Murió Jorge Fascetto. Un firme defensor de los principios de la libertad de prensa

Jorge Fascetto
Jorge Fascetto

A los 89 años murió este viernes Jorge Fascetto, uno de los fundadores del Diario Popular y destacado exponente de asociaciones dedicadas a la defensa de los principios de la libertad de expresión. Con formación como ingeniero civil, Fascetto estuvo ligado, durante décadas, a empresas periodísticas. Fue por muchos años presidente del directorio del grupo El Día de La Plata que incluye, además del tradicional diario platense, a la radio La Redonda y otros medios de amplia difusión en la región de la capital bonaerense. Desde ese lugar, y también como uno de los principales accionistas de Diario Popular y de la agencia Noticias Argentinas, se comprometió con la defensa de la libertad de expresión, empeño que desarrolló a lo largo de una dilatada trayectoria dentro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), a la que perteneció durante muchos años y de la que fue su presidente entre 1998 y 1999. Previamente había sido titular del Instituto de Prensa de la SIP.

Su actividad se extendió a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y a la Asociación de Diarios del Interior de Argentina (Adira). También fue presidente del IPI International Press Institute (IPI), con sede en la ciudad de Viena. Asimismo, fue presidente de Noticias Argentinas.

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Casado con Isabel Stunz, Fascetto fue padre de cuatro hijos: María Isabel, Martín, Virginia y Francisco, quien es el actual director de Diario Popular.

Fascetto siempre destacó, en el país y en la esfera internacional, el vínculo inescindible entre la libertad de expresión y el sistema democrático. “No hay Estado de Derecho sin plena libertad de prensa”, remarcaba en sus frecuentes intervenciones en foros y paneles sobre la situación de la prensa.

“No creo que pueda existir una sociedad que merezca la pena vivirse sin que en ella haya libertad de expresión y libertad de prensa. Es decir, algo tan sencillo como que cada uno tenga el derecho de decir, opinar y pensar sin temor a represalias. Como valor, la libertad de prensa es un principio primario del ser humano, que deviene del derecho natural. El ejercicio de esta no es una concesión de las autoridades, sino un derecho inalienable de los pueblos”, señalaba.

Había escrito un libro titulado Portazo al autoritarismo, en el que reflejaba sus vivencias y experiencias como presidente de la SIP.

En los diversos ámbitos en los que intervino se destacó por su vocación conciliadora, su capacidad para promover el diálogo y su espíritu esencialmente diplomático. Fue una presencia serena y firme en todas las entidades de las que formó parte. De convicciones claras, procuraba defender sus ideas en un tono moderado, eludiendo siempre la estridencias y las formas altisonantes.

Quienes lo frecuentaron en la SIP y en otras entidades de prensa coinciden en recordarlo como “un caballero”, apegado siempre a modales elegantes. Cultivaba con especial esmero las relaciones sociales e institucionales y había cosechado reconocimiento y prestigio en el continente.

Sentía admiración y respeto por los que se consagraban al ejercicio periodístico con talento y con coraje. Desde la SIP promovió acciones para reconocer esos valores y distinguir las trayectorias profesionales forjadas en “trinchera” del oficio.

Estableció, a lo largo de los años, vínculos muy estrechos con editores de todo el país y del exterior. En situaciones desafiantes, aportaba una perspectiva constructiva que lo había convertido en una voz autorizada frente a debates complejos que involucraban a la prensa. Invariablemente, enarbolaba la defensa del pluralismo, de la diversidad de ideas y de la máxima libertad para expresar y publicar opiniones y posturas contrapuestas. Era un hombre que sabía escuchar y que se reservaba siempre la posibilidad de una pausa reflexiva antes de emitir juicios categóricos. Había sufrido de cerca los avatares de las épocas más traumáticas de la Argentina, y las atravesó con templanza y con apego a los valores de la convivencia democrática.

Fascetto deja, en definitiva, una huella de distinción y compromiso en el ámbito periodístico.