Mitsotakis supera moción de censura de Tsipras por escándalo de escuchas

Atenas, 27 ene (EFE). - El primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, superó este viernes la moción de censura presentada por el principal partido de oposición, el izquierdista Syriza, por el escándalo de escuchas a políticos, militares y periodistas por parte de los servicios secretos (EYP).

La moción, que requería la mayoría absoluta de 151 votos para prosperar, fue rechazada por los 156 diputados del partido Nueva Democracia de Mitsotakis, mientras que toda la oposición votó a favor.

Aunque la moción tenía desde un principio escasas posibilidades de prosperar, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, optó por esta herramienta para así poder desgranar el escándalo ante el Parlamento y presionar aún más a Mitsotakis con la mirada ya puesta en las elecciones generales previstas para la primavera.

Durante el debate, Mitsotakis negó una vez más que conociera y mucho menos que ordenara a EYP -que el primer ministro supervisa directamente tras una reforma legal aprobada nada más asumir Nueva Democracia el Gobierno– a observar a políticos, militares, periodistas o empresarios.

En cambio, el primer ministro acusó a la oposición de tratar de crear una atmósfera tóxica y polarizadora, y con la mirada ya puesta en las elecciones, le reprochó no tener propuestas concretas para el futuro del país.

Por su parte, Tsipras acusó a Mitsotakis de ser el “coordinador” de las escuchas, un caso que constituye una “violación del estado de derecho sin precedentes”, mientras recalcó que si el primer ministro evita por una vez más arrojar luz sobre el escándalo, eso será “una nueva confesión de culpabilidad” por su parte.

Los acontecimientos se aceleraron cuando este martes el director de la Autoridad para la Garantía de la Privacidad de las Comunicaciones (ADAE), Jristos Rammos, envió una carta al primer ministro, al ministro de Justicia, al presidente del Parlamento y a los líderes de los partidos, en la que detalla los resultados de sus indagaciones sobre el escándalo.

La carta fue una respuesta a la solicitud que presentó Tsipras a esta autoridad en diciembre en la que pedía que se investigue si seis personas, entre ellas el actual ministro de Trabajo y extitular de Energía y Medio Ambiente, Kostís Jatzidakis y el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Konstantinos Floros, fueron escuchados por EYP.

Rammos confirmó que estas personas fueron observadas, gracias a la información que obtuvo de los operadores de telefonía que habían efectuado las escuchas a petición de los servicios secretos.

Pese a ser una de las personas que fueron escuchadas según ADAE, Jatzidakis apoyó durante el debate previo a la votación al primer ministro y señaló “que no lo puede relacionar en absoluto con este caso”.

Los medios griegos llevan publicando hace meses nombres de políticos -incluidos ministros del partido gubernamental-, periodistas, dirigentes empresariales y militares que supuestamente fueron escuchados por EYP.

Tras la confirmación oficial por parte de ADAE, el portavoz del Ejecutivo arremetió contra el director de la Autoridad y señaló que es posible que existieran “redes oscuras” en los servicios secretos que actuaran por su cuenta, sin que el primer ministro tuviera constancia.

Aunque el escándalo lleva presionando a Mitsotakis desde hace meses, hasta el momento no parece que haya tenido un impacto significativo en el apoyo de los ciudadanos hacia el partido gubernamental, que en los sondeos de opinión pública sigue liderando con una media de siete puntos sobre Syriza.

Sin embargo, lo que sí es un golpe para Nueva Democracia es que el escándalo ha mermado, por no decir eliminado, la posibilidad de formar una coalición con los socialdemócratas de Pasok-Kinal (tercera fuerza política) en caso de que no obtengan de nuevo la mayoría absoluta en los próximos comicios, cuya fecha aún no ha sido anunciada, pero previstos en algún momento de la primavera.

Y esto porque el escándalo estalló en agosto con el reconocimiento de Mitsotakis de que EYP espiaba al líder de este partido, el eurodiputado Nikos Andrulakis, sin que él lo hubiera ordenado o tuviera constancia, según argumentó entonces. Diego Sáez Papachristou

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