La Miss Mundo que le dio el nombre a una comida sin gluten que encanta a todos
La arepa se ha convertido en los últimos años en uno de los platillos más populares de la gastronomía latinoamericana en el mundo.
Se trata de una tortilla hecha con harina de maíz, sal y agua que se rellena con cualquier cosa que te puedas imaginar. Quesos, fiambres, huevos y guisos son buenos para acompañar al llamado pan sin gluten que deleita paladares en Estados Unidos, Europa y Australia.
Aunque Venezuela y Colombia se disputan acaloradamente su origen, la realidad es que se trata de un alimento indígena que se consumía en los territorios que ocupan actualmente ambos países desde hace 3.000 mil años. Y no es de extrañar que distintas etnias del norte de Suramérica consumieran preparaciones similares a base de maíz porque ese cereal sustentó la alimentación de muchas poblaciones indígenas en gran parte del continente americano.
Zanjada la polémica del origen, lo que sí hay que reconocer es que la reciente internacionalización de la arepa ha sido impulsada por la migración de al menos seis millones de venezolanos a decenas de países del planeta.
Desde Nueva York hasta Melbourne, muchos venezolanos ahora se ganan la vida comercializando en el extranjero una comida que disfrutaban en familia a cualquier hora del día en sus casas.
Para comer arepas no hay reglas ni etiquetas. Cada comensal elige el relleno de su preferencia. Yo, por ejemplo, prefiero las arepas sencillas, sin mantequilla, rellenas con queso de mano o guayanés, dos tipos de quesos blancos frescos que se producen en Venezuela, y que lamentablemente no consigo Madrid.
Pero cuando mi esposo quiere quedar bien con los amigos con un platillo especial, pasa el día anterior preparando el relleno de la “Reina Pepiada”, indiscutiblemente la acompañante estrella de las arepas venezolanas.
Se trata de una mezcla de pollo desmenuzado, mayonesa, aguacate majado, cebolla, cilantro y especias que combina a la perfección con una arepa recién asada.
La cenicienta criolla
El origen de esa receta se remonta a 1955, cuando la joven Susana Duijm fue descubierta en una parada de autobús cuando regresaba de su trabajo como secretaria por unos cazatalentos y en cuestión de meses se había convertido en la primera hispanoamericana en ganar el título de Miss Mundo.
Susana era una caraqueña de origen humilde, nacida el 11 de agosto de 1936. A los 18 años era una mujer altísima para la época, con sus 174 centímetros. La explicación de sus exóticos rasgos y su espigada figura viene de la mezcla étnica de unos progenitores con orígenes muy disímiles. Su madre, Carmen Zubillaga, era una venezolana nacida en el nororiental estado Anzoátegui, y su padre, Abraham Duijm, era un técnico petrolero judío nacido en Suriname.
La carrera de la hermosa chica tuvo momentos memorables. Luego de una discusión del jurado el concurso Señorita Venezuela, que no podía decantarse por ninguna de las dos principales candidatas, Susana se convirtió en la primera y única miss venezolana electa por votación popular, luego de que se le solicitara al público seleccionar a la triunfadora con sus aplausos.
Poco después viajó al estado de California para participar en el Miss Universo 1955. Las nociones de inglés y holandés que adquirió cuando vivió con sus padres en la isla de Aruba, además de peculiar belleza, le permitió desenvolverse con soltura y lograr un lugar entre las semifinalistas del certamen.
Aunque Susana no ganó, captó la atención del presidente de Miss Mundo, Eric Morley, quien la invitó a participar en el evento en Londres. El embrollo surgió cuando la joven inexperta se confundió de fecha y llegó al capital inglesa muchos días antes del concurso.
Al darse cuenta de que nadie la iría a buscar al aeropuerto, Susana rompió a llorar sentada sobre sus maletas. Pero su desdicha se transformó en suerte cuando llamó la atención de un reportero de un diario, quien no sólo la puso en contacto con los organizadores del concurso y le consiguió alojamiento, sino que además hizo una serie de reportajes sobre ella.
Al día siguiente de su llegada, el diario Daily Sketch publicó en primera plana un artículo con su fotografía desplegada que titulaba: “Belleza suramericana perdida en la neblina londinense”.
Susana nunca imaginó que triunfaría, pero el 20 de octubre de 1955 se llevó la corona.
La legendaria actriz sueca Anita Ekberg, quien era miembro del jurado, dijo que Susana “posee el cabello y el color de piel más hermosos que haya visto en mi vida”.
La Reina Pepiada
Al terminar su reinado, Susana comenzó una exitosa carrera como actriz de cine y televisión.
“Pero lo mejor de todo es que el país la adoró. Y aunque Susana arrancaba ovaciones, nadie lo expresó mejor que el arepero que creó la insuperable combinación de pollo mechado y aguacate majado y le puso el nombre de “Reina Pepiada” en honor a Susana Duijm. Lástima que en el camino la palabra “pepiada” salió del léxico y cayó en desuso. Significaba: Chévere, buenísimo, del carajo”, escribió la periodista Milagros Socorro en 2020.
Esa es la explicación más clara de cómo Heriberto Álvarez, junto a sus hermanos y su madre María de los Santos Álvarez, se le ocurrió sacar al mercado la “Reina Pepiada” luego del triunfo de Susana.
Álvarez dijo al periodista Alberto Veloz que decidieron disfrazar a una sobrina de 12 años de reina y sentarla en un altar frente al negocio ubicado cerca de Plaza Venezuela para llamar la atención del público. La asombroso fue que uno de los transeúntes era el propio padre de Susana, quien le gustó el gesto y se comprometió a llevarla a comer arepas.
“Y así fue. Un viernes, como a las 10:00 de la noche, se apareció la señorita Susana con su papá. Yo le di una tostada en sus manos y le dije: ‘Mire, esta tostadita se la preparó mi mamá especialmente y se va a llamar La Reina, así como lo es usted’. Ella me dijo: ‘Muchas gracias, mijo’, y se la comió con un juguito. Y como en esa época, a las mujeres de buenas curvas, así como Susana, se les llamaba ‘pepiadas’, le pusimos ese apellido a la arepa”, relató Álvarez en un artículo publicado en Runrunes.
Susana Duijim murió a los 79 años de un accidente cerebrocardiovascular en la Isla de Margarita en 2016. Los venezolanos recordamos con cariño a una mujer que se supo ganar la admiración del público por su humildad, franqueza y buen sentido del humor.
También queda intacto el legado culinario de la “Reina Pepiada”. No importa qué tan lejos nos encontremos, los venezolanos nos sentimos en casa cuando saboreamos esa arepa de relleno cremoso que se desborda en el primer bocado.
Otros rellenos famosos
Si la Reina Pepiada no te llama mucho la atención, te recomiendo que no desistas de tu intento de probar una arepa. Aquí te comparto algunos otros rellenos favoritos de los venezolanos.
Dominó: Lleva caraotas negras, como se le llaman en Venezuela a las alubias o frijoles negros, y queso blanco rallado.
Pabellón: Así se llama uno de los platos más tradicionales de la gastronomía venezolana, pero algunos osados prefieren rellenar cada elemento del platillo dentro de una arepa. Lleva carne desmenuzada, frijoles negros, plátano frito y queso.
Pelúa: Es irresistible con su jugosa carne desmenuzada y queso amarillo rellado.
Sifrina: Para los que desean agregar aún más sabor a la Reina Pepiada, la Sifrina también lleva una buena porción de queso amarillo rallado.
Perico: Esa era el acompañante típico de las arepas de mi familia los domingos en la mañana. Son huevos revueltos que se preparan con tomate, cebolla picada y ají dulce.
Rompecolchón (Vuelve a la vida): La creencia popular es que este relleno de frutos del mar tiene propiedades afrodisíacas. Tiene camarones, calamares, pulpos y varios tipos de almejas.
Tumbarrancho: No apta para cardíacos. Es una arepa asada que luego se reboza en harina y huevo y se fríe. Cuando está crujiente se rellena con queso blanco fresco, repollo, tomate, salsa de tomáte y mayonesa.
Llanera: Se come con tiras de carne de res asada, rodajas de tomate y aguacate, y queso blanco fresco.
Viuda: Son arepas que nunca se rellenan. Se comen solas o se mojan en sopas o guisos de otras comidas.
Fuentes: La Gran Aldea, El Estímulo, Runrunes, BBC, AFP, Cocina y Vino
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