Murió Eduardo Sadous, el exembajador argentino que denunció la “embajada paralela” y los negocios de los Kirchner con Hugo Chávez

Eduardo Sadous
Eduardo Sadous - Créditos: @Julián Bongiovanni

Una vida dedicada a la política exterior y al ámbito académico, con un fuerte compromiso por el país -y un trago amargo que le dejó el ejercicio de la diplomacia durante el período kirchnerista- caracterizó la trayectoria del embajador Eduardo Alberto Sadous, fallecido en esta ciudad, a los 76 años. En 2005, cuando se encontraba al frente de la misión diplomática en Venezuela, denunció el funcionamiento de una “embajada paralela”, a través de “negocios y gestiones comerciales” que manejaba el Ministerio de Planificación, a cargo del arquitecto Julio De Vido, con intereses afines al gobierno de Hugo Chávez.

Con su alerta, puso en evidencia un grave delito de corrupción, a raíz de la desaparición de 90 millones de dólares, poco después de la firma de un convenio integral de cooperación que suscribieron, a partir de las gestiones de la embajada paralela, los presidentes Néstor Kirchner y Chávez, en abril de 2004.

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En un cable que emitió desde la sede diplomática de Caracas, con el título “Grave situación”, reclamó -como pudo confirmar en ese entonces LA NACION- la intervención de las más altas autoridades” de la Cancillería y recomendó “hacerle un planteo serio y preciso” al presidente Chávez durante su visita al país. En su mensaje, Sadous hablaba de los “serios problemas” que afectaban “los intereses argentinos” en los negocios bilaterales e incluso utilizó la palabra “corrupción”.

Los negocios de la “embajada paralela” se tramitaban a través del funcionario Claudio Uberti, quien dirigía el Órgano de Control de Concesiones Viales (Occovi) y viajaba dos veces por mes a Caracas. A raíz de su denuncia, Sadous fue citado por el Congreso y reveló la maniobra urdida a través de un fideicomiso para importar fuel oil y exportar maquinarias agrícolas.

Fue una de las primeras señales del alineamiento entre el gobierno kirchnerista y el régimen de Cháevez, y una muestra significativa de los manejos turbios que contaminaron el ejercicio del poder durante 12 años en la Argentina. Adornado con el discurso ideológico, la base de esa sociedad política eran los negocios, como advirtió Sadous.

Tras este episodio, el embajador fue blanco de fuertes críticas del kirchnerismo. El Poder Ejecutivo lo convocó a Buenos Aires y lo mantuvo sin funciones hasta su retiro. Luego, se le retaceó el pago de su jubilación, a la vez que el exministro De Vido presentó una denuncia judicial en su contra por “falso testimonio”. En 2016, al asumir el gobierno del presidente Mauricio Macri, Sadous recibió un ofrecimiento para reincorporarse al circuito diplomático y le hicieron llegar un ofrecimiento para asumir como embajador en Paraguay. Luego de meditarlo durante varios días, finalmente declinó la propuesta por razones de salud. En ese momento, Sadous comenzaba una participación más activa en el Partido Demócrata, de la ciudad de Buenos Aires.

Formación y antecedentes

Sadous había nacido el 9 de octubre de 1945, en Buenos Aires. Graduado de abogado, realizó posgrados en la Academia de Derecho Internacional de La Haya, entre otras instituciones. En 1973 ingresó por concurso público al servicio exterior de la Nación. Tras asumir funciones en las embajadas argentinas en Italia, India y los Países Bajos, en 1990 fue representante permanente alterno en la XLV Asamblea General de las Naciones Unidas: En 1991 fue designado embajador en Malasia, donde permaneció cinco años, y al regresar al país fue durante tres años director general de Promoción del Comercio Exterior. Designado embajador extraordinario y plenipotenciario en 1998, se le confiaron altas responsabilidades como subsecretario de Negociaciones Económicas Internacionales, durante la gestión del canciller Guido Di Tella.

Así, llegó a la embajada en Venezuela en 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, con probados antecedentes en el campo diplomático y experiencia en el área comercial. Cuando dejó la misión en Caracas fue reemplazado por Nilda Garré.

Casado con Delia Maldonado Gabastou, tuvo dos hijos. Retirado de la diplomacia, Sadous fue presidente del Instituto Bonaerense de Numismática Y Antigüedades. En ese rol, el año último encabezó una delegación de la institución que viajó al Vaticano y asistió a una misa celebrada por el papa Francisco, con quien tuvo una audiencia privada.

El exembajador desarrolló una activa labor en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), donde a partir de 2011 ocupó la presidencia del Comité de Asuntos Asiáticos. Ese mismo año fue designado presidente de la Academia Argentina de Estudios de Asia y África. Tuvo, también, participación en la Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo y en 2015 encabezó la Comisión de Relaciones Exteriores del Partido Demócrata porteño, donde también integró el Comité de Acción Política. Y se desempeñó como profesor en las universidades del Salvador, Nacional de La Plata, Nacional de Luján y Católica de Salta.

Por su reconocida capacidad y formación, en 2017 asumió como presidente de la Rama Argentina de la International Law Association, una de las organizaciones jurídicas de mayor prestigio en el mundo. Se dedicó allí a la enseñanza de la política exterior argentina y latinoamericana, con clases en la Universidad de Belgrano. Y condujo, además, el Instituto Americano de Investigaciones Económicas, Jurídicas y Sociales.

Sadous recibió varias distinciones y condecoraciones a lo largo de su trayectoria y es autor de varios libros sobre temas de política internacional y sobre genealogía, área a la que le dedicó varias investigaciones. Fue presidente de la Academia Argentina de Ceremonial y dirigió el Instituto de Política Exterior de la Fundación Novum Millenium, además de presidir la Asociación Argentina de Caballeros y Damas de las Órdenes Dinásticas de la Casa Savoia.