La historia de cómo un mosaico de Calígula acabó convertido en mesa de café en Nueva York

Cuando Calígula era emperador romano, en el siglo I después de Cristo, encargó un mosaico para uno de sus barcos de recreo, que acabó hundido en un lago tras su asesinato. Y ahí estuvo hasta que fue rescatado del agua y expuesto. Años después se le perdió la pista durante siete décadas hasta que una casualidad hizo que un experto italiano en piedra y mármol antiguos, Dario Del Bufalo, diese con él como mesa de café en un apartamento de Nueva York. Este ha contado su historia este fin de semana en el programa de la CBS 60 Minutos y su testimonio ha sido recogido por The Guardian.

El mosaico, al que se perdió la pista durante siete décadas, descansa desde hace unos meses en su museo en Italia. (Foto: Ernesto Ruscio/Getty Images)
El mosaico, al que se perdió la pista durante siete décadas, descansa desde hace unos meses en su museo en Italia. (Foto: Ernesto Ruscio/Getty Images)

El valor del mosaico es, como inciden varias veces en la información publicada por el diario británico, incalculable. Su historia, digna de un guion de Hollywood. Del Bufalo ha contado que la pieza en cuestión fue ordenada por Calígula para uno de sus dos barcos de fiesta o recreo con los que navegaba por entretenimiento en un lago de cerca de Roma. Cuando Cayo Julio César Augusto Germánico, que era el nombre completo del tercer emperador romano, murió asesinado en el año 41 d. C. la embarcación fue hundida.

Y ahí se quedó hasta que en 1930, junto con otras piezas, fue rescatado de las aguas y expuesto en el museo junto al lago. Sin embargo, tras la retirada de los nazis de Italia en 1944 a su marcha quemaron y destruyeron muchas piezas. Desde entonces, se desconocía qué suerte había corrido el mosaico de Calígula.

Se cree que la pieza fue robada durante la Segunda Guerra Mundial. (Foto: Ernesto Ruscio/Getty Images)
Se cree que la pieza fue robada durante la Segunda Guerra Mundial. (Foto: Ernesto Ruscio/Getty Images)

Hasta que en 2013, estando presentando un libro en Nueva York, Del Bufalo escuchó una conversación por casualidad. Según ha contado a la CBS, “había una señora con un chico joven con un sombrero extraño que se acercó a la mesa. Y él le dijo: 'Qué hermoso libro. Oh, Helen, mira, ese es tu mosaico '. Y ella dijo:' Sí, ese es mi mosaico ‘“”. Se referían a la imagen incluida en una de las páginas del libro con lo que había sido el suelo del barco de Calígula.

El autor localizó al joven y a la mencionada Helen, que resultó apellidarse Fioratti. Una marchante de arte y dueña de una galería que en una entrevista dada después del descubrimiento contó que ella y su marido, un periodista italiano, habían comprado la pieza en a una familia de origen noble italiana en los años sesenta.

A su regreso a Nueva York, desconocedora del valor real y antigüedad del mosaico, lo había convertido en una mesa de café. Función que estuvo cumpliendo durante casi 50 años hasta esa conversación casual que destapó el verdadero origen de la obra. Investigado el caso por la fiscalía de Nueva York, se cree que esta fue robada durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante casi 50 años, el conocido como Mosaico de Calígula, fue usado como mesa de café en un apartamento de Nueva York. (Foto: Ernesto Ruscio/Getty Images)
Durante casi 50 años, el conocido como Mosaico de Calígula, fue usado como mesa de café en un apartamento de Nueva York. (Foto: Ernesto Ruscio/Getty Images)

Desde marzo de este año el mosaico forma parte de la colección del Museo de Barcos Romanos en Nemi, Italia. Del Bufalo ha reconocido que sintió “mucha lástima por ella” pero que no pudo hacer nada y que hizo lo que debía. “No pude hacer nada diferente sabiendo que a mi museo en Nemi le falta la mejor parte, que pasó por los siglos, por la guerra, por un incendio, por un marchante de arte italiano y que finalmente podría volver al museo”, ha contado este fin de semana.

Aún así, como siente cierta pena por haber dejado a Fioratti sin el mosaico, ha reconocido a CBS que está pensando en encargar una copia para entregársela. “Creo que mi alma se sentiría un poco mejor”, sentenció en el transcurso de la entrevista.

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