Murió Sean Connery: el día en que se enfrentó a Roger Moore en "la batalla de los James Bond"

37 años atrás, en octubre de 1983, las salas de cine del mundo fueron protagonistas de un "duelo" sin precedente. Las películas Octopussy y Nunca digas jamás estuvieran juntas en cartelera. Pero más allá de la competencia por la taquilla, el verdadero enfrentamiento lo dieron los actores que encarnaron a James Bond en cada una de ellas: Roger Moore, en la primera, y Sean Connery, en la segunda.

A comienzos de la década de 1980, las películas de James Bond, el agente 007 creado por el novelista británico Ian Fleming, eran furor. Y en particular en 1983, durante solo cuatro meses, los fanáticos del género tuvieron la posibilidad de ver dos Bond en simultáneo. El que interpretaba Roger Moore en Octopussy y el que encarnó Sean Connery en Nunca digas jamás. Este sábado, a horas del fallecimiento del actor escocés, esa "rivalidad" cobra un especial sentido para el público y los amantes del cine en general.

James Bond: el legendario duelo de Sean Connery y Roger Moore

Esa grieta entre los que preferían a uno y a otro actor fue bautizada por muchos, como lo refleja el periodista Chris Nashawaty en su artículo para Esquire, "la batalla de los Bond". En una esquina del "cuadrilátero" estaba Connery, que ya había interpretado seis veces a James Bond entre 1962 y 1971. En la otra, Roger Moore, que entre 1973 y 1981 había hecho lo propio en cinco películas.

Para 1983, Moore y Connery se conocían de hacía tiempo. No eran íntimos amigos, pero el hecho que dos películas de James Bond se estrenaran casi en paralelo no hizo mella en la relación de los dos grandes actores.

Con una adaptación del cuento de Fleming de 1966 -Octopussy and The Living Daylights-, Octopussy con Moore fue la primera de las dos películas de 1983 en llegar a los cines. Estrenado el 6 de junio de ese año, en el film Bond interactúa con el playboy Kamal Khan (Louis Jordan) y con Octopussy, papel interpretado por la chica Bond de aquel entonces, Maud Adams.

John Glen, director de Octopussy, invirtió los US$ 27,5 millones de presupuesto en locaciones como Berlín, Moscú y Udaipur, en India. Una inversión que terminaría dando su rédito: la película recaudó US$ 187,5 millones a nivel mundial.

Mientras los fanáticos de Bond se regocijaban con el film de Moore, la película que tenía Connery como protagonista estaba en plena etapa de desarrollo. Fue Micheline Roquebrune, la esposa del actor escocés, quien sugirió que la película se titulara Nunca digas jamás, como una forma de parodiar la frase del propio Connery con la que le dio la espalda al papel por 12 años.

Olfato de Roquebrune u obra del destino, el título gustó y quedó. Dirigida por Irvin Kershner, Nunca digas jamás tuvo un presupuesto un poco más elevado que su antecesora con Moore: US$ 36 millones. También este film se destacaba por una larga lista de locaciones exóticas, como la Riviera francesa y las Bahamas.

El Connery que se puso en la piel del 007 de Nunca digas jamás no era el mismo de Los diamantes son eternos. Para su debut en la pantalla grande, el 7 de octubre de 1983, el actor conservaba el mismo carisma, pero el paso de los años hacía que, inevitablemente, se moviera más lento.

Como señala Nashawaty, Nunca digas jamás tiene ese sabor entre dulce y amargo. Dulce porque los fanáticos pudieron ver nuevamente a Connery en la piel de Bond. Amargo porque algunos detalles dejaron bastante que desear, como su recaudación, que si bien logró US$ 160 millones, perdió finalmente la batalla contra el film de Moore.