La monarquía no es tan fiera como la pintan en las Américas | Opinión

Desde luego que escuchando las opiniones de los oyentes de las emisoras de radio en español del sur de Florida, uno no se aburre. Es muy saludable desde el punto de visto democrático, abrir las líneas y dejar a la gente expresarse y dar su opinión.

Hay personas moderadas y reflexivas, otras más pasionales y beligerantes, pero de todas esos discursos se puede extraer una radiografía de lo que preocupa a nuestra comunidad.Los últimos días era inevitable tocar el tema de la muerte y el entierro el lunes de la reina Isabel II en Reino Unido y la llegada de su sucesor Carlos III.

Como europeo, nacido en un país monárquico, cuando las radios en español de Miami han dado el turno de palabra a los oyentes, me he dado cuenta de que la percepción de las Casas Reales y su encaje dentro de los sistemas democráticos no se concibe por muchas personas en este lado del mundo.

Una señora con acento cubano llegó a comparar a la monarquía británica con el comunismo y los Castro, argumentando que heredar una posición por razones familiares es una prueba de que ambos sistemas, el de Reino Unido y el de Cuba, son dictatoriales.

Cuando me enteré del fallecimiento de la reina Isabel, me encontraba en Guatemala y me encontraba acompañado de una alta ejecutiva de ventas de una compañía. Cuando le comenté la noticia me contestó que no le interesaban las Casas Reales y que le parecía un anacronismo que en el siglo XXI aún existieran reinas.Con estos dos ejemplos, me di cuenta de que las Casas Reales europeas de países tan relevantes como Reino Unido, Suecia, Países Bajos o España no han sabido transmitir su evolución y su encaje en el sistema democrático a través de lo que denominamos monarquías parlamentarias.La señora cubano americana o la joven ejecutiva guatemalteca han heredado los prejuicios de señalar a los reyes como absolutistas, déspotas y elitistas.

Ya no se trata de discutir sobre cuál es el mejor sistema de gobierno, monarquía o república. Para muchas personas la monarquía es sinónimo de dictadura. Ahí es donde está su inmenso error.La monarquía parlamentaria es una forma de gobierno que en muchos países funciona y preserva exquisitamente la separación de poderes donde los monarcas juegan un papel institucional, de árbitro independiente entre los partidos políticos, de representante en el exterior, de nexo entre los ciudadanos de distintas tendencias. Los reyes reinan pero no gobiernan. Viven con un presupuesto que les asigna el estado y son fiscalizados y controlados.

Creo que la monarquía, si cabe, puede ser más interesante en un mundo tan polarizado a derecha e izquierda. Está pasando en muchos países que tienen la república como forma de gobierno en la que los presidentes y a la par jefes de estado generan un fuerte rechazo en la mitad de la población.

Lo que consiguió, por ejemplo, Isabel II es convertirse en un pegamento entre los conservadores y los laboristas, pero también entre los unionistas escoceses y los independentistas. No en vano escogió Escocia como lugar para fallecer como gesto integrador con una parte del Reino Unido, en la que las encuestas indican que una mayoría quiere ser independiente.

Aunque los tabloides y las revistas de celebridades se han enriquecido con mostrar esa cara más frívola de la Casa Real Británica, la contribución de Isabel II a la democracia en el país donde reinó es innegable. También con sus silencios. Cuando tuvo que callar en asuntos de los que seguro tenía opinión, pero no estaba llamada a influir por su papel institucional.

El riesgo del mantenimiento de la monarquía parlamentaria como forma de gobierno está en que se siga formando a los herederos en el espíritu del servicio a su país. España es un buen ejemplo de ello.

Felipe VI está demostrando que mantiene el legado positivo de su padre en cuanto a su papel de mediador en la polarizada lucha política que se vive en el país, pero a su vez ha cambiado los desmanes privados de Juan Carlos I por un comportamiento ejemplar, discreto y transparente. Felipe VI es un esposo y padre ejemplar, que maneja una Casa Real con un presupuesto moderado y fiscalizado al detalle, equivalente o menor del que pueda tener la institución de la presidencia de la república de países vecinos.

En fin, en estos tiempos de desinformación y bulos, creo que es bueno el ejercicio de hacer pedagogía en La América sobre cómo realmente funcionan las monarquías europeas y cómo encajan en un sistema democrático.

.Manuel Aguilera es fundador y CEO de HispanoPost Media Group. Es ex editor ejecutivo de la plataforma en línea de Univision.



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