Murió Isabel II: el papa Francisco le envió un telegrama con su sentido pésame a Carlos III y la familia real

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco se sumó este jueves a las expresiones de dolor de los líderes internacionales por la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra, con un sentido mensaje de condolencias enviado con un telegrama dirigido a nombre de su heredero, el flamante rey Carlos III.

El mensaje fue enviado en inglés a Su Majestad el Rey Carlos III, al Palacio de Buckingham en Londres.

“Profundamente entristecido por la noticia del fallecimiento de Su Majestad la reina Isabel II, doy mi más sentido pésame a Su Majestad, a los miembros de la familia real, al pueblo del Reino Unido y a la Commonwealth”, señala el telegrama, difundido en horas de la tarde a los medios por la oficina de prensa del Vaticano.

“Me uno de buen grado a todos los que lloran su pérdida para rezar por el eterno descanso de la difunta reina, y para rendir homenaje a su vida de servicio incansable al bien de la Nación y de la Commonwealth, a su ejemplo de devoción al deber, a su testimonio inquebrantable de fe en Jesucristo y a su firme esperanza en sus promesas”, añadió Francisco, quien también la había saludado en julio pasado al cumplirse 70 años de su reinado.

“Encomendando su noble alma a la bondad misericordiosa de nuestro Padre Celestial, aseguro a Su Majestad mis oraciones para que Dios Todopoderoso lo sostenga con su gracia infalible al asumir ahora sus altas responsabilidades como Rey”, dijo el Papa.

“Sobre usted y todos los que aprecian la memoria de su difunta madre, invoco una abundancia de bendiciones divinas como prenda de consuelo y fortaleza en el Señor”, concluyó.

Francisco y la reina se conocieron en 2014, un año después de la asunción del Papa, durante una visita de Isabel II a Roma. La reunión duró alrededor de media hora y se hizo en un estudio privado cerca del aula Pablo XVI del Vaticano.

Francisco le entregó un regalo para su primer bisnieto, Jorge, hijo del príncipe Guillermo y Kate Middleton: una cruz de plata sobre una base de la piedra Lapislázuli. Además le entregó un antiguo pergamino de 1679 con un mensaje “Urbi et Orbi” del cardenal Cesare Facchinetti.

La reina, por su parte, le regaló a Francisco una canasta con miel, jugos, carne e incluso whisky.