plan tras otro, así que ya ve por qué desconfiamos”, dijo Tinnie. “La ciudad dice que puede hacer un mejor trabajo para concretar el museo. ¿De verdad? Podrían dejar que el parque fracasara y entonces tendrían la excusa perfecta para volver a cerrarlo y decir que no tienen más remedio que buscar urbanización privada”.

La gente permanece en el agua después del vadeo simbólico en el histórico Virginia Key Beach Park en Key Biscayne, la Florida, el sábado 12 de noviembre de 2022.
La gente permanece en el agua después del vadeo simbólico en el histórico Virginia Key Beach Park en Key Biscayne, la Florida, el sábado 12 de noviembre de 2022.

Los recientes comentarios de Hardemon, quien formó parte de la Comisión de Miami, han hecho reflexionar a algunos miembros de la comunidad. Afirmó que con el parque bajo el control de la Comisión, los líderes deberían discutir la búsqueda de “un producto mejor que tenga más sentido”.

“Respeto la historia. Parte de la razón por la que estoy aquí es porque estoy a hombros de gigantes”, dijo Hardemon a los comisionados municipales en la reunión del 13 de octubre. “Pero debo decir que no podemos aferrarnos a la historia sin asegurarnos de que el futuro sea brillante”.

Durante la reunión también se debatió si los visitantes de la playa se sentirían “incómodos” en un museo con fotos que documentan el pasado Jim Crow de Miami: marchas del KKK, escuelas segregadas, famosos artistas afroamericanos actuando en hoteles “solo para blancos” en Miami Beach y volviendo a sesiones nocturnas en clubes y a sus alojamientos en Overtown y Brownsville.

“Recopilamos historias fascinantes e historias orales”, dijo Tinnie. “Una gran nación no oculta su historia ni priva a las generaciones más jóvenes de su patrimonio, [sino que] aprende de la historia”.

La desconfianza en los gobiernos locales tiene su origen en los intentos de los comisarios de monetizar los espacios públicos. En un ejemplo de hace dos años, el comisario Joe Carollo propuso construir un puerto deportivo, un varadero y un complejo de restaurantes en Maurice Ferré Park, justo al lado de la cuenca giratoria en Biscayne Boulevard.

Los habitantes del centro, los usuarios del parque y los urbanistas que habían invertido millones en la creación del parque se quedaron estupefactos.

La gente canta durante un vadeo simbólico en el histórico Virginia Key Beach Park en Key Biscayne, la Florida, el sábado 12 de noviembre de 2022.
La gente canta durante un vadeo simbólico en el histórico Virginia Key Beach Park en Key Biscayne, la Florida, el sábado 12 de noviembre de 2022.

Tinnie espera que se restablezca Virginia Key Beach Park Trust, pero mientras tanto ha seguido adelante con dos actos recientes en el parque: uno fue una recreación de lo ocurrido en 1945.

Otro fue el “Día del Recuerdo”, en el que la gente acudió a compartir sus recuerdos de la playa y grabarlos en video.

Anna Lightfoot-Ward, ex alcaldesa de El Portal, señala una foto suya de 1956 montada en el carrusel de Virginia Key Beach Park en Miami, la Florida, el sábado 17 de diciembre de 2022. Ella fue una de las varias personas que relataron haber ido a la playa durante la época segregada de Miami.
Anna Lightfoot-Ward, ex alcaldesa de El Portal, señala una foto suya de 1956 montada en el carrusel de Virginia Key Beach Park en Miami, la Florida, el sábado 17 de diciembre de 2022. Ella fue una de las varias personas que relataron haber ido a la playa durante la época segregada de Miami.

Anna Lightfoot-Ward, ex alcaldesa de El Portal, habló de momentos entrañables con amigos y familiares.

“Era nuestro lugar para celebrar libremente nuestra cultura”, dijo. “Es el lugar perfecto para un museo que no se parezca a ningún otro”.

Ric Powell solía visitar la playa cuando servía en la Marina en Cayo Hueso y más tarde cuando su Ric Powell Trio (él era el batería) actuaba en Miami Beach.

“Virginia Key era el único lugar al que podíamos ir para recrearnos al aire libre en una playa, para nadar en la bahía”, dijo Powell, profesor jubilado de la secundaria Norland. “Cuando lo recuerdas, fue bueno y malo, maravilloso y triste. Es una parte esencial de nuestra historia. No podemos olvidarlo”.

Durante la época de segregación en Miami, en los años 40 y 50, Virginia Key era la única playa a la que podían ir los afroamericanos en el Condado Miami-Dade.
Durante la época de segregación en Miami, en los años 40 y 50, Virginia Key era la única playa a la que podían ir los afroamericanos en el Condado Miami-Dade.