Muñoz Ledo, pilar fundamental para que CDMX tuviera su Constitución

CIUDAD DE MÉXICO, julio 9 (EL UNIVERSAL).- Porfirio Muñoz Ledo fue una de las piezas claves en la Reforma Política del Distrito Federal y en la elaboración de la Constitución Política de la Ciudad de México.

Fue nombrado a finales de 2012 por el entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, Comisionado para la Reforma Política del Distrito Federal y Secretario Ejecutivo de la Comisión Redactora del Proyecto de Constitución, la cual estuvo integrada por otros 28 personajes.

Su misión fue liderar los trabajos para modificar el artículo 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para otorgarle más autonomía a lo que conocíamos como Distrito Federal, y por fin dotarla de una Constitución local.

Muñoz Ledo argumentaba que buscaban que la Constitución capitalina fuera sólida, bien articulada, con un andamiaje institucional operativo, pero, sobre todo, un documento que los ciudadanos sintieran como suyo. "No es un instrumento del Gobierno, es un instrumento de la gente para la defensa de sus derechos", decía.

Tras varios años de trabajo, debate, cabildeo y exhortos de Muñoz Ledo, fue en 2016 cuando se aprobó la Reforma Política del Distrito Federal, y el político aseguró que no era la mejor, pero que tenía una gran importancia histórica su puesta en marcha.

"Estamos en el final de un periodo, pero también en el comienzo de otro. Hay por delante una inmensa tarea en que esta Asamblea Legislativa (hoy Congreso de la Ciudad de México) está llamada a tener un papel preponderante", comentaba en 2016.

Meses más tarde, el propio Mancera lo designó como diputado constituyente, cargo que ocupó del 16 de septiembre de 2016 al 31 de enero de 2017.

Con esta designación, Muñoz Ledo fue uno de los 100 personajes que aprobaron artículo por artículo la Constitución capitalina.

Tras la promulgación de la Constitución, el 5 de febrero de 2017, Muñoz Ledo destacó el reto que representó la búsqueda de una nueva Constitución con raíz profundamente latinoamericana y que, basada en el concepto de derecho a la Ciudad, cumpliera con el mandato constitucional de otorgarles el mismo a los tratados internacionales.

Resaltó la buena compenetración que la Asamblea Constituyente logró durante los debates, y confió en que la Constitución fuera el fruto más acabado de la transición democrática del país.

De igual forma, cuando comenzaron las impugnaciones a la Constitución capitalina, se pronunció porque un exconstituyente fuera quien la defendiera al argumentar que la Asamblea Constituyente no habría muerto.

"Terminó sus funciones (Asamblea Constituyente), pero mantiene una responsabilidad legal contra cualquier acto reclamado", precisaba en marzo de 2017.

Tras su muerte, Miguel Ángel Mancera lamentó su partida y recordó el gran legado que el político le dejó a la Ciudad.

"Amigo, colaborador, hombre demócrata y referente de la política nacional a quien le debemos el aporte para la primera #ConstituciónCDMX y el gobierno de coalición; mis condolencias a sus familiares y amigos. QEPD", escribió el exjefe de gobierno.