El Misil Cubano en la vitrina de la Serie Mundial. Del complicado final con los Yankees al octubre con los Rangers

Drama y malestar, estas dos palabras acompañaron los últimos días de Aroldis Chapman en los Yankees.

De sobra son conocidos todos los detalles del descalabro de una relación de varios años entre el supersónico relevista cubano y los Bombarderos del Bronx.

Ilusión y esperanza, con estos dos vocablos podría explicarse el momento en que Chapman firmó un contrato de una temporada con los Reales que todos contemplaban con fecha de expiración en algún momento del verano, algo que sucedió tan temprano como el 30 de junio.

La operación de Kansas Ciy con Chapman fue claramente temporal, diseñada para traer a bordo una ficha que ayudara durante un tiempo antes de ser traspasada a un contendiente cuando llegara el momento adecuado y el mercado estuviera maduro.

Aunque el manager Matt Quatraro le dio alguna oportunidad ocasional, Chapman no suplantó a Scott Barlow como cerrador, pero se convirtió en uno de los relevistas más fiables y al momento de ser canjeado exhibía efectividad de 2.45, y foja de 4-2 con un par de salvamentos, además de 53 ponches en 29,1 entradas a finales de junio.

Desde que llegara a los Rangers continuó su buen momento, pero en septiembre sus números se elevaron al fallar en varias ocasiones importantes y su promedio de carreras limpias en Texas se elevó a 3.72, aunque con un manager como Bruce Bochy la confianza en un pelotero es lo último que se pierde.

Potencia contra pimienta, ¿quién será más vital para su equipo en la Serie Mundial, Adolis García o Ketel Marte?

Pero no se trató solo de Chapman porque mucho antes de que el gigante holguinero llegara a su nueva organización, ya venían los problemas y antes de llegar a la postemporada el relevo había fallado en 33 oportunidades de salvamento para un porcentaje del 47,6 por ciento (30 en 63), el peor de la liga, en la conversión de chances de rescate.

Pero una vez que llegó octubre todo cambió de manera tremendamente positiva para los Rangers, pues José Leclerc, Josh Sborz y Chapman han sido el complemento perfecto de una ofensiva desbordaba y con un Adolis García en un momento brillante, al punto de ganar el premio de Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato.

Es un hombre malo. ¿Cómo un ambiente hostil sacó lo mejor de este slugger cubano rumbo a la Serie Mundial?

Sin duda, en par de ocasiones Leclerc ha tenido que entrar más temprano que de costumbre y enderezar algunas situaciones comprometidas, pero lo cierto es que Chapman solo ha permitido una carrera en 6 y un tercio de entradas en los playoffs y ha sido una pieza clave contra los bateadores zurdos.

Siete veces estelar y campeón de la Serie Mundial del 2016 con los Cachorros, una vez más los ojos estarán puestos encima de Chapman para ver si podrá contener, cuando sea llamado su nombre en un momento clave, a un equipo de Arizona sin mucho poder, pero que juega al béisbol de manera fundamentada y suele exprimir en los conteos a los lanzadores rivales.

No sería descabellado pensar que, a sus 36 años y a pesar de que conserva intacta su recta infernal de 100 millas por hora, Chapman estaría en una especie de vitrina para pelear por su futuro en las Grandes Ligas. Todos estarán pendientes.