Murió Tomás J. de Anchorena, diplomático y testigo de una feroz interna entre el Ejército y la Armada

Tomás Joaquín de Anchorena, embajador argentino en Francia entre 1976 y 1981
Tomás Joaquín de Anchorena, embajador argentino en Francia entre 1976 y 1981

La larga vida de Tomás Joaquín de Anchorena, fallecido a los 99 años, le tuvo reservado un papel de testigo directo de las intrigas internas entre el Ejército y la Armada durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, que formalmente conducía el teniente general Jorge Rafael Videla. Militar, formado en el arma de Caballería, productor agropecuario y embajador argentino en Francia entre 1976 y 1981, vivió de cerca los intentos del almirante Emilio Eduardo Massera para contrarrestar lo que consideraba una “campaña antiargentina” en Europa y posicionarse en una carrera política.

De trato afable y cordial, pertenecía a una familia con actuación en los tiempos de la Independencia y de la organización nacional. Tomás Joaquín Ángel Miguel de Anchorena había nacido en 1923 en Francia. Fue militar, productor agropecuario y diplomático, y se destacó por su fuerte vocación por lo público.

Ingresó al Colegio Militar en 1939 y uno de sus compañeros y amigos en la 70ª. promoción del Ejército era Enrique Antonio Holmberg, luego coronel y cuya hermana Elena Holmberg trabajó con él en la embajada en París y murió asesinada, tras ser secuestrada en 1978 en Buenos Aires.

Los avatares de la política lo marcaron desde joven. Egresado como subteniente en 1943, su carrera militar se interrumpió rápidamente con el pase a retiro en 1951, por su participación en el fallido levantamiento protagonizado por el general Benjamín Menéndez contra el presidente Juan Domingo Perón.

Se dedicó luego a la actividad rural, particularmente a la producción ganadera y lechera. Actuó en la Sociedad Rural Argentina y fue subsecretario de Agricultura y Ganadería entre junio de 1969 y abril de 1970, durante la presidencia de facto de Juan Carlos Onganía. Al año siguiente, encabezó la delegación argentina en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el trigo.

Afiliado a la Unión Cívica Radical, el dirigente Ricardo Balbín le pidió que aceptara el ofrecimiento para ser embajador en Francia en el gobierno de Videla. Así lo reveló el periodista Carlos Manfroni en su libro “Montoneros. Los soldados de Massera” (Sudamericana, 2012), que encuadra la gestión de Anchorena en París en el contexto de la rivalidad que existía entre el Ejército y la Armada. Saca a la luz, además, los vínculos del comandante naval con la organización de Mario Firmenich.

Massera, Videla y Agosti. El general fue el hombre fuerte de una dictadura que buscó "disciplinar a una sociedad anarquizada"
TELAM Y EFE


Emilio Eduardo Massera y Jorge Rafael Videla, los comandantes del Proceso Militar, que no evitaron la interna (TELAM Y EFE/)

La embajada paralela

El hecho que puso en evidencia la disputa interna en las Fuerzas Armadas fue la creación del Centro Piloto para la difusión argentina en el exterior, creado por Massera en París, con el pretexto de contrarrestar la “campaña antiargentina” atribuida a organizaciones de derechos humanos. Manfroni presenta el testimonio de Anchorena, quien declaró que se trataba de un centro de promoción del jefe naval para su lanzamiento político, en un acuerdo con los montoneros que permanecían en el exterior. En los hechos ese organismo funcionaba como una “embajada paralela”.

Una de las que advirtió ese objetivo fue la funcionaria diplomática Elena Holmberg, que se desempeñaba en la embajada desde 1972. Fue la primera mujer egresada del Instituto del Servicio Exterior de la Nación y era prima del teniente general Alejandro Agustín Lanusse. En 1977 la Cancillería, que en el reparto de funciones dentro del Proceso había quedado en manos de la Armada, decidió el traslado de Holmberg a Buenos Aires y en diciembre de 1978, la diplomática fue secuestrada por un grupo de tareas de la Armada. Su cuerpo fue encontrado al mes siguiente en el río Luján, en el Tigre.

El embajador Anchorena dio testimonio de Holmberg y de la situación creada por el funcionamiento del Centro Piloto en París durante el Juicio a las Juntas.

Casado con Susana Balcarce, Tomás J. de Anchorena tuvo seis hijos, además de nietos, bisnietos y tataranietos. Manfroni revela en su libro que, tras su misión diplomática, el embajador sufrió un intento de secuestro en Buenos Aires.