Por fin se resuelve el misterio del tomate perdido espacial

Frank Rubio es inocente, no se comió el tomate

Después de ocho meses perdido... ha aparecido el tomate de la ISS
Después de ocho meses perdido... ha aparecido el tomate de la ISS

No es solo un tomate... La Estación Espacial Internacional (ISS) tiene un legendario historial de cosas perdidas. En estos momentos se estima que hay docenas y docenas de objetos perdidos flotando en algún rincón oculto de la ISS a la espera de que, el día menos pensado, aparezcan. De hecho, en un célebre artículo publicado en Smithsonian hace más de una década, se estimaba que, de los 22.000 artículos cargados alguna vez en la ISS, al menos 638 objetos están descolocados o perdidos dentro de la propia estación. Hoy en día, es posible que ese número haya superado ya el millar.

Cucharas, calcetines, almendras, tornillos, herramientas de todo tipo, cepillos de dientes y hasta una araña… “En la ISS no es raro perder una llave y encontrarla días después pegada al techo de otro compartimento, a pesar de haber pasado horas buscándola por todas partes”, explicaba el astronauta Don Petit. “No importa lo bien que cierres tus bolsillos de velcro, tienes que contar con que, inevitablemente, algunas piezas vitales del equipamiento desaparecerán ¿Volverás a verlas? Es una incógnita”.

La razón más evidente de estas numerosas pérdidas es la microgravedad. En la Tierra, cuando se te cae o se te pierde cualquier cosa nuestra primera reacción, la más natural, es mirar hacia el suelo para buscarla… pero en la Estación Espacial Internacional todo flota, todo está en continuo movimiento en todas dimensiones y “lo que sale de un bolsillo puede tomar cualquier dirección y terminar escondido en el lugar más intrincado de la nave”.

Y entre esta larga retahíla de objetos flotantes y ocultos en el espacio destaca el misterio del tomate perdido, una incógnita que comenzó hace ya ocho meses y que por fin se ha resuelto.

La astronauta de la NASA Jessica Meir cosechando el resultado del proyecto Veg-04 en la Estación Espacial Internacional | NASA/ESA
La astronauta de la NASA Jessica Meir cosechando el resultado del proyecto Veg-04 en la Estación Espacial Internacional | NASA/ESA

Actualmente se llevan a cabo muchos experimentos en la Estación Espacial Internacional con el objetivo de observar, analizar y estudiar cómo se desarrolla la vida en esas condiciones de microgravedad. Uno de estos proyectos se denomina Veg-05 y es una investigación sobre la productividad, valor nutricional y, en general, de la viabilidad de los cultivos en el espacio con miras a complementar la alimentación de los astronautas.

Una dieta sana y nutritiva resultará esencial para las misiones espaciales de larga duración lo que significa que la dieta típica de los astronautas, basada en productos envasados, debería complementarse con alimentos frescos durante el vuelo y por ello se desarrolló el sistema de producción de vegetales. Lo llamaron Veggie y hasta el momento nos ha dejado varios éxitos como el cultivo de verduras de hojas verdes en la ISS y, como podéis imaginar, también tomates.

Se cultivaron tomates enanos, también conocidos como tomates cherry, y se cuidaron con mimo durante semanas hasta que llegó el momento de recolectarlos… pero había un problema: uno de los tomates no estaba en su mata. Toda la tripulación lo buscó durante días hasta que las miradas acusatorias se dirigieron hacia uno de los astronautas “agrícolas”. ¡Frank Rubio se lo ha comido!, exclamaban entre risas sus compañeros.

El astronauta salvadoreño Frank Rubio junto al proyecto Veg-05 y los tomates cultivados en el espacio | NASA/ESA
El astronauta salvadoreño Frank Rubio junto al proyecto Veg-05 y los tomates cultivados en el espacio | NASA/ESA

La broma de que Rubio, el primer astronauta salvadoreño, se había adelantado y había querido probar por sí mismo el sabor de uno de los primeros tomates cultivados en el espacio se extendió por la estación espacial y se convirtió en tema de conversación y hasta en portadas de los medios de comunicación. ¿Dónde estaba el dichoso tomate? Frank aseguraba que él no se lo había comido y durante semanas lo estuvieron buscando por todas partes. “Pasé horas y horas buscando aquel tomate”, explicaba Rubio hace unos meses. “Estoy convencido de que finalmente aparecerá, desecado y mustio, en algún momento y me reivindicará en el futuro”.

Y así llegamos a nuestros días. Después de ocho meses de su desaparición, el tomate perdido en el espacio ha aparecido. Frank Rubio seguro que está esbozando una gran sonrisa desde su casa (regresó a la Tierra a finales de septiembre) mientras lee las noticias de su querido tomate perdido.

La astronauta de la NASA Jasmin Moghbeli dijo durante un evento transmitido en vivo para celebrar el 25 aniversario de la estación que los restos del pequeño tomate habían sido encontrados ocho meses después de que Rubio los extraviara. "Nuestro buen amigo Frank Rubio, que ya regresó a casa, ha sido culpado durante bastante tiempo por comerse el tomate. Pero podemos exonerarlo. Encontramos el tomate", dijo Moghbeli.

Los astronautas no han dicho dónde encontraron el tomate ni cuál era su estado, pero tal y como Rubio había predicho, seguramente se encontró en un estado de descomposición avanzada debido a la humedad a bordo de la estación. Un final feliz para una pequeña anécdota divertida en la vida cotidiana del espacio…

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Referencias y más información:

Space Station Research Explorer - Página oficial del proyecto VEG-05

Ben Hooper “Lost tomato found aboard International Space Station after eight months” Space Daily